Mejor Director. Palabras mayores. Uno de los momentos más esperados de la próxima ceremonia de entrega de los premios Oscar será el momento en el que, tras presentar a cinco candidatos que no podrían haber presentado propuestas más diferentes entre sí, se desvelará quién sucede a Alejandro González Iñárritu, ganador consecutivo durante dos años gracias a esas dos joyas llamadas 'Birdman' y 'El renacido', en el trono de los directores de oro de Hollywood. La principal curiosidad este año es que, exceptuando a Mel Gibson, todos han conseguido su primera nominación en esta categoría. Y se han estrenado a lo grande.
Aunque en las últimas ocasiones se ha dividido el premio a Mejor Película y Mejor Director, todo apunta a que no se repetirá esta costumbre en la madrugada del 26 de febrero. Sí, aquí también parte con ventaja 'La ciudad de las estrellas (La La Land)', pero eso no nos debe anular la emoción de una sorpresa en el último segundo. La competencia para Damien Chazelle es dura y contundente, cuatro trabajos de dirección de primerísimo nivel que, en ningún caso, podría provocar la aparición de la palabra injusticia. Además, todas ellas comparten una ejemplar virtud: la valentía.
Cinco directores que han realizado un trabajo deslumbrante, ya sea de manera épica y grandilocuente o basada en la calma y la contención casi invisible, engrandeciendo un conjunto de películas que están, con diferencia, entre lo mejor que se ha visto en un cine en los últimos meses. Y en alguno de los casos, en años. A continuación, analizamos los elementos a favor y los factores en contra de cinco cineastas que ya son parte activa de la historia de los Oscar.
Oscar 2017: Mejor Director
Damien Chazelle
El favorito. Y no es para menos. Lo que ha conseguido Damien Chazelle con su segunda película, 'La ciudad de las estrellas: La La Land', es dar forma a un clásico contemporáneo que respira y desprende cine por cada uno de sus fotogramas. La trampa, y la brutal pereza, que despiertan sus detractores recién nacidos tras su récord en los Globos de Oro y sus 14 nominaciones al Oscar, forman parte de lo peor del juego que rodea a los fenómenos cinematográficos de primer nivel, pero incluso en esos terrenos tan oscuros, el joven cineasta es de los que menos golpes recibe. Y es que su labor de dirección es tan pasional e intensa como en su espectacular debut ('Whiplash') pero sustituyendo el nervio y el músculo por la caricia y la melancolía embriagadora, obteniendo un resultado en el que la indiscutible destreza técnica se combina de forma excelsa con el pulso dramático y emotivo de su historia. En definitiva, un prodigio.
A favor: Casi todo. 'La ciudad de las estrellas: La La Land' es la gran, grandísima favorita de la noche y Chazelle parece una de sus estatuillas más probables. No debemos olvidar que 'Whiplash' tuvo una aceptación en la Academia más que notable, por lo que la admiración y la simpatía hacia su responsable es una evidencia. Sin la insistencia y constancia de Chazelle para conseguir cumplir su sueño de contar esta historia, nunca habríamos tenido esta obra maestra.
En contra: Barry Jenkins. Si la Academia finalmente termina rendida a 'Moonlight', aquí tenemos un Oscar asegurado. Incluso si 'La ciudad de las estrellas: La La Land' consigue el premio a la Mejor Película, pero los académicos quieren ensalzar al máximo a su rival directa más allá de los previsibles triunfos en Guión Adaptado y Actor Secundario, Jenkins es una opción más que posible.
Denis Villeneuve
Había muchas ganas de ver nominado a Denis Villeneuve en la categoría de Mejor Director. La razón principal es obvia: su trayectoria. Hasta la fecha, el cineasta canadiense ha ido dando forma a una carrera repleta de grandes trabajos, sin fallos, o lo que es lo mismo, impecable. Por eso, era cuestión de tiempo que la Academia terminarse rendida a sus múltiples encantos y virtudes, ensalzando a un director siempre elegante, siempre meticuloso, siempre hipnótico. Lo inesperado, aunque gratificante, es que la película que lo haya colado por primera vez en el quinteto nominado haya sido 'La llegada', su estreno en el género de la ciencia ficción más profunda, inquietante y, finalmente, hermosa. Para muchos, entre los que me incluyo, hablamos de la mejor propuesta cinematográfica que llegó a las carteleras de nuestro país el pasado año, por lo que ver a Villeneuve optando a un Oscar por ella, junto a las otras siete nominaciones de la película, es un premio en sí mismo. Así lo vivimos.
A favor: A la espera de comprobar si su secuela de 'Blade Runner' está a la altura de las espectaculares expectativas depositadas en ellas, y teniendo en cuenta que su siguiente proyecto será el remake de otro clásico de la ciencia ficción ('Dune'), Villeneuve es uno de los directores de moda en Hollywood. Cuenta, además, con un respeto crítico prácticamente unánime y el público ha caído rendido ante 'La llegada', en la que realiza un trabajo apabullante. Pese a que el género de ciencia ficción ha pasado casi siempre bastante desapercibido en la historia de los Oscar, el reciente triunfo de Alfonso Cuarón por su dirección en 'Gravity' le abre una puerta de esperanza a las opciones de Villeneuve.
