La Seminci 2015 es historia. La entrega del premio honorífico a la actriz francesa Juliette Binoche en la gala de clausura de un abarrotado Teatro Calderón, puso este sábado el broche de oro a la 60ª edición de un certamen que ha reunido este año a más de 80.000 espectadores en sus proyecciones dedicadas al cine de autor internacional, que se cerraron ayer con 'Nadie quiere la noche'.
La Sección Oficial ha mantenido un aceptable nivel general, con cuatro películas magníficas como 'Mustang', '45 años', 'Rams' y 'Una pastelería en Tokio', todas ellas incluídas en un palmarés concedido con buen criterio. No tan redondas, pero igualmente notables, resultan la inaugural 'Dheepan', la israelí 'Wedding Doll' y la islandesa 'Fúsi'. También aplaudimos la inclusión de un film de género puro y duro como 'Beeba Boys', reivindicable entretenimiento impecablemente facturado.
En un tono sumamente correcto, destacamos también los films históricos '13 minutos', 'The Girl King' y 'Une histoire de fou' o los dramas familiares 'La adopción' y 'Nahid'. Mientras que entre lo más olvidable dejamos la alemana 'El mundo abandonado', la rumana 'Why me?', la chilena 'Aurora', la francopalestina 'Degradé' y la española 'La arteria invisible', propuestas que oscilan entre lo fallido y lo irrelevante. En mejor lugar situamos la película de clausura, de la que os hablamos a continuación.
'Nadie quiere la noche' (Isabel Coixet)
El cierre oficial lo puso la última película de la cineasta catalana Isabel Coixet, responsable de una ambiciosa producción española de reparto internacional que inauguró la Berlinale este mismo año. 'Nadie quiere la noche' cuenta con la homenajeada Juliette Binoche como protagonista de una historia basada en las vivencias de Josephine Peary en su travesía hacia el Círculo Polar Ártico para reencontrarse con su marido, el célebre explorador Robert Peary.
La película -de ritmo irregular pero estimable crescendo dramático- oscila entre el retrato de una cruda lucha por la supervivencia en un entorno hostil y el drama intimista de dos mujeres (la propia Josephine y una joven esquimal interpretada por la japonesa Rinko Kikuchi) enamoradas del mismo hombre y obligadas a compartir refugio y unir esfuerzos para superar las terribles condiciones del invierno polar. Las actrices elevan el nivel de un film desigual, que gana enteros en su emocionante tramo final. Un digno cierre para esta interesante Seminci.
Nota: 6
