El cine, especialmente en los últimos años, va a toda velocidad. En muchos casos corresponde a la incesante necesidad de producir películas que mantengan el equilibrio económico de la industria y el estatus que Hollywood pelea cada vez más por mantener firme frente a competentes adversarios. Sucede que, en ocasiones, esa velocidad va más allá de los despachos de los principales estudios y se cuela de manera definitiva en las sinopsis y tramas que vemos desde nuestra butaca. Y ya salimos de las metáforas. Cine en movimiento, cine siempre a punto de descarrilar, cine sobre ruedas, cine sobre raíles. Llegamos.
No existe un género definido como tal al respecto, pero está claro que hay numerosas películas en las que un vehículo ha jugado un papel esencial. Si miramos el ejemplo más reciente, y el mejor de la última década, 'Mad Max: Furia en la carretera', entenderemos hasta que punto una historia puede justificar la presencia de múltiples coches, camiones y motocicletas como elementos indispensables para dotar de cuerpo y músculo narrativo a una película. El alma lo ponen los personajes, claro, de momento no existe un vehículo que haya mostrado más sensibilidad que un intérprete. Aunque todo se andará, calma.
A continuación, centramos nuestra mirada en los trenes, medio de transporte que deslumbró a los primeros espectadores de la historia del cine con 'Llegada del tren a la estación de La Ciotat', de los hermanos Lumière, auténtico punto de inflexión para el séptimo arte. Una obra que define a la perfección la sensación de vértigo, trepidante emoción que traspasa la pantalla. Aquí tenemos nueve películas en las que se intentó alcanzar esa misma meta compartiendo el tren como otro personaje más del relato. No siempre se consiguió, por desgracia, pero en ningún caso descarrilaron del todo. Entretenimiento sobre raíles.
Películas que transcurren en trenes
'Viaje a Darjeeling'
Solamente Wes Anderson podía convertir a un tren en el escenario perfecto para el reencuentro externo e interno de tres hermanos reunidos tras el fallecimiento de su padre. A través de un viaje por la India a bordo del Darjeeling Limited, la línea ferroviaria que recorre el país de un extremo al otro, unos estupendos Owen Wilson, Adrien Brody y Jason Schwartzman juegan a la perfección el papel de niños grandes e inocentes asustados por el mundo adulto y sus imperfecciones y complejidad. Un terreno en el que Anderson ha demostrado a lo largo de su impecable filmografía sentirse más que cómodo.
Incluso tratándose, con toda probabilidad, de su película menos lograda hasta la fecha, lo cual no indica nada negativo sino que, simplemente, el resto de sus trabajos son absolutamente deslumbrantes, 'Viaje a Darjeeling' nos ofrece un viaje extravagante, surrealista y, en sus mejores momentos, realmente emocionante.
'Polar Express'
Punto más bajo entre los intentos de Robert Zemeckis por convertir la técnica cinematográfica de la captura en movimiento en un hito creativo y artístico por encima de la atracción visual, 'Polar Express' conseguía algo muy complicado: convertir una historia navideña en algo aburrido. Mucho.
Sin embargo, partiendo de esa decepcionante base y centrándonos en el verdadero protagonista de la propuesta, el tren en cuestión, no podemos que señalarlo como uno de los más impresionantes y deslumbrantes de cuantos han surcado los raíles de la historia del cine. El pobre Tom Hanks, convertido en una figura de cera que no ha hecho más que empeorar a lo largo de los años, era devorado por las escenas de acción y los paisajes polares. Ya nadie se acuerda de ella pero, maldita sea, aquel tren merecía la pena.
'Extraños en un tren'
'Extraños en un tren' nos trae a Alfred Hitchcock en estado puro, disfrutando como un enano a la hora de adaptar una novela de Patricia Highsmith que parecía escrita para terminar recayendo en sus manos. El escenario, claro, un tren. Los personajes, Guy, un campeón de tenis, y Bruno, un joven que conoce toda su trayectoria profesional y personal gracias a los medios de comunicación y que le propone participar en un doble asesinato, eso sí, intercambiando las víctimas con la finalidad de garantizar que ninguno de ellos terminará en la cárcel.
Una propuesta inesperada que le sirve al maestro de la intriga para ofrecer una lección de cine más dentro de su filmografía, manteniendo desde el comienzo una tensión que se puede cortar con un cuchillo y desarrollando la trama con un ritmo ejemplar. El tren es el comienzo, el punto de inflexión para una de esas historias que nos podrían contar una y mil veces y nunca nos cansaríamos de escuchar. Ni de ver.
