Con motivo del aniversario de la victoria de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, millones de personas se agruparon el 20 de diciembre en marchas a lo largo de las diferentes ciudades del país en la conocida como la Marcha de las Mujeres. El motivo: protestar por la política administrativa Trump, sumado al movimiento #Metoo y Time's Up con el objetivo de cambiar la situación de abuso hacia las mujeres que cada vez es más y más evidente. Esto ha animado a varias activistas y actrices de la industria a participar, pidiendo un cambio no sólo político sino también social. Natalie Portman, la ganadora de un Oscar y todo un referente en la industria cinematográfica se ha unido a la protesta de Los Ángeles, donde en un duro pero a la vez conmovedor discurso relataba su abusiva experiencia personal cuando comenzó en el cine con tan sólo 13 años en 'El profesional (Léon)'. Cinta donde da vida a una niña pequeña que, al igual que ella en aquel momento, estaba descubriéndose a sí misma, su propia femineidad, sus deseos y su propia voz.
En su discurso la actriz confesó que en la primera carta que recibió de un fan (un hombre mayor) narraba una fantasía de violación: "Abrí emocionada mi primera carta de un fan para leer una fantasía sobre una violación que un hombre me había escrito".
"Comprendí muy deprisa que, incluso con tan sólo 13 años, si quería expresarme sexualmente, me sentiría insegura" explicó la actriz. "Y que los hombres se sentiría con derecho a debatir y objetivizar mi cuerpo" Además, Portman añade que una emisora de radio local inició una cuenta atrás por su 18 cumpleaños (irónicamente la edad legal para mantener relaciones sexuales) en la que los críticos de cine se sintieron en la total libertad de hablar de sus "pechos en desarrollo". A partir de ese momento Natalie Portman asegura que dejó de aceptar papeles en los que tuviese que besar a alguien. Además decidió dejar de hablar en entrevistas del asunto, en un intento de que su cuerpo estuviese seguro y de que su voz se escuchase.
Natalie terminó su discurso tildando de terrorismo sexual a la experiencia que había tenido que vivir desde el momento en el que empezó en el mundo de la actuación. Pero no sólo ella, sino como tantísimas otras mujeres de la sociedad.
Puedes ver el discurso en el vídeo de abajo.
Sororidad
No sólo Natalie Portman participó en la protesta. Eva Longoria, Constance Wu, Scarlett Johansson, Lesley Ann Warren, Francesca Eastwood, Viola Davis, Lupita Nyong'o o, Mila Kunis entre muchísimas otras mujeres de la industria también participaron con sus incendiarios discursos con el objetivo de apoyar el movimiento Time's Up.
Todas ellas relataron sus experiencias personales contribuyendo a la causa y con el objetivo de apoyar a todos aquellos casos de las mujeres que no han encontrado aún el valor para hablar.
"Este movimiento es imparable, y para continuar con el progreso tenemos que mantener esta fuerza" explicó Scarlett Johansson para el Los Angeles Times. "Tenemos que ser visibles, tenemos que apoyarnos entre nosotras, tenemos que hablar y seguir siendo activas. Así es como el cambio se va a producir, tratando de seguir haciendo que la gente se active y dejar claro a la administración actual que no nos vamos a ninguna parte".
10 mujeres que han impulsado el 'Girl Power' en las últimas décadas
San de 'La princesa Mononoke'
Ya es tradición en la filmografía de Hayao Miyazaki dar voz y protagonismo a mujeres que se tornan inolvidables. Ya sean brujas, reinas o amazonas; todas ellas tienden a convertirse en las principales precursoras del relato. En este sentido, 'La princesa Mononoke' nos regala una de las figuras femeninas más devastadoras y atrevidas del universo Ghibli. Hablamos de San, una joven salvaje criada entre lobos que lucha ferozmente por sus ideales. Su tremenda fortaleza y coraje la convierten en una mujer autosuficiente y luchadora que consigue lo que se propone dejando al margen a posibles "salvadores" masculinos.
Louise Sawyer y Thelma Dickinson en 'Thelma & Louise'
La combinación de una huida femenina en automóvil con un ambiente árido y desértico puede dar resultados tremendamente efectivos. Ya lo comprobamos en la espectacular 'Mad Max: Furia en la carretera'. Pero antes de que esta carrera futurista aterrizase en nuestras pantallas de cine, Ridley Scott ya realizó una prueba similar a principios de los noventa. Y Susan Sarandon y Geena Davis experimentaron en carne propia el precio a pagar por rebelarse contra un sistema machista abusivo en 'Thelma & Louise'.
