En la historia de Disney como factoría de animación, hay largometrajes que marcaron un antes y un después en el estudio. Es el caso de 'La sirenita', con el que la compañía volvió a sus raíces tras dos décadas en oscuridad y altibajos. La empresa no levantaba cabeza desde la muerte de su fundador en 1966 y el cuento de Hans Christian Andersen era el último intento para recuperar las esencias que se habían perdido. Sin querer, como ocurre casi siempre con Disney, se dio inicio a su década más gloriosa: su Renacimiento.
Sobran las presentaciones para 'La sirenita'. La fábula de Andersen es uno de los cuentos más populares del célebre autor danés. La historia trágica de una doncella que entregó su vida por amor fue todo un reto para la factoría. Su aura trágica, con una heroína digna de ser interpretada por Maria Callas en el escenario, una dama que inspiró a Jean Giraudoux a escribir su aplaudida obra 'Ondina'. Un relato cuyo final es la muerte, era poco propicio para una factoría en la que el drama de sus protagonistas está al inicio y sus destinos están enlazados al feliz desenlace como símbolo de esperanza.
Un filme que derrumbó el prejuicio sobre los éxitos con protagonistas femeninas
Pero no hay nada imposible para los genios y el caso de 'La sirenita' es el culmen de un proceso de renovación que hubo dentro de la factoría. Los años 80 fueron muy turbios para la factoría, tras el dramático desalojo de Ron W. Miller, yerno del difunto fundador, y la llegada de Michael Eisner y Jeffrey Katzenberg a la compañía, cuyos cambios drásticos, inicialmente, estuvieron a punto de llevar a la empresa a la bancarrota tras el 'tijeretazo' que sufrió 'Taron y el caldero mágico' en 1985 a causa de estos 'cambios de gobierno'.
El éxito moderado de 'Basil, el ratón superdetective' en 1986 permitió al estudio insuflar algo de aire y su siguiente título, 'Oliver y su pandilla', estrenado en 1988, con una mirada puramente comercial sirvió como preludio a lo que estaba por suceder. Los ejecutivos no estaban convencidos del éxito de 'La sirenita', debido a los prejuicios que existían alrededor del largometraje (se pensaba que al ser una película 'para chica' no iba a tener menor éxito). De hecho, las previsiones iniciales eran que iba a obtener una taquilla menor a la de 'Oliver y su pandilla', que obtuvo 54 millones de dólares en su estreno inicial.
Fin de la transición, inicio de la gloriosa década
Sin embargo, 'La sirenita' consiguió más de 184 millones de dólares, la crítica fue unánime: había vuelto la esencia Disney. El filme fue nominado a tres premios Oscar, algo que no sucedía con un clásico de la factoría desde la magnífica 'Los rescatadores' en 1977, y ganó dos de ellos. Fue también el primer largometraje de animación y el primer clásico de la compañía en optar al Globo de Oro a la mejor película comedia o musical, además de ganar dos premios Grammy y conseguir que su banda sonora fue disco doble platino en ventas.
Pero, ¿qué sucedió para que Disney recuperase el prestigio perdido, la esencia de antaño? El proceso no fue sencillo pero, además, se unieron varios factores, el principal fue la unión virtuosa de talento, al reunir a un equipo espléndido de creativos, en el que la música jugó un factor esencial, así como la llegada de nuevas figuras con ideas de renovar al estudio.
La sirenita, el clásico que dio inicio al Renacimiento Disney
La génesis, una doncella trágica en el reino de la magia y la ilusión
La producción de 'La sirenita' fue una idea que tuvo el propio Walt Disney en vida. Originalmente, se planeó la producción de un filme que reuniese una serie de cortos basados en los cuentos de Andersen. Su producción comenzó poco después del éxito de 'Blancanieves y los siete enanitos'. Como varios lectores sabrán, el que estallase la guerra provocó que los cinco largometrajes estrenados durante la llamada Primera Era Dorada Disney (1937 - 1942), fuesen (tres de ellos) sonoros fracasos en taquilla.
