Más de 9,5 millones de espectadores y una recaudación que ascendió hasta los 56 millones avalaron el éxito de 'Ocho apellidos vascos'. La comedia, que explotaba con humor las diferencias entre el País Vasco y Andalucía, se convirtió en la película española más taquillera de la historia.
Ahora, llega su secuela, 'Ocho apellidos catalanes', con la intención de repetir el triunfo y robar alguna que otra carcajada al amplio público. La pregunta es, ¿se merece tal volumen de éxito la película de Dani Rovira y Clara Lago? ¿Es tan buena como nos quisieron convencer o fue una cuestión de moda? Intentemos ver los contras de esta popular producción.
¿Exceso de clichés?
El andaluz repeinado ataviado con unos limpios náuticos y un jersey siempre al hombro intenta ganarse la confianza del más serio de los patriarcas vascos. Así arranca este filme en el que Rafa, enamorado de Amaia, decide viajar hasta el pueblo de su amada donde tendrá que hacer todo lo posible para convencer a su futuro suegro de la pureza vasca que corre por su sangre.
La comedia hace un repaso por la mayoría de los tópicos que circulan de norte a sur, desde el amor de los andaluces por el rebujito y sus ganas de fiesta hasta el fuerte estómago de los del norte. Cabe recordar que su director, Emilio Martínez Lázaro, prometía un producto que no pudiera ofender a ninguno de los involucrados. ¿Cómo lo consigue? Convirtiendo cada cliché en algo exagerado y surrealista. Se intenta explotar una realidad hasta el límite máximo con el objetivo de provocar la risa en el espectador tal y como podría hacer 'Vaya semanita' en ETB.
Resulta curioso cómo el abuso de tópicos y la búsqueda del chiste fácil es criticado en numerosas series españolas y, en cambio, ha resultado oportuno en 'Ocho apellidos vascos'. Aunque también es cierto que ficciones como 'Aída' o 'La que se avecina' reciben infinitas críticas por el abuso de clichés y, sin embargo, al igual que ocurre con este largometraje, son un éxito entre el público.
Un humor muy local
Evidentemente Andalucía y el País Vasco son las dos regiones que mejor entienden el contenido al completo de la película. De hecho, su emisión por televisión en Cuatro y Telecinco el miércoles 11 de noviembre de 2015 tuvo especial seguimiento en estas comunidades autónomas.
Aunque no sea un abuso recurrente, en ciertos momentos el espectador puede perderse con el guion de la película. No porque sea rebuscado o difícil de digerir, sino porque utiliza términos que pueden ser entendibles sólo en las 'localidades afectadas'. Especialmente los estereotipos de Euskadi son más difíciles de trasladar al amplio público, pues no todos son conocedores de estos clichés. Quizás con la secuela catalana resulte más sencillo.
Más publicidad de la recomendada
La película contó con la producción de Telecinco Cinema y es por ello que Mediaset jugó un papel fundamental en la promoción de esta comedia. Tráilers a todas horas y avances previos de la cinta no faltaron en ninguna de las cadenas del grupo: Telecinco, Cuatro, FDF, Divinity...
Esta promoción ayudó en gran medida al éxito en taquilla pero, en ocasiones, pudo fastidiar al espectador. Los que acudieron de forma más tardía a las salas, por ejemplo, dos semanas después de su estreno, apenas tenían espacio para la sorpresa. Mediaset ya había desvelado casi todos los momentos de risa de la película. El espectador sabía cuándo llegarían y, por tanto, acababa viendo una producción más que previsible. Un poco menos de publicidad hubiera resultado más efectiva para evitar un exceso de spoilers en el espectador.
Mejor en grupo que en solitario
'Ocho apellidos vascos' es una de esas películas que ganó peso gracias al boca a boca. La gente acudía como loca a los cines y reía a carcajadas pues nada hay más contagioso que la risa colectiva. Sin embargo, la película pierde mucho una vez la has visto y más aún si se visualiza en solitario.
Quizás lo mejor de esta cinta sea su gran reparto. No sólo por sus dos rostros protagonistas, sino también por los magistrales Karra Elejalde y Carmen Machi. Esta comedia es una de esos filmes que parte de una idea básica pero que quizás hasta el momento nadie se había atrevido a trasladar a la gran pantalla de este modo. Con sus virtudes y sus defectos, lo que está claro es que el público ha ovacionado a esta creación a la que, parece, aún le espera un gran camino de éxitos.