Dirigida, escrita e interpretada por Hitoshi Matsumoto, 'Dainipponjin' (traducida como 'El gran japonés') cuenta la historia de Daisato, un tipo con una vida aparentemente mundana y rutinaria que es perseguido por un equipo de documentalistas que pretenden realizar un estudio sobre él. Y es que, cuando llega el momento oportuno, Daisato se transforma en Dainipponjin, un ser superpoderoso y gigantesco, capaz de enfrentarse a todos los monstruos habidos y por haber.
Seleccionada para concurso en la sección Oficial Fantàstic, 'Dainipponjin' es una buena muestra de lo que significa el humor japonés. Entremezclando el formato documental con las batallas entre kaiju nipones en la línea de Godzilla, Gamera o Mothra contra superhéroes también descomunales como Ultraman, la película es todo un compendio de irreverente humor negro, en el que Hitoshi Matsumoto ridiculiza tanto el concepto de superhéroe en general, como todo el abanico de criaturas postnucleares niponas síndrome de la guerra fría que monopolizó la ciencia ficción japonesa durante décadas.
Tal y como ya hiciera a su modo Takashi Miike en 'Zebraman', Hitoshi Matsumoto convierte al supuesto héroe en antihéroe, retratándolo en su faceta más mundana y desmitificándolo hasta caricaturizarlo sin ningún tipo de compasión; de este modo, con un sentido del humor verdaderamente sobrio y un ritmo bastante pausado, Dainipponjin recorre todas los aspectos en la vida de un superhéroe venido a menos, desde la soledad consecuencia de su divorcio, hasta las críticas por parte de muchos japoneses que lo ven más como un mal que como un bien para la sociedad.
Críticas por doquier
Así pues, Hitoshi Matsumoto deja patente desde un buen comienzo que lo que 'Dainipponjin' representa no es más que un icono que vive de la gloria del pasado, un hecho que constata el propio personaje a la cámara en diversas ocasiones, como cuando explica con una mezcla de orgullo y resignación cómo su abuelo, conocido como el Cuarto (y actualmente en un asilo), era toda una leyenda años atrás, aclamado por las masas y reverenciado casi como un dios por la sociedad de su tiempo, mientras que él debe vender su cuerpo a toda suerte de patrocinadores que lo financien. Y es que Dainipponjin es, al mismo tiempo, una dura crítica a la sociedad actual, en la que audiencias y patrocinadores, ingresos y marketing, monopolizan los medios de comunicación y, por ende, a la sociedad de nuestros días, convirtiendo la información en sensacionalismo con tal de obtener el anhelado prime time.
Por último, cabe destacar unos efectos especiales realmente logrados, a través de los cuales 'Danipponjin' nos ofrece una serie de combates entre los rascacielos de Tokyo verdaderamente inolvidables, en los que mosntruosidades dantescas de todos los calibres, eminentemente risibles, deben enfrentarse a nuestro particular héroe, en una divertida parodia con diversos momentos de verdadera genialidad.