La temporada 4 de 'The Crown' se centra en el romance y tormentoso matrimonio entre el Carlos y Lady Di y está trayendo más controversia que las otras tres temporadas juntas. Parece que a la Casa Real británica no le ha gustado nada la forma en la que Peter Morgan ha retratado la figura del príncipe de Gales y su relación con su ex-mujer y Camila Parker-Bowles, aunque no se hayan pronunciado oficialmente. De cualquier forma, el que sí ha expresado abiertamente cierta preocupación ha sido el Gobierno de Reino Unido, que a través del secretario de cultura, Oliver Dowden, pidió a la plataforma de streaming que incluyese un aviso antes de los episodios especificando que 'The Crown' es una obra de ficción. Lo hizo en una entrevista a The Mail on Sunday y a través de una carta privada a la que Netflix acaba de responder.
"Siempre hemos presentado 'The Crown' como un drama y tenemos plena confianza en que nuestros suscriptores entienden que es una obra de ficción que se basa ampliamente en eventos históricos", dijo un representante de la empresa en un comunicado a Deadline, "Así pues, no tenemos planes y no vemos la necesidad de agregar una exención de responsabilidad". Ninguna de las dos cartas se han hecho públicas.
Los nuevos episodios de la serie británica ha hecho crecer de nuevo el interés por la figura de Lady Di, lo que, según la prensa británica, esta frustrando al Príncipe Carlos aunque asegura no sentirse "amenazado". Igual que ocurrió cuando la pareja estaba junta, Diana es mucho más interesante, cercana y cautivadora que ningún miembro de la realeza y con su simple presencia eclipsaba a su marido, el que debía ser el futuro rey de Inglaterra. La que se ha llevado la peor parte ha sido la duquesa de Cornualles, actual esposa de Carlos, que ha recibido un aluvión de críticas y odio después de que la serie reflejase el triángulo amoroso que mantuvieron durante todo el matrimonio. Según expertos en la familia real, toda esta trama entre Camilla, Diana y Carlos sería el ejemplo perfecto de ficción dentro de la serie, una libertad creativa que el público estaría tomando como cierta.
La bulimia es otro tema
Netflix se habrá negado a incluir un aviso de ficción en 'The Crown', pero ha sido mucho más sensible con un tema que sí puede afectar directamente a parte de sus 195 millones de suscriptores y suscriptoras. Diana de Gales confirmó en 1995 que tenía bulimia, un secreto a voces dentro de la familia real que no ha dejado de tratarse en la serie. Emma Corrin, la actriz que encarna a la Princesa, tuvo además especial interés en que la enfermedad se tratase con respeto, pero de manera abierta y evidente, no por amarillismo, sino para dejar de invisibilizar una afección que sufren a millones de personas en todo el mundo y que sigue siendo tabú especialmente cuando afecta a personas adultas. Netflix, consciente de la delicadeza del trastorno, decidió incluir, esta vez sí, una advertencia al comiendo de los capítulos en los que se trate la bulimia y se vea a la princesa vomitando en el baño.
Las cuatro temporadas de 'The Crown' están ya disponibles en Netflix.