La noche de los Oscars 2013 se acerca y los artistas del estudio gráfico Mondo, han querido elaborar tres pósters para celebrar tal magno evento. Las películas seleccionadas son 'The Master', 'Los Miserables' y 'El alucinante mundo de Norman'.
La película dirigida por Paul Thomas Anderson opta a tres estatuillas que destacan la labor de su elenco. Joaquin Phoenix en el apartado de mejor actor, mientras que Philip Seymour Hoffman y Amy Adams se disputan el Oscar en las categorías de reparto. El cartel juega con una estética que puede llegar a recordar a 'Vértigo', clásico de Alfred Hitchcock con el que algunos críticos han sacado ciertos paralelismos.
El musical basado en el famoso montaje del West End, parte con ocho nominaciones de las que casi seguro, una se materializará en un galardón para el trabajo realizado por Anne Hathaway. El cartel intenta captar la idea de revolución que impregna la película, tiñéndose el cielo de un inusual color rojo. Para acompañarlo tenemos un lema muy simple pero contundente: "Lucha. Sueño. Esperanza. Amor".
Para finalizar, encontramos una de las revelaciones de la temporada en el campo de la animación, la película sobrenatural 'El alucinante mundo de Norman'. A juego con la estética del film, el cartel representa a todos sus principales personajes siendo asediados por una horda de "hambrientos" zombies.
Los pósters se pondrán a la venta el mismo día de los Oscars en su misma página web. Os animamos a que os paséis a echarle un vistazo, ya que aparte de los trabajos que os hemos mostrado, podréis ver otras ilustraciones basadas en películas como 'Parque Jurásico', 'Battle Royale' o 'El Señor de los Anillos'.
Actuaciones infantiles con sabor a Oscar
La página BuzzFeed nos ha sorprendido hoy con un vídeo en el que una serie de niños hacen una simpática parodia de algunas de las películas nominadas al Oscar a mejor Película. Creado por Jared Neumark, encontramos versiones muy diferentes de 'Argo', 'Bestias del sur salvaje', 'Lincoln', 'La noche más oscura' y 'Django desencadenado'. Parte de la frescura que emana el corto se debe a que los niños no recordaban muy bien sus líneas de diálogo y se aventuraban a improvisarlas con desiguales resultados.
