Después de haberse consagrado como uno de los grandes referentes del cine indie norteamericano, Kevin Smith por fin lograba en 1999 estrenar un proyecto que desde hacía años había considerado como uno de los más personales, y el cual solo estuvo preparado para dirigir cuando hubiese encontrado la financiación que este precisaría para ser llevado a cabo como él quería. Se trataba de 'Dogma', comedia con la que el realizador satirizaba acerca de los cánones de la fe, el catolicismo y la moral cristiana, realizando una sátira que sentó fatal a los más conservadores.
Su trama nos presentaba a Bethany Sloane (Linda Fiorentino), la última descendiente en la Tierra de Jesucristo, quien trabaja en una clínica de abortos. De forma paralela, dos ángeles expulsados del paraíso, Loki (Matt Damon) y Bartleby (Ben Affleck), pretenden cruzar las puertas del cielo alentados por Azrael (Jason Lee), lo que supondría el fin del mundo. Será entonces cuando un serafín de Dios, Metatron (Alan Rickman), se presente ante Bethany, quien decidirá salvar al mundo junto a un ecléctico equipo formado por Rufus, el apóstol número 13 (Chris Rock); Serendipia, una Musa que ha perdido la inspiración (Salma Hayek); y dos profetas camellos que no son otros que Jay (Jason Mewes) y Bob el Silencioso (Kevin Smith).
Creyentes ofendidos
Presentada en Cannes y alabada por gran parte de la crítica, 'Dogma' fue todo un ejercicio con el que, a través de la sátira, Smith hablaba de la fe y se cuestionaba ciertos preceptos que en aquel entonces levantaron ampollas (hoy en día, por desgracia, seguro que también lo haría). Tal fue el escándalo del momento, que el director se vio envuelto en una especie de caza de brujas desde mucho antes de que la película se estrenase, convirtiéndose en el punto de mira de la Liga Católica estadounidense, de la que su presidente, William Donohue, se alzó como su principal enemigo ya que consideró que el realizador de New Jersey estaba atentando contra las creencias de millones de personas y que eso no se debía permitir.
El director, llegaría a infiltrarse en uno de los grupos que protestaron para la película e incluso fue entrevistado por un periodista que le había reconocido, aunque siempre haciéndolo tras una identidad falsa y llevando a cabo una delirante conversación en torno a su propio cine y cómo iba a recibir el público 'Dogma'.
Por si a alguien le hacen falta más ejemplos de que, hace ya veinte años, una película podía provocar ciertos revuelos en las altas esferas, cabe recordar que Disney se quiso desentender totalmente de ella, obligando a Harvey Weinstein (el hombre con más moral de Hollywood, como todos bien sabemos a día de hoy) a que hiciera que Miramax no distribuyese la película en Estados Unidos, tarea que acabó recayendo sobre Lions Gate Films. La doble moral estadounidense, siempre a la orden del día.
Oda a 'Dogma'
Ambiciosa
El director había escrito el guion antes de dirigir 'Clerks', pero ya por aquel entonces supo que se iba a tratar de una propuesta muy ambiciosa, para la que necesitaría una buena inversión de dinero para poder cubrir los gastos que se precisaban para efectos especiales.
Smith sintió que esa historia debía ser contada de la mejor de las formas, por eso no dudó en dejarla en stand by e ir continuando con otros proyectos que le ayudarían a conseguir la financiación idónea.
Escaparate
Uno de los principales alicientes con los que Kevin Smith para 'Dogma', fue el poder contar con dos de las estrellas del momento de finales de los noventa.
Matt Damon acababa de ganar el Oscar al Mejor Guion Original por 'El indomable Will Hunting' y ya había trabajado a las órdenes de Francis Ford Coppola en 'Legítima defensa' y de Steven Spielberg en 'Salvar al soldado Ryan'. Por su parte, Ben Affleck ya se había convertido en estrella mainstream gracias a 'Armageddon'.
Los dos intérpretes no se lo pensaron ni un momento a la hora de volver a trabajar a las órdenes de Smith, recuperando sus orígenes en el cine indie después de haber trabajado juntos en 'Persiguiendo a Amy', mientras que Affleck también había estado presente en 'Mallrats'.