Vianne Rocher en 'Chocolat'
'Chocolat' esconde una tierna y profunda reflexión sobre la liberación personal. Alejada del modelo convencional de mujer que circula por el rancio pueblo de Lansquenet, la protagonista de esta historia lucha contra viento y marea para lograr la aceptación del nuevo ecosistema en el que se instala. Porque Vianne Rocher (Juliette Binoche) tiene más bien pocas herramientas para ganarse la confianza de una aldea muy corta de miras: es forastera, madre soltera y tiene el objetivo de abrir una tienda.
Beatrix Kiddo en 'Kill Bill'
Mamba Negra es peleona, fuerte y podría arrancarle los ojos a cualquier rival con solo una mirada. Tiene alma de líder y por supuesto encaja muy bien dentro del universo Quentin Tarantino: es decidida, audaz y muy temperamental. Tal vez por ello su rostro termine empapado de sangre en más de una ocasión dentro de la saga 'Kill Bill'. Desde una óptica feminista, Beatrix Kiddo se aleja de los estereotipos más convencionales dentro del género para convertirse en una figura que desprende decisión, independencia y fortaleza.
Erin Brockovich-Ellis en 'Erin Brockovich'
Aunque la cinta dirigida por Steven Soderbergh no resista muy bien al paso del tiempo (a más de uno 'Erin Brockovich' siempre le pareció un telefilm sobrevalorado), tal vez presente uno de los personajes que más tenía que contar en el terreno del autoestima femenino y los obstáculos sociales a principios de siglo. Y es que a pesar de los tibios resultados obtenidos, la intención de la cinta era buena: componer un retrato de una mujer rompedora, firme, luchadora y desenvuelta. Lástima que un guión plagado de clichés y tópicos dificultase el trabajo de Julia Roberts.
Alice Abernathy en 'Resident Evil'
Tal vez uno de los grandes hallazgos de la cinta se encuentre en el hecho de que eleve el rol de la mujer dentro de una historia tradicionalmente asignada al hombre. Porque 'Resident Evil' opta por abandonar la testorena y deja a una valiente Milla Jovovich al frente de una pesadilla protagonizada por zombies desquiciados y emociones fuertes. Y al igual que ocurre con Trinity en 'Matrix' o Sarah Connor en 'Terminator', Alice Abernathy aparece como heroína a tener en cuenta.
Clarice Starling en 'El silencio de los corderos'
Jodie Foster compone uno de esos retratos que hielan la sangre y se ganan el cariño del público. Y la puesta en escena y la dirección de Jonathan Demme contribuyen a que empaticemos todavía más con un tímido personaje que debe abrirse hueco en un universo plagado de hombres. Pero que nadie se confunda porque esta agente del FBI demuestra estar a la altura de las circunstancias: la norteamericana cumple satisfactoriamente sus objetivos aguantando la feroz mirada de deseo de su insoportable entorno masculino. Un acoso que el espectador experimenta en carne propia (el punto de vista de la cinta corresponde a Clarice y por tanto más de un baboso habla a cámara).
María y su madre en 'Solas'
'Solas' de Benito Zambrano es una película que conmueve a todo aquel que se aproxima a ella. Utilizando como base el cine más social de Fernando León de Aranoa, el cineasta andaluz construye una postal familiar con dos personajes femeninos que deberán enfrentarse a un heteropatriarcado arraigado y doloroso. Y utilizando el vínculo sentimental que las une, María (Ana Fernández) y su madre (María Galiana) deberán salir adelante sorteando a los numerosos hombres que desean reprimirlas. Muy recomendable.
Jess y Jules en 'Quiero ser como Beckham'
'Quiero ser como Beckham' no solo nos presenta a una joven e inexperta Keira Knightley a principios de su carrera. El mensaje incluido en la cinta dirigida por Gurinder Chadha resultó inspirador para toda una generación de espectadores que se acercó al film pensando que en realidad trataba de fútbol. Pero a fin de cuentas se fueron a casa con la lección aprendida: no hay sueños y deseos que no merezcan una lucha contra el folclore y la tradición más injusta y represiva.
Cathy Whitaker en 'Lejos del cielo'
Todd Haynes, maestro absoluto del melodrama, volvió a demostrar sus habilidades para la psicología femenina allá por el 2002 con 'Lejos del cielo'. La cinta, que nos traslada a Connecticut en los años cincuenta, narra la historia de un ama de casa cuyos principios comienzan a desmoronarse al topar con una cruda realidad vinculada a su marido. Como retrato fantasmal, la película no tiene ningún tipo de desperdicio: Cathy Whitaker y sus numerosos esfuerzos por ganarse un hueco en una sociedad que no la comprende merecen un claro visionado.