Muchas personas son las responsables de lo que vemos en pantalla cuando vamos al cine, aunque nos empeñemos en cargar todo el mérito (o las faltas) en un director o directora concretos. Hoy decimos adiós a una de esas personas a los que los cinéfilos debemos un gran aplauso, aunque su nombre quizá no sea muy conocido por muchos de nosotros.
Ron Cobb, icónico dibujante y diseñador de producción que trabajó en películas de 'Star Wars', 'Alien' o 'Conan, el bárbaro', ha muerto a los 83 años debido a la demencia con cuerpos de Lewy, una enfermedad degenerativa que causa la pérdida de funciones mentales. Lo ha informado su esposa Robin Love a The Hollywood Reporter. Ha muerto en Sidney el día de su cumpleaños.
Un dibujante vanguardista que empezó su carrera en Hollywood a los 17 años en 'La bella durmiente', acabó convirtiéndose en diseñador de producción e ideando escenarios e instrumentos icónicos en títulos como 'Abyss', 'Mentiras arriesgadas' o el interior de la nave nodriza en 'Encuentros en la tercera fase'. Entre sus trabajos más famosos se encuentran varias criaturas de la cantina de 'Star Wars: Episodio IV - Una nueva esperanza', la Nostromo de 'Alien, el octavo pasajero' o el DeLorean de 'Regreso al Futuro'.
Uno de los padres de E.T.
Tuvo una fructífera relación profesional con Steven Spielberg, al que conoció mientras trabajaba en 'Conan, el bárbaro', que se rodó cerca de 'Indiana Jones en Busca del Arca Perdida'. Spielberg sugirió que Cobb dirigiera 'Night Skies', una película sobre una familia real de Kentucky que dijo haberse encontrado con cinco extraterrestres en su granja. El proyecto no salió adelante porque la familia amenazó con demandar para parar la producción, tras lo cual Cobb escribió un tratamiento similar que tampoco pudo desarrollarse por problemas de presupuesto debido a los efectos especiales que requeriría.
Sin embargo su idea fue rescatada por Spielberg cuando puso en marcha 'E.T., el extraterrestre', convirtiéndola en la historia de un niño y un alienígena. Cobb aparece en la película haciendo un cameo como médico, pero no le encantó el resultado final, que describió como "sentimental y autoindulgente, una historia patética sobre una marioneta perdida". Eso sí, acabó recibiendo 400.000 dólares por una cláusula de su contrato para dirigir la abandonada 'Night Skies'. Cuando sus amigos le preguntaban qué hizo en 'E.T.', Cobb respondería durante el resto de su vida: "No la dirigí".