Llegan cada vez más gringos a 'Narcos'. La segunda temporada y su fuerte desenlace dejaron como algo bastante necesario el traer nuevos actores que sean capaces de llevar cierto peso en la trama, y no puede cualquiera asumir el rol de Pablo Escobar como gran líder del cártel. Es por ello que no llega uno, sino varios actores para unirse al reparto de una de las series de más éxito de Netflix. El último de estos fichajes: Tristán Ulloa.
El actor criado en Vigo decidió anunciar que se une a 'Narcos' a través de una publicación de Instagram que no deja lugar a dudas. Por tanto, será una nueva incorporación con bandera española que añadir al reparto de la tercera temporada de la serie. Se desconocen detalles de su papel, por lo que habrá que estar a la espera de nuevas informaciones.
Tristán Ulloa es conocido por muchos españoles tras llevar dos décadas trabajando tanto en la pequeña como en la gran pantalla. En el cine cuenta con títulos a sus espaldas como 'Mensaka', 'Lucía y el Sexo' o 'Mataharis', mientras que en televisión ha trabajado en producciones como 'Gran Reserva', 'El tiempo entre costuras', 'Los nuestros' o 'La embajada', entre muchas otras. Ahora dará el gran salto hacia la plataforma de series más popular del mundo.
Reunión española en 'Narcos'
Tristán Ulloa no es el primer fichaje que realiza la serie de Netflix para trabajar en la tercera temporada, ya que anteriormente fueron anunciados Javier Cámara y Miguel Ángel Silvestre. La más que sonada ausencia de Pablo Escobar hace necesaria la aparición de otros personajes que sean capaces de llenar el hueco de un personaje con tanto carisma, y cuya historia le hacía como gran protagonista. ¿Cómo sobrevivirá 'Narcos' a Pablo Escobar durante la próxima temporada?
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Sí, era apodado "El Robin Hood de Medellín"
Lo interesante de 'Narcos' es que es una serie de claroscuros. Una serie de contexto. Representa, de una manera más o menos fiel, a los diferentes personajes en el entorno que les corresponde desenvolver, y es capaz de mostrar cómo Pablo Escobar era, al mismo tiempo, un asesino sin escrúpulos cegado por la ambición, un hombre de familia, y también un vecino aparentemente comprometido.
Se apela a Escobar recurrentemente como "El Robin Hood de Medellín", y la razón está en que Escobar surge de una de las zonas más humildes de Colombia, en barriadas sumidas en la exclusión y olvidadas por las fuerzas oligarcas del estado. En la ficción vemos cómo Escobar apoya económicamente a la vecindad, y el padre Juan Carlos Molina, activista contra la drogadicción, habló en reiteradas ocasiones para la prensa acerca del papel social que jugaba el narcotraficante entre las clases pobres de Medellín: "(Pablo Escobar) era un poco como Robin Hood. La gente lo lloró porque ocupó el rol del Estado, hizo escuelas, hospitales, calles, se ocupó de los pobres (...) Escobar hizo todo en base al mal, la droga y la delincuencia. Pero el pobre tenía para comer, tenía hospital... Ahí está la dicotomía".
Tampoco se debe perder de vista que, más allá de la inversión en la comunidad que hacía el Cártel, muchas de las familias de Medellín vivían directamente de Pablo Escobar, ya que era habitual que jóvenes en exclusión social, con pocas oportunidades de futuro, trabajasen como correos de la droga, en laboratorios, o directamente como sicarios. Algo que, de hecho, no ha cambiado en los barrios pobres de todo el planeta todavía hoy.
Pablo Escobar entró en política
Contando con el apoyo de las clases populares, la gran ambición de Pablo Escobar -y también origen de buena parte de sus problemas-, era entrar de lleno en el mundo de la política. Quería llegar a ser, atención, presidente de Colombia.
La arrogancia de Pablo Escobar, convencido de la impunidad de la que gozaba como narcotraficante, se ve muy claramente reflejada en la serie de Netflix al ver a un gánster saltar sin pudor a la escena pública. Sin temor a que nadie señale con el dedo sus negocios. Parece ciencia ficción, pero también es radicalmente cierto que Pablo Escobar tuvo una intentona política, que de hecho se tradujo en el cargo público de diputado suplente en el Congreso de la República. Pablo había creado una formación política llama Civismo en Marcha, rápidamente desmantelada.
Pronto salió a la luz la actividad ilegal de Pablo Escobar, es apartado por Luis Carlos Galán (interpretado por Juan Pablo Espinosa en la serie) y denunciado en el congreso por Rodrigo Lara (Adan Canto en la serie), que saca a la luz la foto de la ficha policial de Escobar. Una gran humillación para Escobar, cuya eminente carrera política termina de forma fulminante. Como consecuencia manda matar a Lara, que es tiroteado en su coche por dos sicarios.
Forbes incluyó a Pablo Escobar en la lista de los más ricos
En la serie se menciona en varias ocasiones la aparición de Escobar en la lista de los hombres más ricos de Forbes, lo que es totalmente cierto. Forbes estimaba que Escobar poseía aproximadamente el 40% del capital de la familia, que había logrado unos 8.000 millones de dólares en el negocio del narcotráfico. Parece ser que la propia DEA colaboró con la redacción de Forbes en esta estimación.
