Ha pasado el suficiente tiempo para poder hacer una división clara entre las temidas adaptaciones de best sellers juveniles que funcionan y las que no. Esencialmente porque la cantidad es tan alta que nos da para un amplio análisis. Por un lado tenemos aquellas que se convierten en fenómenos más allá de sus páginas, continuando la senda del éxito marcada por su origen literario, ampliando, jugando e, incluso, polemizando con licencias cinematográficas que permiten, en su afán por sintetizar y resumir, condensar toda la esencia de un libro en dos horas de metraje. En el otro lado de la balanza, las torturas bobaliconas y empalagosas que se centran en contentar a su (masiva) audiencia de fanáticos lectores a través de la ley del mínimo esfuerzo, remarcando el azúcar y la acción de todo a cien y olvidándose del mensaje que pueda existir más allá de su premisa simplona y reiterativa.
En el primer equipo podríamos señalar sagas como Harry Potter o 'Los Juegos del Hambre', franquicias que no han dejado de respetar en ningún momento a sus apasionados defensores pero que, al mismo tiempo, tenían en cuenta a los recién llegados, permitiendo que entraran en sus universos con altas dosis de inteligencia, talento y encanto. Había algo más que pirotecnia comercial en sus escaladas en las taquillas de todo el mundo, un interés real por ir más allá y ofrecer una obra cinematográfica repleta de virtudes. Por otro lado, en el segundo grupo, nos encontramos con productos como 'The Host (La huésped)' o 'Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso'. Dos de los nueve ejemplos que analizaremos a continuación y cuyos desastres artísticos vinieron acompañados por hundimientos económicos.
Porque cada nuevo estreno de este tipo, cada nueva intentona de crear sagas que arrasen en taquilla por parte de Hollywood, se ha convertido en una especie de casino en el cual apostar al triunfo o al fracaso absoluto. Sin medias tintas. Y por eso los desastres son mucho más sonados que las grandes victorias, como ocurre con este conjunto de intentos fallidos por alcanzar una gloria que quedó en caída al vacío. Nueve películas que aparecieron como primeros pasos de unos caminos que nunca terminaron de hacerse realidad. Nueve ocasiones en las que la industria se disparó en el pie dejando al descubierto algunas de sus imperfecciones más notorias. En definitiva, nueve sagas que quedaron en nada.
9 sagas fallidas
'Vampire Academy'
En ocasiones las razones principales por las que una película ha fracasado las tenemos tan cerca como en la sinopsis. Ejemplo: 'Vampire Academy'. Allá vamos: 'Como a la mayoría de las adolescentes, a Rose y a Lissa les gustan los chicos, van de compras al centro comercial y se sienten incomprendidas. Pero entre ellas y las demás hay una gran diferencia: son vampiresas. Lissa es una princesa que desciende de la dinastía Moroi, y Rose es la guardiana encargada de protegerla. Tras escapar de la Academia St. Vladimir, son obligadas a volver, y Rose queda bajo el estricto control de su estoico mentor, Dmitri, pero pronto se dará cuenta de que se siente atraída por él. Mientras tanto, Lissa se ve obligada a afrontar terribles peligros.'
De verdad, ¿necesitáis más explicación? Ok. 'Vampire Academy' fracasó en taquilla porque parecía una broma de mal gusto que nacía con 'Crepúsculo' y 'Harry Potter' a la cabeza y terminaba convertida en 'Scary Movie' con colmillos, magia y aburrimiento. Hundirse en la taquilla sigue pareciendo el menor castigo posible para sus responsables.
'Airbender, el último guerrero'
Corría el año 2010 y M. Night Shyamalan necesitaba un taquillazo como agua de mayo para recuperar, al menos, el favor del público. Adaptar la serie de animación 'Avatar: The Last Airbender', parecía una buena idea. Era un cambio en su carrera, un soplo de aire fresco entre el terror y el drama, un paréntesis en busca del éxito comercial masivo y la opción de iniciar una saga de cine juvenil alejada de los tópicos. Pero no. Nada de nada. El Horror. Una aventura sin ritmo, una sucesión de bostezos montada sin el más mínimo criterio, una dirección perdida en un misticismo que caía constantemente en la parodia involuntaria.
Puestos a salvar algo, diremos que el clímax final consigue transmitir algo de épica, un pequeño oasis en medio del desesperante desierto. ¿Y la taquilla? Un desastre. ¿Lo mejor? Comparada con el siguiente proyecto del cineasta, 'After Earth', es una obra maestra.
'The Host (La huésped)'
Lo más doloroso de 'The Host (La huésped)', y está repleta de sufrimientos para el espectador, es ver a Saoirse Ronan, una de las mejores actrices de su generación, haciendo el ridículo más absoluto en este auténtico despropósito. Basada en la novela de Stephenie Meyer, que parece que no ha tenido suficiente creando la saga 'Crepúsculo', la película supone el punto más bajo en la carrera de la intérprete y el hundimiento definitivo de Andrew Niccol, director que comenzó deslumbrando con la excelente 'Gattaca' y que terminó metido de lleno en esta historia de extraterrestres campesinos, conversaciones mentales imposibles y algunos de los diálogos más vergonzosos que se han escuchado en un cine en mucho tiempo. Casi que uno prefiere volver a ver una nueva secuela de Bella Swan y Edward Cullen antes que sufrir una vez más este horror. Cuidado con eso.
'Soy el número cuatro'
Basada en una de las novelas que estructuran la saga conocida como 'Los Legados de Lorien', formada por seis historias, 'Soy el número cuatro' es el peculiar y fallido intento de Michael Bay por tener su propia franquicia juvenil. Pese a que su mano en la producción se nota menos de lo esperado, la película dirigida por D.J. Caruso, cuya carrera murió después de esta adaptación, no consiguió captar la atención del público con su mezcla de azúcar y ciencia ficción, en una especie de combinación letal entre 'Crepúsculo' y 'X?Men'.
