El mundo ha amanecido con un nuevo rey. Anoche Disney desveló el primer vistazo a su enésimo remake en acción real (de acción real no tiene nada: es animación digital, pero su realismo ha llegado a engañar a algunos, que han pensado que son animales de verdad), y desde entonces todo el planeta ha hecho dos cosas: ver el tráiler de 'El Rey León' y expresar su opinión al respecto. Reacciones hay para todos los gustos: por lo general Twitter lo ha recibido entre lágrimas, emoción y gemidos ante el diseño digital de Simba, aunque a otros les ha desconcertado que el vídeo sea una copia, plano por plano, del tráiler que anunciaba la original 'El Rey León' en 1994.
Yo me fui a la cama en shock por lo que había visto y sigo sin saber cómo me siento ante esta "nueva" "propuesta" de Disney (las comillas significan que en realidad, un remake digital de 'El Rey León', a priori, no tiene nada de novedad ni de propuesta). A estas alturas todos reconocemos en la mayoría de las películas de Disney su estrategia para monetizar la nostalgia: lo hicieron con 'Alicia en el País de las Maravillas' en 2010, con 'Cenicienta' en 2015, con 'El Libro de la Selva' en 2016 y con el megataquillazo de 2017 'La Bella y la Bestia', por no hablar de todas las secuelas de Pixar ('Toy Story' va a por la cuarta entrega) y el fallido intento de extender el universo de 'Star Wars', que más allá de la nueva trilogía principal le ha dado a Lucasfilm más disgustos que alegrías.
Pero me niego a demonizar este plan de Disney por varias razones. La primera es que, nos guste o no, va a seguir pasando durante unos años: además de 'El Rey León' llegan 'El regreso de Mary Poppins', 'Dumbo', 'Aladdin', 'Mulan', 'La Sirenita', 'Pinocho' y 'Lilo y Stitch', entre otras. ¿De qué sirve quejarse una y otra vez si al final todos acabamos cayendo y viéndolas, aunque sea por curiosidad?
Además, Disney tiene una excusa muy buena para reimaginar todos sus clásicos con la actual tecnología digital, que convierte esos míticos diseños de animación tradicional en apabullantes mundos tridimensionales. Para muestra, el mismo tráiler de 'El Rey León', visualmente abrumador y que solo se puede describir con una frase tan manida como cierta: sí, te transporta a la sabana africana.
Y no olvidemos que el público está respondiendo con entusiasmo a cada nuevo remake: 1.025 millones de dólares recaudó la 'Alicia' de Tim Burton, 966 'El libro de la selva' y 1.263 'La Bella y la Bestia', la 14ª película más taquillera de la historia sin ajustar a la inflación. No son infalibles ('La Cenicienta' "solo" recaudó 543 millones en todo el mundo), pero el creciente interés del público se demuestra con la atención que recibe cada nuevo tráiler (ocurrió con 'Dumbo' y 'Aladdín' hace unas semanas).
¿Quién puede deslegitimar una maniobra comercial que está funcionando? ¿Y con qué argumentos? ¿Que no son buenas películas? Tampoco son los peores blockbusters que nos llegan al año. De hecho, 'El libro de la selva' me gustó bastante más de lo esperado, y en mi crítica dije que era "una delicia visual con una historia muy consistente". Jon Favreau acertó bastante con una copia no del todo exacta, que añadía a la historia de Mowgli algo de oscuridad y seriedad. ¿Hará algo parecido con 'El Rey León'? Podría tirar perfectamente por la senda de Bill Condon, que tuvo el mérito de plagiar 'La bella y la bestia' al dedillo y a la vez desproveerla de vida y emoción.
¿Que no aportan nada nuevo? Probablemente, y sin duda tenemos que apoyar en taquilla propuestas originales como 'Un lugar tranquilo', 'Custodia compartida', 'Burning', 'Hereditary' y 'Quién te cantará'. Pero ¿qué vas a hacer? ¿No ir a ver 'El Rey León'? Es innegable el poder que tienen los clásicos de Disney sobre el público. Desde los babyboomers hasta la Generación X y más tarde los millennials, Occidente ha crecido con el orejón 'Dumbo', la muerte de la madre de 'Bambi', la onírica 'Alicia en el país de las maravillas', las canciones de 'El libro de la selva', el amor mudo de 'La Sirenita', el amor ciego de 'La bella y la bestia', el genial 'Aladdin' y la aventura definitiva de 'El Rey León', y cada generación le ha contagiado a la siguiente la pasión y el amor por sus propios clásicos Disney de la infancia. Todas estas películas, y algunas más, están unidas a nuestras infancias de una forma íntima e intrínseca. Yo veía todas las navidades 'Mary Poppins' en casa de mi abuela, y cuando presencié 'El Rey León' en pantalla grande con cinco años, mi madre jura y perjura, le dije que yo quería hacer eso: cine.
Cuando un estudio tiene el poder de definir para varias generaciones qué es el Cine, el bueno y con mayúsculas, volver a hacer las mismas películas es un arma de doble filo. Claro que vamos a ir todos a ver 'El Rey León'. Ya es el evento del próximo verano, la película de la que todo el mundo va a hablar, puede que incluso una oportunidad de vivir una catarsis colectiva, que hoy en día escasean en las salas. Pero el remake de Jon Favreau nunca podrá estar a la altura, ya no solo de la obra maestra que era la original, sino del recuerdo que guardamos de ella.
En cines en julio de 2019
Dirigida por Jon Favreau, 'El Rey León' cuenta con un reparto de voces liderado por Donald Glover (Simba), Beyoncé (Nala), James Earl Jones (Mufasa), Chiwetel Ejiofor (Scar), Seth Rogen (Pumbaa), y Billy Eichner (Timón). El guión está firmado por Jeff Nathanson, basándose en el original de 1994. La música corre a cargo de Hans Zimmer, que ya trabajó en la banda sonora original, y Elton John confirmó que iba a darle un repaso a las canciones que escribió para la película de animación además de escribir una con Beyoncé para los títulos de créditos.