La primera aparición del narco en la lista de los hombres más ricos fue en 1987, y sucesivamente el nombre de Escobar fue apareciendo entre el centenario de multimillonarios hasta en siete ocasiones (1987-1993).
En la propia revista Forbes, coincidiendo con la aparición de la anécdota en la serie, hacen un recorrido histórico a la aparición de Pablo en la revista. Comenta el periodista Pablo Galarza que cuando comenzó a escribir sobre los movimientos económicos de los Escobar su familia temió, realmente, por su seguridad.
Rodríguez Gacha sí era un loco que mataba a sus socios
Al presentar a los diferentes personajes de la serie se hace un dibujo rápido de cada uno de los socios de Pablo Escobar implicados en el narcotráfico. Rodríguez Gacha, interpretado en la serie por Luis Guzmán, también era un contrabandista que se presenta en la serie como un personaje traicionero y violento. Se dice, en la serie, que Gacha decidió eliminar a su antiguo socio Gilberto Molina, y de hecho le vemos entrar entrar en una mansión recortada en mano "dando plomo".
En realidad esto sucedió, Gacha mandó eliminar a sus asociados y aprovecharon una fiesta en una mansión para organizar el tiroteo. Sin embargo, lo que vemos en la serie no es exactamente fiel, ya que, si bien Gacha dio la orden, no estaba presente en el asalto.
Sí, la presentadora de televisión era su amante
Otro de los personajes clave de la serie es Valeria Vélez, amante de Pablo Escobar. Pablo Escobar, aunque hombre de familia, también era famoso por sus líos de faldas. El más sonado es el de esta mujer, en realidad llamada Virginia Vallejo.
En la serie aparece representada como una reportera de televisión, que resulta de mucha utilidad para las aspiraciones políticas e imagen pública del narcotraficante. Efectivamente, Virginia era una reportera colombiana muy conocida, y se dice que una que también estaba considerada como una de las mujeres más guapas de Colombia.
La relación entre Virginia Vallejo y Pablo Escobar se extendió a lo largo de cinco años, entre 1983 y 1987. En la ficción de Netflix las asincronías con la historia real sí son recurrentes, y necesarias para dar coincidencia y coherencia al guión, pero en el caso de Virginia el periodo coincide con el que se supone que recoge la temporada.
La relación entre la periodista y el narcotraficante está muy analizada, a raíz de un libro biográfico que ella misma escribió, "Amando a Pablo, odiando a Escobar", en el que se recoge su versión de la relación que mantuvieron.
Pablo Escobar tenía una cárcel a su medida, "La catedral"
Cerramos la primera temporada de la serie con los capítulos relativos a "la catedral", la cárcel donde Pablo Escobar cumple condena. En la ficción descubrimos que el interior de los muros de la cárcel esconde una mansión donde Escobar vive con todo lujo de comodidades junto a sus hombres. Esto es completamente cierto, y se trata, además, de uno de los grandes escándalos de la historia política colombiana.
Escobar entra voluntariamente en prisión a través de un acuerdo con las fuerzas políticas colombianas. El acuerdo se componía, fundamentalmente, de dos partes: la cárcel de destino sería "la catedral" y entrar en prisión evitaría para los narcos la extradición a los Estados Unidos. El negocio de los narcotraficantes colombianos era lograr llevar su cocaína a Estados Unidos, por lo que las autoridades estadounidenses entendían este como un problema de primer orden. Controlar el tráfico de drogas en Estados Unidos era prácticamente imposible, por lo que decidieron mover su estrategia a intervenir directamente en Colombia junto al gobierno del país. Por este motivo agentes de la DEA se desplazan al país latinoamericano, mientras que el objetivo principal de los norteamericanos era lograr juzgar a los narcos en sus tribunales. Los traficantes sabían que acabar enjuiciados en Estados Unidos era fatídico, y por eso Pablo llega al acuerdo de "la catedral".
Todo fluye según los planes de Pablo Escobar hasta que salta a la opinión pública lo que está sucediendo en lo que se consideraba una cárcel de máxima seguridad. Los medios comienzan a hablar de esta prisión como "cárcel de máxima comodidad", al descubrirse que las salas de la cárcel son equiparables a las del mejor hotel, y tanto funcionarios como presos eran personal afín al narcotraficante. La gente entraba y salía de la prisión con total liberad, había fiestas, orgías, reuniones de negocios... El estallido del escándalo público se combina con el hecho de que Escobar estaba perdiendo poder en el cártel al verse apartado de la calle, y termina escapando de la prisión sin mayor problema. Así cierra, además, la primera temporada de 'Narcos'.
El caso de "la catedral" es el más impactante de todos los ejemplos que recorremos, porque es el ejemplo más gráfico de la impunidad con la que los narcotraficantes desenvolvían (o desenvuelven) su actividad. Han pasado un par de décadas desde que sucedió todo esto, pero hace pocos meses saltó a la escena pública un caso muy similar con la fuga del narcotraficante Chapo Guzmán. Las cosas no han cambiado mucho, ¿verdad?