Se va así una de las primeras actrices negras que logró hacerse un hueco en el difícil y racista sta-system de mediados de los años cuarenta. Desde un primer momento, la actriz y su marido Ossie Davis comenzaron a trabajar conjuntamente tanto en cine, radio y televisión, formando una de las parejas artísticas más consolidadas de la época. A la vez, fueron importantes activistas por los derechos civiles, lo que les trajo más de un problema con la justicia. "Usábamos el arte como parte de nuestra lucha", llegó a afirmar Dee en un discurso en 2006.
En cine, la actriz participó en papeles secundarios en clásicos como 'Un rayo de luz', 'Donde la ciudad termina' o 'Un lunar en el Sol', todas acompañada en el reparto por el mítico actor Sidney Poitier. De esta primera etapa cabría destacar también 'El incidente', olvidado thriller dramático en el que aparecía un jovencísimo Martin Sheen. Su rastro se perdió para la gran pantalla hasta que, en 1982, reapareció en el remake de la mujer pantera realizado por Paul Schrader.
Resurgimiento gracias a Lee y Scott
En la década de los noventa fue recuperada por Spike Lee para dos de sus películas más populares, 'Haz lo que debas' y 'Fiebre salvaje'. Además la pudimos ver en títulos familiares como 'El hada novata' o 'Unos peques geniales'. Pero si hay un papel que ayudó a reivindicar su trabajo fue el que le brindó Ridley Scott en 'American Gangster', donde interpretaba a la madre de Denzel Washington y por la que fue nominada al Oscar a la mejor actriz secundaria en la 80ª edición.
Por este papel se alzó también con un Screen Actors Guild Awards y fue candidata a los Satellite Awards. En su palmarés también encontramos un Emmy y un Grammy, además de la Medalla Nacional de las Artes de Estados Unidos y el prestigioso reconocimiento del Kennedy Center.