"¿Cuánto mides?". "1,80, señor". "Nunca había visto una mierda tan grande". El cine bélico acaba de perder al militar con la mejor lista de insultos de la gran pantalla. El actor R. Lee Ermey ha fallecido a los 74 años tras sufrir complicaciones con una pulmonía. Su representante, Bill Rogin, daba la triste noticia en la cuenta de Twitter de Ermey, despidiéndose con un "Semper Fi, Gunny. Que dios te bendiga".
Statement from R. Lee Ermey's long time manager, Bill Rogin:
? R. Lee Ermey (@RLeeErmey) 15 de abril de 2018
It is with deep sadness that I regret to inform you all that R. Lee Ermey ("The Gunny") passed away this morning from complications of pneumonia. He will be greatly missed by all of us.
Semper Fi, Gunny. Godspeed. pic.twitter.com/vf4O78JKmb
Su papel más conocido fue el del sargento de artillería Hartman en 'La chaqueta metálica' de Stanley Kubrick, por el que fue nominado al Globo de Oro en 1988. Consiguió convencer a Kubrick tras mandarle una cinta educativa. Tanto gustó al director, que le dejó improvisar la mayor parte de sus líneas de diálogo con insultos que había escuchado en sus once años en la marina (entró en el ejército tras haber tenido encontronazos con la justicia cuando era adolescente y no le quedó otra que elegir entre la cárcel o alistarse).
Esa experiencia militar forjó un carácter perfecto para personajes de autoridad. Cuando dejó el ejército (tras haber estado catorce meses en Vietnam y dos veces en Japón), decidió probar suerte en el Séptimo Arte. Uno de sus primeros papeles fue en 'Apocalypse Now' como piloto de helicóptero. Le hemos visto en 'Seven', 'Leaving Las Vegas', 'Arde Mississippi' o el remake de 'La matanza de Texas'. También ha trabajado bastante como actor de doblaje, siendo el Sargento de los soldaditos de juguete de 'Toy Story' su papel más importante.
Adiós, Gunny
Tras enterarse de la noticia han sido muchos los actores y compañeros de 'La chaqueta metálica' los que han querido rendirle homenaje en redes sociales. Nosotros tampoco nos olvidaremos de "Gunny" y de su capacidad de hacer llorar hasta al más machote.
Ermey was the real deal. The knowledge of him passing brings back wonderful memories of our time together. @RLeeErmey @StanleyKubrick @FMJDiary @MatthewModine @AdamBaldwin pic.twitter.com/XgsItiMqCP
? Vincent D'Onofrio (@vincentdonofrio) 16 de abril de 2018
"Ermey era de verdad. Descubrir que ha muerto me trae maravillosos recuerdos de nuestro tiempo juntos".
#SemperFidelis Always faithful. Always loyal.
? Matthew Modine (@MatthewModine) 15 de abril de 2018
Do not go gentle into that good night.
Rage, rage against the dying of the light.
RIP amigo. ??PVT. Joker #FullMetalJacket @RLeeErmey @StanleyKubrick @vincentdonofrio @ViKu1111 pic.twitter.com/AYbWQmLxy1
"#SemperFidelis. Siempre fieles. Siempre leales.
No entres dócilmente en esa buena noche.
Enfurécete, enfurécete ante la muerte de la luz.
RIP amigo. PVT. Joker"
R.I.P.
? Adam Baldwin (@AdamBaldwin) 15 de abril de 2018
R. Lee Ermey, 'The Gunny' https://t.co/tOQjLHqN1R
¿Por qué era tan difícil trabajar con Stanley Kubrick?
Sets faraónicos
El trabajo que exigía Kubrick para sus decorados era impresionante. Sirva como ejemplo uno de '2001: Una odisea del espacio', una rueda de 11 metros de diámetro para representar la nave de la película, manejada por la inteligencia HAL. Tuvo un coste de 750.000 dólares de los 12 millones con los que contó la película. Cuando rodaba 'Eyes Wide Shut' tenía ya muy desarrollado el miedo a volar, así que mandó a los encargados de decorados a Nueva York para que midieran todas las calles y localizaciones que iban a aparecer en la película para reconstruirlas con el mayor rigor posible.
Con calma
No abandonamos 'Eyes Wide Shut' porque la película protagonizada por Nicole Kidman y Tom Cruise ostenta un récord: el Guinness al rodaje más largo de la historia. 400 días necesitó Kubrick para rodar todo lo que quería como lo quería. La trilogía entera de 'El Señor de los Anillos' fue filmada en 'sólo' 274 días.
Luz perfecta
Murray Melvin fue el reverendo Samuel Runt en 'Barry Lyndon', por lo que es perfectamente consciente de cómo era Kubrick en los rodajes. En una entrevista, Melvin ha recordado una increíble anécdota que ocurrió mientras Kubrick filmaba la película. "Una escena con miles de velas tomó una semana entera para poder realizarla. Cuando ya estaba hecha fue eliminada del metraje. El asistente del director me dijo que Stanley la miró y no le gustó cómo había quedado. Ahí fue cuando me enamoré de él. Pensé '¡eso es poder!'".
Duro con los actores
Es de sobra conocida la presión que Kubrick ejerció sobre Shelley Duvall, la esposa de Jack Nicholson en 'El resplandor'. La marginó en el rodaje, le quitó frases del guion y prohibió a todo el mundo presente en el set que entablase amistad con ella. A pesar de todo ello, años después Duvall reconoció que "puede que le odiara entonces, pero ahora lo veo como un director muy importante que me dio el papel de mi vida y me hizo la clase de actriz que nunca me hubiera atrevido a ser".
Cabezón
Para Kubrick, todo tenía que salir según el lo había preestablecido. Cuando dirigió 'Atraco perfecto' daba instrucciones muy específicas sobre cómo tenía que ser todo. El director de fotografía Lucien Ballard le sufrió, según recordó el productor asociado de la película, Alexander Singer. "Había recibido unas instrucciones sobre un plano y se puso a trabajar en ello mientras Stanley se va del set para dedicarse a otros asuntos. Vuelve unos minutos más tarde y ve que la cámara está más lejos de lo que había ordenado. 'Espera, Lucien, ¿qué haces, Lucien?'. 'He ido a hacer el plano a una distancia diferente pero con el resultado del mismo tamaño de imagen... no habrá diferencia. Es toda la diferencia del mundo porque cambia la perspectiva entera, así que Stanley miró para arriba y le dijo, 'Lucien, o mueves esa cámara y la pones donde tiene que estar o te vas del set y no vuelves nunca más'".
Repetitivo
De nuevo hablamos de 'El resplandor'. Kubrick le hizo repetir a Shelley Duvall hasta en 127 ocasiones la escena del bate. Otro Guinnes: esa es la escena con más tomas jamás realizada. El lloro de Wendy en esa escena es real, y Duvall acabó incluso perdiendo mechones de pelo por el estrés. El director de fotografía de la película, Garret Brown, ha atestiguado que su reputación de perfeccionista está completamente justificada. Fue en varias ocasiones a lo largo de esa película en la que repitió la misma escena más de cien veces.