Fue en el 2020 cuando el director Leigh Whannell dio un giro de tuerca al hombre invisible del novelista H.G. Wells para hablar de la violencia doméstica en 'El hombre invisible'. Es decir, se reinterpreta a un personaje clásico para hablar de problemas actuales. Esto mismo ha hecho Robert Eggers, cineasta que ha traído a las salas su más reciente trabajo, 'Nosferatu'.
El director de 'La bruja' tiñe de oscuridad la más que tenebrosa 'Nosferatu' de 1922, una cinta muda dirigida por F.W. Murnau que adaptaba libremente al Drácula creado por Bram Stoker. Ciento dos años después, Eggers reimagina a la criatura para hablar del mal, el erotismo y la enfermedad.
Con crucifijo en mano, eCartelera se reúne con el divulgador y escritor Miguel de Lys, experto en vampiros. ¿Cómo debemos prepararnos para la 'Nosferatu' de Eggers? Primero de todo hemos de acudir a su contraparte muda:
"[Murnau] reemplaza al vampiro elegante por uno destructivo y salvaje, reencarnando el mal más absoluto. Aporta los miedos de la época y muestra a una Alemania destruida por la guerra, la hambruna y la mal llamada gripe española".
Entendiendo a 'Nosferatu'
La primera 'Nosferatu' estuvo a punto de perderse en la historia del cine, pues se realizó sin poseer los derechos de autor correspondientes a la obra de Bram Stoker. El irlandés trasladaría su historia a Rumanía para tomar a un emperador real como protagonista.
"Ya se había alimentado el mito del vampiro desde Polidori [autor de 'El vampiro', publicado en 1819], pero Stoker quería crear en 1897 una ficción interesante y tomó a Vlad III de Valaquia como referencia". De Lys lo corrobora: el también conocido como Vlad el Empalador era sanguinario, pero originalmente no tenía ninguna relación con los vampiros.
La novela presenta las bases de muchos elementos que actualmente siguen vigentes en la figura del vampiro, como que pueda hipnotizar y poseer a su voluntad al ser humano. La moderna 'Nosferatu' abarca a la perfección este tema, y títulos como 'Renfield' también. ¿Qué significado tiene esta sumisión?
"El mito del vampiro está muy relacionado con la dominación, no solo con la sexual, sino con la mental. El mal se identifica muchas veces con lo diabólico, con las posesiones. De ahí que el vampiro pueda poseer".
Acudiendo al lado erótico de la criatura: "'Drácula de Bram Stoker' se usa mucho como analogía del VIH, de cómo te puedes ver afectado por el lado negativo de una relación sexual. El sexo es algo con lo que todos nos identificamos, y Coppola quiso añadir ese lado maligno para enturbiar una faceta cotidiana de nuestras vidas".
Un mito cambiante
Aunque la leyenda del vampiro pueda atribuirse a la Europa medieval, la realidad es que el mito es mucho más antiguo. Viajando en el tiempo, Miguel de Lys relata que la figura proviene de un origen muy oscuro: "En la Antigua Grecia podemos encontrar rastros de creencia en las Strix, aves que se pueden transformar y beber sangre".
También destaca dentro de la ecuación Lamia, un personaje griego que se alimenta de otros niños para vengar la muerte de sus propios hijos. Con el tiempo, asegura De Lys, "la parte de las aves se pierde y pasamos a seres que resucitan de noche para alimentarse de sangre, especialmente de la de los niños".
En el norte de España, por ejemplo, hay un ser conocido como Guaxa, una mujer mayor con patas de pájaro y un solo colmillo que aparece de noche y se lleva a los niños. Como vemos, el mito se conserva con el paso de los siglos. Sin embargo, también se ha ido formando con el avance del tiempo:
"El vampiro es un constructo de la mitología a la que se le han ido añadiendo capas. Podían tomarse una tostada de ajo tranquilamente hasta Francis Ford Coppola, podían ver la luz del día hasta 'Nosferatu'".
El entrevistado no descarta que Stephen King crease en 'El misterio de Salem's Lot' otra gran norma: el vampiro no puede entrar a la casa de uno a menos que sea invitado. Además, cree con firmeza que la mala relación entre el vampiro y el hombre lobo se debe a títulos como 'True Blood', 'Crepúsculo' o 'Underworld': "En los 90 y 2000 se explota mucho este concepto, es algo de los últimos productos de ficción".
El monstruo más humano
¿Es entonces el vampiro la criatura fantástica que más ha mutado con el paso del tiempo? Así lo cree De Lys: "Ha cambiado para hacerlo más interesante y que podamos identificarnos con él. La vida del Conde Orlok parece demasiado miserable y maligna, pero cuando reduces ese nivel de maldad..."
El mito del vampiro es tan perdurable por su condición humana y se diferencia del resto de monstruos clásicos por abarcar aspectos como la inmortalidad, la moralidad, el erotismo, el mal y la dominación:
"El vampiro va de lo prohibido y del mal en sí, pero nos hace plantear cuestiones humanas: ¿quieres ser inmortal o no? ¿A qué precio? ¿Qué harías con esa inmortalidad? ¿Si tuvieras que hacer el mal para conseguirla, lo harías? Probablemente mucha gente respondería que sí".
El vampiro no es real, pero sí lo es la creencia hacia él. 'Nosferatu', 25 de diciembre en cines, es una clara ejemplificación de ello. Antes de despedirnos, De Lys da dos recomendaciones vampíricas para ir calentando motores: 'Entrevista con el vampiro' y 'Sueño del Fevre', de George R.R. Martin.