'El maquinista de la general'
En 1926, Buster Keaton, en pie, estrenaba su obra maestra y una de las comedias definitivas de la historia del cine, 'El maquinista de la general'. Un romance, un protagonista encantador que, con su primera aparición, ya te atrapa el corazón, una persecución delirante y, por encima de todo, una sucesión de escenas antológicas planificadas con la genialidad de uno de los titanes del séptimo arte. Una historia en la que la locomotora, o mejor dicho LAS locomotoras, funcionan como ejemplar fuente de gags en movimiento, un escenario en el que el Keaton director da toda una lección de puesta en escena mientras que el Keaton actor alcanza su cima expresiva. Una película imprescindible.
'Asalto al tren Pelham 123'
'Asalto al tren Pelham 123', remake de la película homónima de 1974 firmado con pleno sentido de la diversión y el entretenimiento por Tony Scott, no solamente estaba a la altura de su original sino que, por momentos, la superaba con solvencia. Walter Matthau y Robert Shaw eran sustituidos por Denzel Washington y John Travolta, respectivamente, pero el secundario estrella de la historia, el tren, seguía manteniendo toda su fuerza como escenario perfecto para el desarrollo de un thriller que no da descanso, saturando en sus momentos más excesivos, pero siempre trepidante. Efervescente cine de acción que, afortunadamente, nunca termina de estrellarse.
'El tren de las 3:10'
Una de las imágenes más característica y emocionantes del género western es la de un tren llegando a un pueblo que espera con mezcla de expectación e incomodidad a sus nuevos habitantes. Si echamos la vista atrás, hasta el año 2007 exactamente, nos encontramos con 'El tren de las 3:10', remake de la película homónima de 1957 protagonizada por Glenn Ford, en un papel que heredaba en esta ocasión un comedido Russel Crowe, en la que un hombre en una situación económica desesperada (Christian Bale) se presta como voluntario para acompañar a un peligroso forajido (Crowe) hasta el pueblo donde debe coger ese tren de hora marcada que le lleve hacia su final.
El destino sobre raíles, la puerta hacia la soledad y el dolor, el horizonte marcado por el miedo y representado por un imponente vehículo que es, dependiendo de los ojos con los que lo mira cada personaje, salvación y condena. No es uno de los grandes western de los últimos años pero está más cerca del sobresaliente que del aprobado justo.
'Asesinato en el Orient Express'
Si el próximo remake de 'Asesinato en el Orient Express', anunciado para 2017 con Kenneth Branagh en la dirección, consigue estar a la altura de la novela a la que adapta y a la primera versión cinematográfica de Sidney Lumet, estaremos ante algo grande. Muy grande. Contará con la inestimable ayuda de un espectacular reparto que cuenta, entre otros, con el propio Branagh, Michelle Pfeiffer, Daisy Ridley, Judi Dench y Johnny Depp. Elementos para acertar, desde luego, tiene.
Pero ninguno de ellos servirá si en su traslado a la gran pantalla esta historia repleta de suspense y giros marca de la casa Agatha Christie pierde su fuerza y capacidad para la sorpresa. Porque ahí está la clave, en mantener la intriga de manera tan sofisticada y elegancia con la que estaba planteada en la novela original. El tren como un enorme tablero de juego en el que nada es lo que parece. Una delicia que se mueve de estación en estación.
'Snowpiercer'
El último gran ejemplo cinematográfico que contaba con un tren como contexto esencial y clave para la trama es 'Snowpiercer', película coreana dirigida por Bong Joon-ho y protagonizada por, entre otros, Chris Evans, Tilda Swinton, Ed Harris y Octavia Spencer. Una historia futurista en la que los únicos supervivientes tras un experimento fallido destinado a solucionar el problema del calentamiento global, se encuentran reunidos en un tren que recorre el mundo, territorio perfecto para que la tensión, la atmósfera asfixiante y los conflictos personales entre ellos campen por sus limitados espacios.
Notable adaptación de la novela gráfica "Le Trasperceneige", de Jean-Marc Rochette y Jacques Loeb, 'Snowpiercer' ofrece un thriller de acción modélico, con momentos de inesperada belleza visual y un desenlace realmente efectivo que convierte el espacio físico, es decir, el tren en cuestión, en un elemento tan esencial como espectacular para que el relato se vaya construyendo con ejemplar talento.
'Imparable'
Y, de nuevo, Tony Scott. Uno de los artesanos de la industria más dotados para el género de acción, capaz de aportar una extraña personalidad, un inesperado sello de autor, a las propuestas más comerciales, volvía a contar con Denzel Washington, en una de sus múltiples colaboraciones, para liderar 'Imparable', historia de un tren incapaz de detenerse que pondrá a prueba la experiencia de su protagonista y las capacidades del novato de turno, interpretado por Chris Pine.
Película sin más ambición ni pretensiones que la de mantener al espectador en permanente estado de entretenimiento, facilitando la digestión de un buen paquete de palomitas, 'Imparable' consigue sus humildes objetivos con nervio y oficio. Fácil de olvidar, sí, pero aún más fácil de disfrutar.