Humildad
Con la intención de que 'Dogma' fuese la película redonda que él quería que fuese, Kevin Smith optó por que fuese otro director quien la dirigiera. Así fue como contactó con Robert Rodriguez para que este la llevase a cabo.
Al leer el guion y darse cuenta de que se trataba de una historia tan personal, Rodriguez acabaría convenciendo a Smith de que debía ser él mismo el encargado de sentarse en la silla del director.
Regalo
Kevin Smith había escuchado que el actor Alan Rickman se había autoproclamado un gran fan de 'Persiguiendo a Amy'.
Dado que la admiración era mutua, Smith decidió entregarle una copia del guion y le propuso ser Metatron. La única pregunta del actor fue si las alas serían reales o un añadido por CGI.
Racial
Siendo una crítica al catolicismo, y más allá de lo que desarrollaría en su concepción teológica, uno de los aspectos que se criticarían en la película fue el de contar con un actor negro para interpretar uno de sus papeles.
Así fue como Chris Rock se metió en la piel de Rufus, el apóstol número 13, levantando así una serie de ampollas en el seno de la comunidad católica al considerar que se trataba de algo inverosímil, y con lo que Smith quería dejar claro que se estaba riendo del racismo dentro de la Iglesia.
Autoconsciente
Según la tradición católica, Azrael es el Ángel de la Muerte, una especie de demonio benevolente que en la película será el que anime a Loki y Bartleby a que crucen las puertas del cielo, desobedeciendo a Dios.
El papel recayó sobre Jason Lee, quien tiene una de las líneas de diálogo más claras en torno a la concepción del villano en pantalla y los clichés que giran alrededor de ellos, pues en el momento en el que le preguntan cuáles son sus intenciones, responde que ha visto demasiadas películas de la saga '007: James Bond', y que no caerá en la trampa del villano de turno revelando sus planes a los protagonistas.
Arrepentido
De lo único que se arrepintió Kevin Smith durante 'Dogma', no fue ni el cargar contra la Iglesia ni hacer sátira alrededor de las creencias de la gente.
Su verdadero arrepentimiento fue el de haber contratado a Linda Fiorentino, con quien el director confesó que fue muy difícil trabajar y se llegó a convertir en alguien insoportable durante el rodaje, pensando que hubiese ido todo mucho mejor si Janeane Garofalo hubiese sido la última descendiente de Jesucristo y no Fiorentino.
Serendipia
Otra forma de meter el dedo en la llaga fue la de incluir elementos que el catolicismo podría considerar paganos dentro del imaginario que crea Smith para la película.
Es por ello que en ese mundo donde los ángeles se mueven entre humanos, el apóstol número 13 es negro y Azrael invoca a un demonio hecho de excrementos humanos (con el que Kevin Smith homenajea a Clayface, villano del universo de Batman al cual idolatra), no es de extrañar encontrarnos con la encarnación humana de una Musa, en concreto la de la creatividad, que en este caso estuvo interpretada por Salma Hayek infiltrada en un club de striptease.
Infiltrados
Como no podía ser de otra forma, los personajes de Jay (Jason Mewes) y Bob el Silencioso (el propio Kevin Smith) hacen su aparición en 'Dogma', convirtiéndose en el hilo conductor que une la mayor parte de la filmografía de Smith.
Su aparición ya se había anunciado al final de 'Clerks', pero debido a que la búsqueda de financiación de la película fue la que fue, antes llegarían 'Mallrats' y 'Persiguiendo a Amy', siendo en esta última (estrenada en 1997) donde los personajes hacen una serie de chistes en torno a su aparición en la futura 'Dogma', la cual llevaba anunciándose desde 1994.
Diosa
Y con la aparición de Dios, llegó la verdadera polémica, ya que este fue uno de los principales aspectos a criticar de la película y que causaron mayor revuelo para la comunidad católica: Dios se representaba con un cuerpo de mujer.
La tarea recayó sobre la cantante Alanis Morissette, la cual llegaba al desenlace de 'Dogma' para acabar haciendo que las facciones más puritanas y misóginas del catolicismo se rasgasen las vestiduras ante lo que consideraron como una provocación tan soez como esta.
Contenta con su trabajo, regresó en el mismo papel a modo de cameo en 'Jay y Bob el Silencioso contraatacan'.