Con lo cual, el proyecto quedó enterrado en un cajón. Mientras que otros consiguieron salir a la luz, como el caso de 'Cenicienta' (1950), 'Alicia en el país de las maravillas' (1951), 'Peter Pan' (1953) o 'Merlín, el encantador' (1963), otros quedaron completamente descartados.
El caso de 'La sirenita' es interesante, puesto que en los borradores encontrados en los archivos Disney por los directores Ron Clements y John Musker, según puede verse en el making of del filme en su edición Platino en DVD, el productor había configurado el corto con su final original, con la muerte de la protagonista, convertida en espuma de mar.
Esencialmente, ese fue uno de los factores que provocó conflictos a la hora de obtener el aprobado de Katzenberg, fue severo a la hora de dar luz verde a proyectos tras el descalabro de 'Taron y el caldero mágico'. En un principio, el futuro fundador DreamWorks rechazó el proyecto, no solo por su final trágico, sino porque en ese momento estaba arrasando en taquilla una película con una temática similar, 'Un, dos, tres... Splash' (1984), protagonizada por Tom Hanks y Daryl Hannah y producida por Disney, y en ese momento estaba en marcha una secuela.
Recuperando el espíritu Disney
Con la secuela descartada, 'La sirenita' volvió a cobrar importancia para los ejecutivos. Katzenberg, finalmente, cedió y el filme iba a ser producido a la par que 'Oliver y su pandilla'. Sin embargo, la producción de '¿Quién engañó a Roger Rabbit?' provocó que el proceso de 'La sirenita' se ralentizase, atrasándose un año su estreno, aunque eso afortunadamente le benefició mucho a la cinta, puesto que ese año extra, se hicieron varios cambios que acabaron siendo fundamentales para el éxito del clásico animado.
En ese período de descanso, Clements y Musker, que además de dirigir escribieron el guion, hicieron varias modificaciones en el borrador que presentaron. Por ejemplo, se eliminó al personaje de la abuela de la sirena y se amplió la presencia del progenitor de la protagonista, el rey Tritón, y la bruja del mar, a la que se le asignó el rol de villana principal, cuando en el relato tenía un papel más accesorio.
Con varios cambios propuestos, Clements y Musker se llevaron la gran sorpresa cundo encontraron un desarrollo visual de Kay Nielsen para la Fundación Andersen en 1930, como propuesta de Disney, al coincidir en varios aspectos. En otras palabras, los directores vieron cómo sus ideas coincidían con las que tuvo el productor en los años 30, lo que hizo impulsar más esa sensación de aura de antaño.
Howard Ashman y Alan Menken, puro estilo Broadway
Un aspecto fundamental para la película fue la música, trayendo la esencia de Broadway a los clásicos Disney. Alan Menken fue el encargado de componer la música, en colaboracion con Howard Ashman. Precisamente Ashman fue clave para la producción del filme. Además de ser letrista, Ashman era dramaturgo, con sus consejos sobre el guion resultaron fundamentales, al ser él el que propusiese que Clarence, un cangrejo con modales ingleses, fuese mejor Sebastián, un crustáceo jamaicano. También fue Ashman el que propuso que el Tritón, al transformar a su hija en humana, dijese solo: "Lo mucho que la voy a extrañar", dejando el protagonismo a las miradas y gestos.
Curiosamente, esa sensación de un padre dejando marchar a su hija, a que haga su vida y sea dueña de su propio destino, fue el concepto original de la muerte de la heroína en el cuento de Andersen, que concibía el deceso como el desenlace liberador del espíritu. Con lo cual, esa metáfora del dejar marchar, pasa de la heroína principal a su progenitor en la versión de Disney.
Con 'La sirenita', Disney retomaba el concepto de animación musical, en el que las canciones ayudasen a avanzar en la trama, algo que no la factoría no había hecho en animación desde 1950 con 'Cenicienta'. Como ya es sabido, la fórmula no solo funcionó, sino que hizo escuela, al tener los siguientes clásicos un arquetipo similar. De los diez largometrajes del Renacimiento Disney, solo uno no tuvo canciones y cinco de ellos se han convertido en musicales de teatro.
