La vida de Pablo Emilio Escobar Gaviria merecía una película que le hiciera justicia, o que al menos fuera tan apasionante como al parecer lo fueron las experiencias vitales del narcotraficante colombiano. Como el cine no ha sido capaz de ofrecernos esa prometedora historia ha tenido que ser la televisión, donde la ficción de calidad lleva años residiendo, la que nos muestre los excesos y las ambiciones del criminal más acaudalado de la historia.
Netflix ha sido la plataforma encargada de traernos 'Narcos', que nos presenta a Escobar antes de cumplir treinta años como un contrabandista de todo tipo de productos. Pero al igual que sucedía en 'El Padrino', llegó el momento en el que la cocaína llamó a la puerta de los negocios ilícitos, y ese polvo blanco se introdujo con fuerza en la pirámide alimenticia de Estados Unidos y dio paso a un imperio criminal que generaba más dinero del que se podía contar. La serie parte de la llegada de esa sustancia a Colombia para relatar la historia de un hombre que no se veía como un criminal, sino, probablemente de manera ilusoria, como la figura que podía llevar a su país a una situación mejor. Pero esa aspiración chocaba con sus propios actos, porque sus actividades ilegítimas eclipsaban cualquier otro deseo y eran como un géiser en plena ebullición, totalmente visibles pero nadie podía impedir su explosión.
Uno de los peligros de tomar la vida de un personaje tan popular es lo manido que puede estar el relato que se muestra. Por eso en 'Escobar: Paraíso perdido' conocíamos al protagonista a través de los ojos de un joven surfista y aquí es un agente de la DEA que decide desempeñar su labor en un equipo de Colombia el que nos guía a través de la historia de Escobar y de la suya propia. En el caso de aquel largometraje protagonizado por Josh Hutcherson y Benicio Del Toro la decisión de cambiar el punto de vista hacía que se perdiera el foco en lo verdaderamente importante, pero en 'Narcos' la vida de ese criminal es la verdadera catalizadora de la historia. Se reparte el tiempo en pantalla entre la inusual investigación policial que tuvo lugar y entre la narración de ascenso social, económico y político de Escobar. Y algo digno de elogio y verdaderamente atrevido es que se respeten los idiomas originales, ya que el español domina cuando tiene que hacerlo y han sido capaces de introducir el inglés de manera natural.
En cuanto al reparto, Boyd Holbrook se encuentra ante su mejor oportunidad de darse a conocer definitivamente con el personaje del agente Murphy. Ese policía está acompañado por la carismática presencia de Pedro Pascal, que fue uno de los actores más queridos de la cuarta temporada de 'Juego de tronos', en la que dio vida a Oberyn Martell. Pero nada habría funcionado si el Pablo Escobar de 'Narcos' no hubiera sido creíble. El brasileño Wagner Moura logra imponer e intimidar cuando tiene que hacerlo y meterse en la piel del impredecible narcotraficante con mucha personalidad. Hay ciertos momentos en los que la serie tiene aires de telenovela cuando el tono se pone demasiado melancólico en la trama de Escobar y su mujer, pero en general el resultado final está muy conseguido y uno de los principales responsables de ello es José Padilha.
Acción de verdad
Padilha demostró con las dos entregas de 'Tropa de élite', protagonizadas también por Moura, que es uno de los nombres más importantes del cine de acción. Pero no de la acción megalómana que vemos casi siempre, sino de una acción que sabe ser sobria y extática en los momentos adecuados. Aquellas producciones brasileñas destacaban por lo integrado que quedaba el espectador gracias a la dirección dentro de esa guerra en las favelas, y Padilha vuelve a lograrlo en 'Narcos' en sus dos primeros episodios. Afortunadamente cuando Padilha pasa el relevo a otro director el estilo se mantiene intacto.
Netflix se ha consolidado con dramas de calidad y tan variados como 'House of Cards' y 'Daredevil', y con 'Narcos' han vuelto a dar un golpe sobre la mesa. Después de ver los tres primeros episodios de esta serie quedan ganas de consumir los otros siete que componen la temporada a un ritmo tan agitado como el que provocaba el producto estrella de Escobar. Todavía queda mucho por ver de la vida de ese criminal con los tres taxis más prolíficos de la historia, y por ahora se han asentado las bases para una serie que puede ser muy grande.