'El Viaje de Marta (Staff Only)' es la primera gran oportunidad de Elena Andrada, la segunda película de Neus Ballús y un paso más en la larga trayectoria de Sergi López. Pese a estas diferencias, a los tres les une la ilusión ante el estreno de un proyecto pequeño, pero no por ello menos interesante. Una cinta que aborda cuestiones tan importantes como las diferencias raciales, la precariedad laboral o el crecimiento personal adentrándose en un resort senegalés. Todo ello sin resultar grandilocuente o moralista. Algo similar ocurre charlando con los tres: una muestra de que es posible abordar asuntos complejos en una conversación que nunca deja de ser distendida.
Ballús sorprendió al panorama del cine español con 'La plaga', allá por 2013. Un filme a medio camino entre realidad y ficción rodado en las inmediaciones de Barcelona. En esta ocasión ha trasladado la acción nada menos que a Senegal. Según afirma, "quería llegar un poco más allá en crear una trama narrativamente compleja". Además, cuenta que le interesaba "trabajar con actores no profesionales pero con un poco más de profundidad y tiempo". Todo ello suponía alejarse de su zona de confort, uno de los motivos de que entre su primer y su segundo largo hayan transcurrido seis años. "Al principio los proyectos se parecen mucho a lo que hace un periodista o un antropólogo: hablar con la gente, preguntar, observar mucho. Con esta información empiezas a imaginar tramas y personajes", explica.
Aún así, siempre hay margen para los cambios. Un ejemplo de ello es que el personaje del padre, interpretado por Sergi López, era originalmente una madre. Sin embargo, tras ver al actor catalán en proyectos del cineasta Marc Recha, optaron por este cambio. López relata que le interesa "privilegiar la situación, lo que pasa, esa verdad que es mentira, más que construirme un personaje bonito en casa". Para explicarse utiliza un símil futbolístico: su rol en el rodaje es un poco como el de Xavi en el Barça de Guardiola, "alguien que es como un emisario y crea una complicidad, aunque a Xavi a veces también había que pedirle que se quedara en su sitio". Elena Andrada, por su parte, se convirtió en Marta tras un largo proceso de casting. Para ella "lo más difícil no fue aprenderse el guion en sí, sino la intención que hay detrás".
Uno de los recursos formales más interesantes de 'El viaje de Marta' es la inclusión de imágenes caseras. Ballús revela que la idea parte de una historia real. "La primera vez que fui a Senegal iba con una amiga que filmaba un docu de universidad. La cámara estaba en las últimas y mi amiga decidió regalársela a nuestro colega allí". En la cabeza de la directora quedó revoloteando la relación de la población autóctona con los hoteles. La sorpresa llegó cuando, al llamar a su amigo senegalés para informarse sobre esta cuestión, este le contó que "se había convertido en cineasta, filmaba a los turistas y le vendía las imágenes". De la combinación entre las imágenes más habituales del turismo en África con los momentos aburridos o mundanos que suelen quedar al margen surge la idea del proyecto.
Una película sobre la capacidad de entendernos que "no da la chapa"
Pero por muy complejas que sean estas cuestiones, la gravedad nunca se impone en 'El viaje de Marta'. Como resume Sergi López "esta película habla de muchas cosas sin darte la chapa. Aborda el turismo o las relaciones de racialidad sin juzgar". A Ballús le interesan "las relaciones entre diferentes en las que hay jerarquías, aunque no estén escritas; la manera en la que nos entendemos con el otro". Concluye que "si hiciéramos esto mejor a nivel micro no tendríamos tantos temas abiertos a nivel global".
Al mismo tiempo, 'El viaje de Marta' también es la historia de una familia. Una de las relaciones más genuinas de la protagonista es la que mantiene con su hermano Bruno (Ian Samsó). Sobre el nexo entre ambos personajes, Elena Andrada dice que en el rodaje "era como si fuésemos hermanos". Suena a tópico, pero los tres matizan que eran literalmente como hermanos, con las pequeñas e inocentes peleíllas que ello acarrea.
Sergi López ha participado también en otra de las pequeñas joyas recientes del cine español: 'La inocencia', de Lucía Alemany. Comparando ambas obras, el actor de 'Lazzaro feliz' apunta que "las dos vienen firmadas por directoras jóvenes que cuentan una historia que no es autobiográfica, pero que tiene que ver con algo que han vivido, y en las que las protagonistas son adolescentes que están descubriendo el mundo de los adultos". Entre las nuevas preguntas que se hacen a sí mismas está aquella en la que entran sus personajes: "¿qué está pasando con mi padre?". Para el catalán a los dos progenitores les ocurre un poco lo mismo: "hacen lo que pueden".
Ballús y Alemany son solo dos ejemplos de las creciente presencia de directoras en España. "Hay una cierta visibilidad que antes no existía", admite Ballús. Sin embargo, añade que "las cifras nos dicen que no estamos en una situación de igualdad, ni en películas dirigidas por mujeres ni en presupuestos". Para la realizadora es vital que tanto el sector de la distribución como el de la prensa se pongan las pilas. "Es importante saber cómo hablamos de este tipo de películas, que no se resumen en una frase, cómo explicamos su singularidad". Concluye con un alegato tan contundente como irreprochable: "La industria del cine es conservadora por naturaleza. La mujer, como cualquier nueva incorporación, se ve como un factor arriesgado. Pero estamos en una industria creativa que necesita de la innovación".