Uno de los sectores que más está sufriendo la crisis del coronavirus es el audiovisual. Todos los rodajes están paralizados, los estudios de doblaje cerrados y las películas y series que sí consiguieron terminar el rodaje intentan adelantar todo lo que pueden con la postproducción, aunque sea desde casa. Hace unos días, parte del ámbito cultural español organizó una huelga en Internet, un #ApagónCultural, para criticar las nulas medidas de apoyo del Gobierno y reflejar la situación de precariedad a la que se enfrentaban.
Ahora, al menos, alguien les ha tirado un salvavidas. Acción Cultural Española, la Academia de Cine y el ICAA (que forma parte del Ministerio de Cultura y Deporte) y Netflix se han unido para crear una línea urgente de ayuda asistencial a los profesionales más afectados por la pandemia del coronavirus. Netflix destinará un millón de euros para abrir esta línea de ayuda, que forma parte de su plan internacional por el que han dedicado 100 millones de dólares para ayudar al sector del cine y la televisión que atraviesa tiempos muy difíciles. José Manuel Rodríguez Uribes, Ministro de Cultura y Deporte, ha querido agradecer "esta muestra de generosidad, compromiso y solidaridad" de Netflix con la industria audiovisual española.
Toda ayuda es bienvenida
Estas ayudas están dirigidas a aquellos trabajadores del ámbito artístico o técnico que se encuentren en situación económica precaria debido a la crisis. Los organizadores anuncian que los detalles y criterios de elegibilidad de estas ayudas se elaborarán con los distintos agentes sociales del sector, e invitan a que se sume cualquier otra entidad que quiera colaborar. La Academia anima a que "se articulen otras iniciativas privadas y públicas para la reactivación de las industrias culturales" y confían en que "los poderes públicos impulsen y canalicen cuantas medidas sean necesarias para garantizar la supervivencia" del sector audiovisual de nuestro país.
Aunque esta medida por parte de Netflix es sin duda bien recibida en la industria, no dejará de ser controvertida porque, en su primer ejercicio fiscal en nuestro país, el gigante del streaming solo pagó 3.146 euros en concepto de impuesto de sociedades (vía El País). Al igual que muchas otras grandes empresas tecnológicas, se debe a que su sede fiscal no se encuentra aquí, sino en Holanda, donde tienen mayores ventajas fiscales.