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CRÍTICA

'No confíes en nadie': Tu sombra, tu enemigo

Nicole Kidman se mete en la piel de una mujer que sufre las secuelas de un terrible accidente: cada vez que duerme se borran todos sus recuerdos. Estreno este viernes 13 de febrero.

Por Ángela del Caz 12 de Febrero 2015 | 10:00

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¿Cuántas veces nos hemos desesperado porque no recordamos algo en concreto o porque no conseguimos memorizar algo por muy básico y sencillo que sea? Pues ese problema pero elevado a la enésima potencia es el que tiene Nicole Kidman.

La actriz se mete en la piel de Christine, una mujer de cincuenta años que sufre las secuelas de un terrible accidente. Unas secuelas que provocan que todos sus recuerdos y vivencias se borren por completo de su mente cada vez que se duerme.

No confíes en nadie

Al despertar tiene que someterse al díficil esfuerzo de recordar, no sólo cómo ha sido su vida hasta ahora, también quién es, dónde vive o quién es su familia. Con esta premisa arranca 'No confíes en nadie', largometraje dirigido por Rowan Joffe que llega este viernes 13 de febrero a los cines españoles.

Por eso cada día tiene que volver a tomar conciencia de que es una mujer de cincuenta años a la que su marido le tiene la casa montada como un puzzle para que, en cada uno de sus movimientos, Christine sepa dónde está y por dónde moverse.

Entre las cosas que 'aprende' es que cada día un psicólogo llama a su casa y le recuerda que tiene escondida en el armario una cámara en la que graba sus recuerdos diarios para ir rehaciendo cada 24 horas su vida.

No confíes en nadie

Dr. Nash, el punto de inflexión

Así transcurrre su vida día a día hasta que una mañana se da cuenta de que en su rompecabezas las cosas empiezan a no cuadrar y que, con un poco de esfuerzo, quizá consiga llegar al fondo del suceso que le cambió la vida para siempre.

Una película ciertamente de multicine pero protagonizada por dos reconocidísimos intérpretes como Colin Firth (Ben Lucas) y la ya citada Nicole Kidman (una Christine Lucas muy realista y convincente), que encabezan el reparto de un largometraje algo predecible en la primera parte pero que sí consigue mantener el suspense y la tensión.

Noventa minutos de película bien estructurada en la que Mark Strong en el papel de Dr. Nash jugará un papel decisivo para ese punto de inflexión que marca un antes y un después en el largometraje y en el pensamiento del espectador.