Hace veinte años nacía en Londres un bebé de ojos azules. Poco tiempo tardaría en utilizar esas dos armas donde más efecto podían tener: en el cine. Asa Butterfield lleva más de media vida trabajando como actor, ya sea en cine o en televisión, y seguramente veamos mucho más de él ahora que se sumerge en la juventud. Con el paso de los años ha sabido gestionar su papel como joven estrella, tomándose algunos descansos cuando era necesario, sin dejarse absorber por la burbuja hollywoodiense.
Desde sus inicios como secundario en breves roles hasta su incuestionable habilidad como protagonista hemos sido testigos del ocaso de su infancia, de su travesía por la adolescencia y del comienzo de su juventud. En la pantalla ha quedado reflejada su evolución de niño a... menos niño. Por lo tanto, es prácticamente un nativo del medio y una de las caras más conocidas de su generación, aunque todavía le quede un largo camino para confirmarse como intérprete.
Dentro de poco le veremos en 'Un espacio entre nosotros', que se estrena en España el próximo 21 de abril. Además, su horizonte está plagado de posibilidades y proyectos, por lo que también seremos testigos de la dirección que decide tomar con su carrera ahora que ha alcanzado la edad en la que la incertidumbre del futuro llama a la puerta. Para recordar los comienzos de Butterfield hemos dispuesto los momentos más vitales de su interesante carrera:
No pierdas de vista a Asa Butterfield
Mirada infalible
La carrera de Asa Butterfield comenzó a la temprana edad de ocho años, cuando un buscador de talentos supo hacer su trabajo. El talentoso pequeño fue "descubierto" en el grupo de teatro de su barrio, al que acudía como actividad extraescolar. De ahí saltó en primer lugar a la televisión en 2006 con el telefilm 'After Thomas', en la que tuvo un reducido papel, ya que el autismo del niño protagonista absorbía toda la emoción. Un año después llegó al cine de la mano de Garth Jennings, que le introdujo en un papel mínimo en 'Son of Rambow'. Apenas contó con tiempo en la pantalla, pero su irresistible mirada azul ya avisaba a la cámara de que no tardaría en volver a verla.
Fama prematura
Uno de los mayores fenómenos literarios de lo que llevamos de siglo fue 'El niño con el pijama de rayas', publicado en 2006 y con millones de ventas a sus espaldas. Hollywood no hizo esperar su respuesta y dos años más tarde estrenó su propia versión de la historia, coproducida con Reino Unido. Butterfield fue el elegido para interpretar a Bruno, el niño alemán en el que se centraba la narración y que se dedicaba a visitar clandestinamente a su amigo judío, que se encontraba al otro lado de la valla que señalaba dónde empezaba el campo de concentración nazi. Las opiniones sobre el resultado final de la cinta son variadas, pero lo que está claro es que Butterfield, con tan solo diez años, demostró sus aptitudes para convertirse en estrella.
Carne de blockbuster
En 2010 por primera vez estrenó dos largometrajes, aunque en ninguno fuera protagonista. El primero de ellos fue 'El hombre lobo', la descomunal producción de 150 millones de dólares que contó con el preadolescente Butterfield como versión joven del hermano del protagonista. Una presencia reducida pero que le dio visibilidad en una película de grandes dimensiones, que terminaría resultando un fracaso comercial. El segundo estreno fue 'La niñera mágica y el Big Bang'. El pasional proyecto de Emma Thompson incluyó a Butterfield como uno de los niños que se encontraban bajo la supervisión de la alocada cuidadora.
La gran oportunidad
Cuando Martin Scorsese va a dirigir una película llamada 'Hugo' y tú vas a ser ese Hugo, estás ante el momento más importante de tu carrera. Asa Butterfield fue el protagonista de esta celebración del cine, que en España recibió el nombre de 'La invención de Hugo', más respetuoso con el planteado por el autor de la novela original, Brian Selznick. El peso del protagonismo recayó sobre este chico de apenas 12 años, que dotó de picardía y amargura al niño que vivía solo en la estación de tren, intentando hacer funcionar el autómata construido por su padre antes de fallecer. Un relato precioso en el que Butterfield era una de las piedras angulares, y aprovechó cada uno de los fotogramas en los que fue encuadrado por Scorsese.
Chico franquicia
En los últimos años Lionsgate ha dedicado especial atención en sacar a flote franquicias para adolescentes y jóvenes -Katniss y Bella dan fe de ello-, pero no siempre triunfan en sus intentos. Uno de esos tropiezos tuvo lugar en 2013, cuando juntaron a algunos de los actores adolescente de mayor proyección (Butterfield, Hailee Steinfeld) con intérpretes consagrados (Harrison Ford, Viola Davis) en el espacio exterior. El planteamiento del entrenamiento de los jóvenes no era revolucionario, pero contaba con los ingredientes necesarios para triunfar entre su público. Algo que 'El juego de Ender' no hizo finalmente. Butterfield fue el protagonista, y desde entonces ha sabido compaginar su paso por el cine comercial con el cine indie.
Inspiración burtoniana
Tras protagonizar dos producciones de menor presupuesto, pero con mejor recepción de crítica, 'X + Y' y '10.000 Saints', en 2015 fue protagonista de un proceso de selección en el que estaban centradas millones de miradas. Sony y Disney habían anunciado que producirían conjuntamente la nueva película de Spider-Man y Butterfield se había convertido en uno de los más sonados para hacerse con el ansiado papel, aunque sería Tom Holland quien ganó la carrera en el último momento. Para resarcirse de la decepción, Butterfield rodó con Tim Burton su última película, 'El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares', en la que fue de nuevo protagonista. Continuaba así con una buena racha de roles protagónicos con una de las producciones más esperadas de 2016, que afortunadamente para él no se convertiría en una decepción sino en uno de los aciertos de Burton.
Imparable
El futuro se antoja resplandeciente para Asa Butterfield, no solo por los proyectos que acumula en su recámara ('The Modern Ocean', 'Journey's End', 'The House of Tomorrow'), sino por lo que ha demostrado hasta el momento. El joven londinense puede presumir de haber colaborado con algunos de los directores más influyentes o pintorescos de Hollywood, sin haber perdido el norte ni haber quemado demasiado rápido los brotes de sus esfuerzos. No le veremos trepando muros a partir de este año, pero no cabe duda de que a Butterfield le esperan todavía los retos más estimulantes de su carrera.