La gran despedida de la xerografía y la animación solo hecha a mano
Pero el clásico Disney número 28 de la factoría no solo dio inicio a una era gloriosa. El llamarle filme de transición no es desacertado, al ser el último largometraje del estudio en utilizar el método tradicional de animación de xerografía, como también fue la última película en ser completamente pintada a mano, puesto que en 1990 el siguiente clásico, 'Los rescatadores en Cangurolandia', ya utilizó el método digital para colorear y combinar dibujos escaneados que desarrolló Pixar para Disney.
Al ser el último clásico pintado enteramente a mano, el presupuesto para el largometraje fue mucho mayor que el de sus predecesoras. Para poder desarrollar mejor la producción, el filme se produjo tanto en Glendale, California, donde está el principal estudio de animación y la recién inaugurada factoría de Florida, que estuvo dentro de The Walt Disney World en Orlando hasta 2004, cuando cerraron.
Su animación fue todo un reto al estar la trama centrada, principalmente, en ambiente submarino. Se calcula que tuvieron que dibujarse más de un millón de burbujas para la cinta. Para poder rodar los efectos del agua, tomaron como referencia a dos clásicos de la Primera Era Dorada: 'Pinocho' y 'Fantasía', ambos producidos en 1940. Además, se recuperó el concepto de utilizar actores que reprodujesen escenas en imagen real para servir de inspiración a los animadores, siendo la mayor parte de las secuencias bajo el agua, para emular correctamente el movimiento del cabello bajo el agua.
La hermosa doncella de tez blanca y cabellos rojizos
Respecto al diseño de los personajes, hubo una fuerte discusión sobre el diseño de Ariel, la protagonista. La mayor parte de los retratos artísticos de estos seres mitológicos desde la Edad Media hasta la actualidad, ha sido con imágenes de bellas doncellas de tez pálida con cola de pez, siendo la mayoría rubias. Hubo un gran debate sobre el color de pelo de Ariel, puesto que parte del equipo defendía que mantuviese esa esencia, recordando a Lorelei, de la mitología germánica.
Sin embargo, el estreno de 'Un, dos, tres... Splash' aún estaba reciente en la memoria colectiva y, en el deseo de evitar comparaciones, se optó con cambiarle el color del cabello a la protagonista. El cuadro 'Una sirena', pintado por John William Waterhouse en 1900 fue clave para que Ariel luciese una melena rojiza. En el retrato, puede verse a una joven sirena peinándose en la orilla del mar. En la imagen puede apreciarse que la doncella es de piel blanca y cabello pelirrojo.
De esta forma, el debate se zanjó, al seguir la imagen de Ariel unida al concepto clásico y místico de las sirenas. Por otra parte, el referente para dotar de personalidad a la Sirenita fue la actriz Alyssa Milano, que ese momento triunfaba en la sitcom '¿Quién es el jefe?'.
La importancia LGBT: Úrsula y Divine
Por otro lado está el diseño tanto de Tritón como de Úrsula. Andreas Deja, veterano animador de Disney y una de sus primeros trabajadores en ser abiertamente gay, retrató al poderoso rey de los mares inspirándose en el canon de belleza masculina griega. Por otro lado, la malvada bruja del mar tuvo varios diseños, inicialmente iba a ser un pez león, posterior un pez araña. Fue Matt O'Callaghan, responsable del guion gráfico, quien sugirió que Úrsula debía ser un pulpo. Para el físico de la villana, hubo una clara referencia a la cultura gay underground, al inspirarse en la mítica drag queen Divine, gracias a una propuesta de Howard Ashman, también abiertamente gay.
En esta época, los actores de voz no eran un reclamo comercial para la película. Con lo cual, 'La sirenita' contó con actores de doblaje de prestigio en Estados Unidos. Jodi Benson fue la elegida para doblar a Ariel, mientras que Pat Carroll, mítica actriz de Broadway, se encargó de poner voz a la temible Úrsula. Samuel E. Wright fue el caribeño Sebastián, Christopher Daniel Barne fue el príncipe Eric y Kenneth Mars el rey Tritón.