Todo era rutinario en ella, nada conseguía transmitir tensión o nervio y su afán constante por convertir a su protagonista, Alex Pettyfer, en superestrella era tan evidente como, basándonos en su interpretación, imposible. Ya nadie se acuerda de ella. Y mejor así.
'El juego de Ender'
A falta de leer la novela de Orson Scott Card en la que se basa, evitaremos las (im)posibles comparaciones y nos centraremos en lo que 'El juego de Ender' ofrece a los No Lectores, ese sector al que Los Lectores le impide cuestionar si una adaptación funciona a o no porque, ya se sabe, 'se han saltado muchas cosas'. Dicho esto, la película de Gavin Hood, director que venía de entregar aquel despropósito llamado 'X-Men Orígenes: Lobezno' y cuya última película, 'Espías desde el cielo', nos trajo de vuelta su mejor versión, conseguía su principal función, entretener a lo largo de casi dos horas. O, al menos, la mayor parte del tiempo.
A esta historia de ciencia ficción se le notaba, demasiado, su división en dos partes bien diferenciadas: una primera mitad contada con sentido del ritmo y cierta poesía visual en sus mejores momentos, y una segunda, en la que la trama, en su afán por ser épica y sorprendente, terminaba resultando reiterativa y monótona. Tampoco ayudaba demasiado un tramo final apresurado y anticlimático salvado, de nuevo, por la elegante pirotecnia reinante. Aún así, en comparación con el resto de representantes, aquí tenemos uno de los productos cuyo fracaso está menos justificado. Pero es que, a veces, ser un entretenimiento correcto no es suficiente. Lo sentimos. Game Over.
'La Brújula Dorada'
El director Chris Weitz venía de sorprender a propios y extraños con 'Un niño grande', una de esas comedias británicas repleta de ternuras y gags hilarantes, por lo que escogerle para llevar a cabo la adaptación de 'La Brújula Dorada' parecía una buena idea. Y lo era. La película, basada en la novela 'Luces del norte', la primera parte de la trilogía 'La materia oscura' de Philip Pullman, sobrevivió a nivel artístico a los ataques de la organización independiente de la Iglesia Católica de Estados Unidos, la 'Liga Católica', que solicitó un boicot debido a los supuestos contenidos denigrantes que tenía para el cristianismo en general y la Iglesia Católica en particular.
Lástima que la taquilla si se viera afectada, especialmente en Estados Unidos, donde recaudó poco más de 70 millones. Un golpe importante para una propuesta que, sin embargo, funcionaba muy bien dentro de sus parámetros de entretenimiento para toda la familia, contando con personajes más trabajados dentro de la media del género y un acabado visual deslumbrante. Pero no fue suficiente.
'Hermosas criaturas'
Ni el tridente de secundarios ilustres formado por Jeremy Irons, Viola Davis y Emma Thompson pudo salvar de la quema de la indiferencia a 'Hermosas criaturas', otra de esas sagas con aspiraciones a acceder al trono de las sagas juveniles cinematográficas que terminó anclada en tierra de nadie. Y es que 124 minutos de introducción de personajes y universo de fantasía y romances imposibles es demasiado incluso para los más fanáticos del género.
Para aquellos que nunca han comulgado con él, es sencillamente imposible conectar con una película que solamente encuentra su rumbo cuando deja de tomarse en serio a sí misma y se lanza al vacío del ridículo sin miedo. No sabemos si las risas conseguidas eran voluntarias o no, pero algo nos llevamos los que pasamos por taquilla. Evidentemente, fuimos pocos.
'Divergente'
En el fondo era un castigo que muchos estábamos deseando que sucediera. La peligrosa tradición que estaba adquiriendo la industria de Hollywood de estirar sus chicles de sagas cinematográficas juveniles dividiendo sus últimas entregas en dos películas, nos ponía constantemente en la situación de soportar una penúltima dosis de La Nada más absoluta, pura introducción para lo que, dos horas más tarde, seguía siendo una resolución apresurada y caótica. En 'Los Juegos del Hambre' funcionó a medias, en 'Harry Potter' funcionó a lo grande y en 'Divergente'...todos sabemos lo que ha ocurrido.
Fracaso mundial en taquilla que condena a toda una saga al mundo de la televisión como única salvación posible. Perdón, 'salvación'. Sus principales protagonistas ya han ido saltando del barco uno a uno mientras que los fans de una de las historias más tópicas y simplonas dentro del género, y mira que hay dura competencia, ya comienzan a hacerse a la idea de que 'Divergente' jamás llegó a la gran pantalla. Exacto, hagamos como que nunca ocurrió.
'Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso'
Puestos a elegir, 'Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso' podría ser una opción perfecta a la hora de ejemplificar los peores tics que ha adquirido el género de los best sellers juveniles adaptados a la gran pantalla. Y es que, de acuerdo, algunas de las películas que aparecen en este especial son algo mucho más cercano a la tortura que a la experiencia de ver una película, pero no es menos negativo, todo lo contrario, enfrentarse a una propuesta que no oculta en ningún momento su naturaleza de producto prefabricado.
Esta adaptación de la novela de Cassandra Clare nace, se desarrolla y muere según el esquema marcado en un despacho de productores cuyo interés por los aspectos artísticos están (siempre) por debajo de la relevancia comercial, de la recaudación en taquilla, de las palomitas vendidas. Por eso supone un pequeño triunfo observar como los estudios se equivocan a veces tratándonos como un puñado de ovejas que pasarán por caja sin plantearse que están viendo más de lo mismo. Celebremos.