Según informan medios locales, el director surcoreano Kim Ki-duk habría muerto de coronavirus en Letonia la noche del 10 al 11 de diciembre. El cineasta habría llegado al país a mediados del mes pasado y vivía allí, donde planeaba comprar una casa, con la ayuda de diferentes figuras de la industria letona. La fuente diplomática del país ha declarado que el hospital donde se encontraba ingresado no puede confirmar todavía la muerte del cineasta debido a las normas de protección de la privacidad.
El director de 59 años fue uno de los realizadores más importantes de Corea del Sur y uno de los máximos exponentes de la vanguardia del cine coreano fuera de su país. Empezó su carrera en 1996, a los 33 años, con 'Ag-o', un drama sobre una mujer con tendencias suicidas que crea un fuerte vínculo con un violento sintecho. Sus películas se han proyectado en Cannes, Berlín o Venecia y están cargadas de sexo y escenas cruentas de fuerte contenido visual, siempre interesado en personajes criminales o inadaptados sociales. Estos temas, junto a su ritmo lento y los diálogos pausados, acabaron siendo su seña de identidad como director
Su primer gran éxito internacional llegó con 'La Isla' en el año 2000, su cuarto largometraje como director, que provocó el desmayo de un crítico en su premiere en el Festival Internacional de Cine de Venecia por la crudeza de sus escenas. A la taquilla la conquistó un año después con 'Bad Guy', una película sobre una prostituta y su relación de dependencia con el proxeneta. En 2003 dirigió 'Primavera, verano, otoño, invierno... y otra vez primavera', quizá su trabajo más accesible para el gran público, desprovisto por completo de violencia. Una vez dentro del circuito comercial de distribución, llegaron 'Samaritan Girl' (Premio al mejor director en el Festival de Berlin) y 'Hierro 3' (León de Oro en Venecia). El resto de su filmografía la componen títulos como 'Aliento', 'Pietà (Piedad)' o 'Geumul'. Su último proyecto se titula 'Din' y no ha llegado a estrenarse fuera de los circuitos de premios.
La era del #MeToo
Su trabajo como director fue muy aclamado y laureado, pero su vida no estuvo exenta de polémica. En 2018, en plena ola del #MeToo, tres actrices acusaron a Kim Ki-duk de violación y acoso sexual a través de un documental de la televisión coreana. Una de ellas afirmaba que el director la despidió del reparto de 'Moebius' por negarse a mantener relaciones sexuales con él y que llegó incluso a abofetearla, agresión por la que el director tuvo que pagar una multa de 5000 dólares. Entonces no se registró denuncia por violencia sexual debido a la falta de pruebas.
Otra de las denunciantes anónimas acusó a Kim y al actor Cho Jae-hyun, habitual colaborador del director, de violación, lo que provocó que dejase la interpretación y que necesitase años de terapia: "Fue un infierno viviente... muchas noches venía a mi habitación y golpeaba la puerta o me llamaba por teléfono repetidamente hasta que respondía", contaba la actriz a la que finalmente llamó a su cuarto para "discutir un guión" y acabó presuntamente violando. La tercera mujer señalaba acoso verbal y comentarios sexuales inapropiados. Otras voces, todas anónimas, apuntaban también a la cultura del miedo que generaba en los sets de rodaje. El director lo negó siempre, pero todas sus denuncias por difamación fueron sobreseídas.
