Los años 90 dejaron un buen puñado de películas recordadas por el gran público. Entres esos títulos, hubo uno que fue un milagro entre tantos taquillazos, un sleeper diferente, que demostraba que era una década propicia para el éxito de películas distintas y originales. Fue el caso de 'La boda de Muriel' (1994), una producción independiente, de nacionalidad australiana, que logró traspasar las antípodas y conquistar al público de todo el mundo, consiguiendo que su actriz protagonista, Toni Collette, viese su carrera impulsada, al desembarcar en Hollywood tras el triunfo de esta comedia, que tiene más de drama de lo que aparenta inicialmente.
'La boda de Muriel' narra la vida de la joven que da nombre al título del filme (Collette), una chica que es rechazada por las chicas de su generación. Aun así, Muriel intenta ser feliz en su pueblo, Porpoise Spit, un sitio lleno de centros comerciales y parques acuáticos pero donde la vida es más bien monótona. Muriel sueña con casarse, con vestirse de blanco y darle el "sí, quiero" al hombre de su vida, todo ello mientras escucha canciones de ABBA, su grupo favorito. Sin embargo, parece que el destino le niega sus más ansiosos anhelos, pues no tiene pareja, sus supuestas amigas se burlan de ella y le rechazan y, además, vive en una familia desestructurada, en la que el padre ejerce un fuerte control autoritario, creando un ambiente tóxico.
Disfrazada de comedia, 'La boda de Muriel', en el fondo, era un sonrisa ante el drama, una manera de sobrellevar una situación límite, en la que hay una fuerte crítica al sistema familiar, retratando a un padre machista, misógino, maltratador, egoísta y déspota, cuya influencia desgracia la vida tanto de su esposa, una mujer sumisa, como la de sus hijos, cuya autoestima está más que mermada.
Un filme de empoderamiento femenino
Sin embargo, P.J. Hogan opta por la comedia como forma de liberación, de manera que convierte a su protagonista en una auténtica heroína y ejemplo de auto superación. Con una interpretación magnífica, 'La boda de Muriel' fue uno de los ejemplos de que en Australia había talento para crear cine de calidad y atemporal, puesto que tanto la cinta de Hogan como la coetánea 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto' (1994), se han convertido en clásicos del cine contemporáneo. Por ello, bien merece un breve recorrido por su historia.
'La boda de Muriel' fue un absoluto éxito de taquilla. Con un presupuesto de nueve millones de dólares, la cinta obtuvo un total de 57,5 millones de dólares en todo el mundo, permitiendo a su director y a sus protagonistas hacerse un hueco en el panorama internacional, teniendo varios proyectos en Hollywood. La cinta obtuvo una nominación al Globo de Oro para su protagonista, Collette, una candidatura al BAFTA al mejor guion original, el premio del público del Festival de Chicago y cuatro galardones de los AACTA, los premios de la Academia de Cine australiana. Si tu quieres ser como Muriel y recordar tu boda para siempre, te recomendamos elegir un buen fotógrafo para bodas
Oda a 'La boda de Muriel'
Un duro retrato de la sociedad rural
Detrás de esos sueños de casarse, de ser libre y de tener una vida más amena, P.J. Hogan lanza una dura crítica a la sociedad rural, en la que se asfixia hasta el límite a aquellos que tienen una visión diferente de la vida. Ya lo dijo Roger Ebert en su crítica en el Chicago Sun-Times, que 'La boda de Muriel' "es un despiadado retrato de la gente de provincias" que, sin embargo, tiene "un gran afecto por aquellos supervivientes inadaptados".
Una familia desestructurada, el origen de todo
La familia es el primer contacto con la sociedad que tiene el ser humano. De ahí, que sea su principal referente, tanto para lo bueno como para lo malo. Esto se evidencia en 'La boda de Muriel' con el carácter inseguro de su protagonista, que busca contanstemente la aprobación de los demás, sentirse popular y, finalmente, casarse y ser querida. Es lo opuesto a lo que tiene en casa, con un padre (Bill Hunter), un hombre dominante, un político corrupto y que menosprecia a su esposa, Betty (Jeanie Drynan) y sus cinco hijos, provocando que sus descendientes sean inseguros, con baja autoestima y busquen constantemente el afecto que se les niega.
Una historia de empoderamiento femenino
Más allá de ser una mordaz crítica, en forma de comedia, a las familias tóxicas y las sociedades de provincia, 'La boda de Muriel' es una historia de empoderamiento femenino. Desde que la protagonista toma contacto con Rhonda (Rachel Griffiths), una antigua compañera del instituto, cambia completamente. Inicialmente se libera huyendo de casa, aunque, más tarde cuando Rhonda cae enferma y su madre, Betty, se suicida, es cuando decide, realmente, tomar las riendas de su propia vida, buscando ser feliz fuera del pueblo, pero de una forma diferente, a solas, mirando al futuro para sí misma, sin buscar el afecto en los demás. Es así como esta comedia acabó convirtiéndose en una historia de superación con un claro toque feminista.