El toque 'drag' del doblaje latinoamericano
Hay un caso especial con 'La sirenita' respecto a su doblaje al español. Originalmente, el filme fue el penúltimo clásico Disney en estrenarse en España con doblaje latinoamericano. La versión en español fue producida en Los Ángeles, con actores contratados por la propia Disney. Cabe destacar que Michael Cruz, que ya dobló a Dodger en 'Oliver y su pandilla', supo poner acento caribeño a Sebastián. Esta versión, además, contó con Demián Bichir como el príncipe Eric, que en esa época no era tan conocido como ahora. Por otro lado, Úrsula tuvo más inspiración de Divine en esta versión, al ser doblada por la drag queen Serena Olvido, cuya voz es una de las más recordadas para el público tanto español como hispanoamericano.
Esa fue la versión que se estrenó en España en diciembre de 1990, más de un año después de su estreno original en Estados Unidos. La polémica con el doblaje de 'La sirenita' vino con su reestreno, en junio de 1998. Disney España decidió hacer un redoblaje del filme, producido en Barcelona, llegando también a cambiar la letra de las canciones. Debido a que la película tuvo un paso breve por salas de cine, fue cuando salió de nuevo en VHS cuando saltó la polémica.
El público español rechazó el redoblaje castellano
Gran parte del público descubrió con horror el nuevo doblaje. El estreno original fue solo ocho años antes, lo que indica que su recuerdo era muy reciente. Como muchos saben, los espectadores cuando conocen una película con determinado doblaje, es muy difícil que un redoblaje tenga éxito, al estar supeditado al recuerdo del anterior y además, los clásicos Disney tienen el hándicap de la nostalgia. 'La sirenita' fue el primer caso de redoblaje de España de un filme que se estrenó originalmente en el país con doblaje latinoamericano.
Esto provocó algo inédito, la devolución masiva de VHS por parte de los compradores. Al ser lanzada durante la época navideña, Disney temió que hubiese grandes pérdidas, eso sin olvidar el riesgo de especulación con la edición original de la cinta en España. La compañía dio marcha atrás y reeditó la película en VHS con el doblaje latinoamericano, convirtiéndose en el primer y único largometraje cuyo doblaje castellano ha sido rechazado en favor del latino. Solo hay un motivo para explicar esto: el factor nostalgia.
El redoblaje, un mal movimiento empresarial
A diferencia de los otros casos, 'Cenicienta' y 'Blancanieves y los siete enanitos' fueron redobladas por problemas de demandas relacionadas con regalías, 'La sirenita' no tuvo ningún tipo de demanda, lo que hace, a día de hoy, nadie sepa por qué Disney España decidió redoblar la película. Como movimiento empresarial, es considerado uno de los grandes desaciertos de la compañía.
Tras esta polémica, en sus posteriores ediciones domésticas, 'La sirenita' ha tenido las dos doblajes como opción. Es más, las nuevas generaciones ya están más habituadas al doblaje castellano, debido a que Disney España solo proporciona esta versión en su emisión del filme en abierto, como descubrió buena parte del público cuando la película pudo verse Telecinco en diciembre de 2013, causando un gran revuelo en redes sociales al no ser la versión latinoamericana.
El legado de 'La sirenita'
Algo que queda claro es que 'La sirenita' fue el inicio tal y como se conciben las producciones Disney actualmente. Sin su éxito, no hubieran existido películas míticas como 'La bella y la bestia' (1991), 'Aladdin' (1992) o 'El rey león' (1994). Yendo más allá, títulos actuales como 'Enredados' (2010) o 'Frozen: El reino del hielo' (2013) y su secuela no hubieran sido producidas como musicales de Broadway si la fórmula no hubiera triunfado con la cinta de 1989.
Un clásico con el que, por tercera vez, una mujer, una heroína, fue la que hizo que Disney alcanzase la gloria, siguiendo la estela de Blancanieves en 1937 y la de Cenicienta en 1950 y a la que posteriormente se han unido otras figuras femeninas importantes como Tiana o Elsa, demostrando que las películas dirigidas 'a un público femenino' no solo arrasan en taquilla, sino que demuestran que sus protagonistas son comprendidas y entendidas por público de cualquier sexo.