En contra: Algo nos lleva a pensar que 'La llegada' puede terminar siendo la gran víctima de este supuesto enfrentamiento a tres bandas establecido entre 'La ciudad de las estrellas: La La Land', 'Moonlight' y 'Manchester frente al mar'. No es una posibilidad nada descabellada que termina yéndose de vacío, y en el caso de no ser así, la categoría de Mejor Director no parece que sea la que va a salvar la papeleta. Habrá más posibilidades para Villeneuve, estamos seguros.
Barry Jenkins
'Moonlight' tiene múltiples virtudes, pero la que destaca con mayor fuerza es la dirección de Barry Jenkins. En esencia, se trata de una labor que engrandece toda la propuesta, que la contagia de una capacidad de hipnosis visual de primer nivel y que la empapa de una poesía inesperada y cautivadora. El cineasta capta la esencia más pura del relato y se mete de lleno en cada uno de sus rincones para terminar extrayendo el máximo de cada detalle, sacando la belleza de los lugares más insospechados y elevando una historia cuyo potencial dramático es indudable, pese a caer en algún que otro tópico prácticamente inseparable de este tipo de propuestas. La Academia se ha entusiasmado con ella y la ha convertido en la gran rival de 'La ciudad de las estrellas: La La Land', casi nada. El culpable directo, insistimos, tiene nombre y apellido: Barry Jenkins.
A favor: la crítica y el público han destacado la dirección como uno de los valores esenciales sin los que 'Moonlight' no habría conseguido la repercusión mediática, fuera y dentro de la industria, que ha marcado su trayectoria hasta la fecha. Desde el momento de su estreno, Jenkins ha sonado como uno de los cineastas con más opciones de conseguir alzar la estatuilla la próxima madrugada del 26 de febrero. Se trata de un trabajo de dirección deslumbrante, tan delicado como conmovedor.
En contra: Damien Chazelle. Si es la noche de 'La ciudad de las estrellas. La La Land', algo más que probable, todo apunta a que 'Moonlight' se tendría que 'conformar' con los premios a Mejor Actor de Reparto y Mejor Guión Adaptado.
Kenneth Lonergan
Pese a ser uno de los directores con más edad del quinteto de nominados, Kenneth Lonergan solamente cuenta con tres películas a sus espaldas. Las dos predecesoras de la magistral 'Manchester frente al mar', la estupenda 'Puedes contar conmigo' y la infravalorada 'Margaret', ya daban muestras de estar ante un cineasta con especial capacidad para transitar terrenos perfectamente reconocibles pero encontrado por el camino virtudes y recovecos inesperados. En su última propuesta, vuelve a hacerlo, y en este caso, mejor que nunca. Porque Lonergan se mete de lleno en el género del drama más doloroso y demoledor pero tratando de dejarlo en huesos y shock, evitar todas las trampas, marcar un rumbo definido y basado en el fuego lento, la calma que siempre precede a la (inevitable) tormenta. Y lo consigue con creces mediante una dirección invisible, que fluye junto a los personajes, que no busca el golpe gratuito en el lacrimal ni el derroche de sufrimiento más básico. Un trabajo que encuentra su mejor fuerza en la pausa.
A favor: Su película ha aguantado los aplausos desde su estreno y su paso por múltiples festivales, llegando a la ceremonia de los Oscar como la clara tercera opción tras 'La ciudad de las estrellas: La La Land' y 'Moonlight'. En el caso de que la división de votos entre ambas termine afectando a las dos grandes favoritas, la afortunada sería 'Manchester frente al mar', algo que podría suceder también en la categoría de Mejor Director.
En contra: Su dirección es la menos vistosa de las cinco que optan al premio y las opciones reales de Lonergan se encuentran, claramente, en la categoría de Mejor Guión Original. Ahí es donde existen bastantes posibilidades de ver al director con una estatuilla bajo el brazo. Y con toda justicia.
Mel Gibson
Mel Gibson no entiende de medias tintas. Ni él, ni su cine, ni la manera, bastante cuestionable, con la que gestiona su carrera y su discurso artístico. Por eso, teníamos la intuición de que, si regresaba a Hollywood tras el conjunto de terribles declaraciones y comportamientos que ensuciaron sus últimos años, lo haría por la puerta grande. Y vaya que sí. La más que notable 'Hasta el último hombre' nos ha devuelto al director que, con 'El hombre sin rostro', 'Braveheart', 'La pasión de Cristo' y 'Apocalypto', ya había demostrado con creces y altas dosis de contundencia, su inmenso talento. En una quinta posición de nominado para la que se barajaban numerosos nombres (Scorsese, Washington o Ford, entre otros), la balanza ha terminado cayendo del lado de Gibson. La puerta grande se ha abierto, de nuevo, para un cineasta que, excepto por el ruido que lo rodea, echábamos de menos. Y mucho.
A favor: 'Hasta el último hombre' ha conseguido unas más que valiosas seis nominaciones, incluyendo la de Mejor Película, lo que demuestra que la Academia ha disfrutado con bastante entusiasmo del último trabajo de Gibson. Se trata de un cineasta que ya fue premiado con 'Braveheart', lo que demuestra que su relación con los Oscar no es una casualidad marcada por el contexto de su regreso. Es uno de los nombres importantes de la industria, para bien y para mal, y su cine cuenta con grandes defensores. Al parecer, bastantes académicos se encuentran entre ellos.
En contra: Su nominación parece ser más una especie de celebración por la vuelta triunfal de Gibson que un despliegue de pasión incontrolable hacia su, por otra parte deslumbrante, dirección en 'Hasta el último hombre'. En una categoría con una rivalidad tan evidente entre dos nombres, Gibson no parece ser la tercera vía.