Toni Collette, el gran descubrimiento
'La boda de Muriel' fue el gran impulso en la carrera de Toni Collette. Con 22 años, la actriz fue candidata al Globo de Oro por su papel en la comedia de P.J. Hogan. Fue un auténtico desafío ser esa chica de provincia, puesto que debió ganar 18 kilos en solo siete semanas para ser esa joven insegura que sueña con casarse. Antes de Christian Bale, estuvo Collette. Eso sí, la intérprete siguió los consejos de un dietista para evitar posibles problemas de salud.
Muriel, un personaje con tintes autobiográficos
Uno de los motivos por los que 'La boda de Muriel' gustó tanto fue porque se trataba de un personaje carismático, con el que era imposible no empatizar. Esto puede deberse a que estaba escrito con mucha autenticidad, debido a que P.J. Hogan se inspiró en su propia personalidad para crear a Muriel. No obstante, algunas acciones de la protagonista estuvieron inspiradas en su hermana, que se llevó 15.000 dólares de casa de su padre y se marchó a Sídney para vivir con una amiga.
Un tributo fan a ABBA, que dio pie al icónico musical
P.J. Hogan, director y guionista de 'La boda de Muriel', quería utilizar la música de ABBA en la película, puesto que la protagonista es una gran admiradora de la mítica banda sueca. Sin embargo, inicialmente se le denegó el permiso de utilizar la música. Fue cuando el cineasta voló hasta Suecia, para mostrarle a Björn Ulvaeus y Benny Andersson, miembros del grupo y compositores y creadores de ABBA, el proyecto, cuando les convenció. Eso sí, podía utilizar la música de ABBA con la condición de que la banda recibiese parte de los beneficios en taquilla de la cinta. Al ser un absoluto éxito comercial, ayudó a crear el famoso musical de Broadway, 'Mamma Mia!', que posteriormente se convirtió en película.
'The Village People', los sustitutos de ABBA
Aunque sería imposible imaginar 'La boda de Muriel' sin la música de ABBA, hubo un plan B en caso la banda sueca se negase a dejar que su música sonase en la película. De hecho, P.J. Hogan y las productoras Lynda House y Jocelyn Moorhouse tuvieron la luz verde de Björn Ulvaeus y Benny Andersson solamente dos semanas antes de comenzar el rodaje. El plan B era que Muriel fuese fan de la música de The Village People, así que en lugar de bailar 'Waterloo' o 'Fernando', hubiera bailado 'Y.M.C.A.' o 'In the Navy'.
Su conexión con 'Priscilla, reina del desierto'
'La boda de Muriel' está muy enlazada con otro triunfo australiano de 1994, 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto'. La cinta de Stephan Elliott se estrenó antes pero el rodaje de ambas fue casi a la vez. De hecho, ambas comedias contaban con Bill Hunter en el reparto, que tuvo que hacer malabares al tener un aspecto completamente diferente en la comedia de P.J. Hogan. Mientras que la road movie drag lucía un look más desaliñado, con una abundante barba, en la cinta protagonizada por Toni Collette iba completamente afeitado, con un aspecto más huraño.
Pero no solo Hunter era la conexión entre ambas comedias, también lo fue que en ambas la música de ABBA resultaba fundamental, siendo ejes vertebradores de la trama en las dos. Al coincidir en el tiempo, volvieron a poner de moda la música del famoso grupo sueco.
De 'La boda de Muriel' a 'La boda de mi mejor amigo'
El éxito de 'La boda de Muriel' le permitió a su director, P.J. Hogan, probar suerte en Hollywood. Su siguiente largometraje fue también una de las comedias más míticas de los años 90: 'La boda de mi mejor amigo' (1997). Protagonizada por Julia Roberts, Dermot Mulroney, Cameron Diaz y Rupert Everett, este título también tenía la palabra "boda" en su título y era la trama central de la cinta. En cuestión de taquilla, 'La boda de mi mejor amigo' hizo casi cinco veces más taquilla (ahí puede verse el poder de Hollywood, al ser una comedia romántica y contar con la novia de América como protagonista) que 'La boda de Muriel', aunque ambas han conseguido mantenerse en la memoria colectiva.
El redescubrimiento del cine australiano
El éxito de 'La boda de Muriel' consolidó la presencia internacional del cine australiano, que en los años 90 estaba triunfando con comedias que se han convertido en títulos míticos de esta década como 'El amor está en el aire' (1992) o la ya nombrada 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto'; en 1996 llegó un drama de éxito, 'Shine. El resplandor de un genio', con el que Geoffrey Rush se llevó el Oscar, demostrando que en Australia se hacía un tipo de cine que atraía al público de todo el mundo.