La última película de Quentin Tarantino no ha recibido demasiada atención por parte de la Academia en las nominaciones de los Oscar, pero eso no significa que no esté plagada de momentos para el recuerdo. El director y guionista nacido en Knoxville supo ir pasando de una templada tensión dentro de una cabaña a una locura más típica de aquellas películas que tanto le gustan. Y uno de esos momentos en los que la tensión se dispara es cuando Kurt Russell revienta una guitarra contra una de las vigas que mantienen en pie la localización. Pero resulta que no era una guitarra cualquiera.
Como ha desvelado Reverb, el museo Martin Guitar prestó a la producción una de sus guitarras originales de la década de 1870. Obviamente el plan de Tarantino no era destrozar la reliquia, sino grabar -o mejor dicho rodar- a Jennifer Jason Leigh tocando su amenazante canción con esa deslumbrante guitarra, y justo después cortar el plano e intercambiar la pieza de museo por una guitarra sin valor. Pero al parecer, Kurt Russell no estaba al tanto de ese plan y dejó unas astillas de guitarra de más de 140 años de recuerdo en la viga de la cabaña.
El director del museo, Dick Boak, ha señalado que cuando le comunicaron el incidente simplemente le dijeron que había tenido lugar un accidente, por lo que no pensó que un actor redujo a pedazos uno de sus instrumentos de coleccionista. Pero después del estreno de la cinta era complicado que no se enterara de lo que ocurrió realmente, y estas han sido sus palabras al respecto: "Queremos dejar claro que ese incidente fue muy doloroso para nosotros. No podemos creer que pasara. No creo que nadie pueda arreglar esto. Hemos sido remunerados por el valor del seguro, pero no se trata del dinero. Se trata del mantenimiento de la historia y la herencia musical americana."
Terror espontáneo
El resultado más evidente de esa malinterpretación de los planes por parte de Russell fue la reacción totalmente natural de Jennifer Jason Leigh, que conocía el valor de la guitarra y quedó perpleja ante la acción de su compañero de reparto. Probablemente la escena de la canción es la que le valió su primera nominación al Oscar -sumada a su incisivo y salvaje rol a lo largo de 'Los odiosos ocho'-, aunque no tenga muchas posibilidades de cara a la gala del próximo 28 de febrero. A pesar de los esfuerzos del museo por restaurar la guitarra a partir de los restos, ha sido imposible devolverla a la vida. ¿Mereció la pena?
