å

CRÓNICA

Los Oscar 2019 de 'Green Book' y 'Bohemian Rhapsody' consiguieron lo que querían: acercarse al público

La Academia consiguió convertir el problema de no tener presentador en una ventaja, haciendo una gala amena y más corta en la que acabaron ganando las películas que el espectador medio sí ha visto.

Por Jesús Agudo Más 25 de Febrero 2019 | 06:56
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

Comparte:

¡Comenta!
Galerias

La 91 edición de los Oscar no hizo historia. Y mira que tenía opciones. Alfonso Cuarón no subió al escenario para llevarse la estatuilla de Mejor Película, y tampoco lo hizo Netflix. El streaming tendrá que esperar un año más para codearse con la Historia de los premios de la Academia. Tampoco Marvel rompió la barrera del cine de superhéroes. Ni Spike Lee recibió premios por su dirección o por la película en conjunto. Al final, los Oscar jugaron a lo seguro. Pero es algo que tendríamos que haber previsto porque llevan meses dejándolo caer.

Mahershala Ali en los Oscar 2019

Desde que en verano desvelaron su intención de crear el Oscar Popular, la Academia ha dejado claro que se siente desconectada del público general, como muestra además la constante caída de audiencia año tras año. Han intentado todo, desde nominar más películas taquilleras a hacer mucho caso al streaming, e incluso han hecho todo lo posible por acortar la gala para que se quedaran enganchados más que los cinéfilos que llevamos años siendo fieles. Por supuesto que muchos de ellos han votado con la idea en la cabeza de que tienen que volver a conectar con el espectador medio.

Los Oscar 2019 como gala televisada parecían abocados al más absoluto fracaso. Se habían quedado sin presentador, habían intentado relegar premios a los anuncios y hasta Kendrick Lamar y SZA habían dicho dos días antes que no podían ir para interpretar la canción de 'Black Panther'. Y quién les iba a decir que no tener presentador iba a ser lo mejor que les podía pasar. Los productores de la gala decidieron meter el turbo ya que no había un nexo de unión entre bloques y hacer lo justo y necesario sobre el escenario del Dolby Theatre: nada de chascarrillos ni momentos de humor, nada de selfies, sandwiches o espectadores del cine de al lado. Premio, canción, premio, presentación de una nominada a Mejor Película, premio, In Memoriam, premio. Así, a las 5:20, hora española, la gala estaba finiquitada, sin contratiempos, sin apenas momentos de tedio, con muchos famosos siendo guapos en el escenario y más protagonismo para lo que hemos venido a ver: los premios. En ningún momento se echó de menos un maestro o maestra de ceremonias. Resulta que sí se podía acortar la gala, y no tenía que ser sacrificando la razón misma de los Oscar.

Y aunque quizás por eso ha habido menos momentos memorables, habrá detalles de los 91 Oscars que no podremos olvidar igualmente. La piel de gallina que se nos puso al escuchar a Lady Gaga y Bradley Cooper entonar 'Shallow' con una preciosa puesta en escena mirando al patio de butacas. Samuel L. Jackson abrazando a Spike Lee. Olivia Colman emocionada hasta el tuétano recogiendo su Oscar. La cantidad de mujeres que subieron al escenario en las categorías técnicas. El mini discurso inicial de Tina Fey, Amy Poehler y Maya Rudolph, las mejores presentadoras de absolutamente todo. Queen iniciando la gala por todo lo alto (y Javier Bardem viviéndolo como si estuviera en primera fila de un concierto). No habremos tenido un número inicial como el de Hugh Jackman, o momentazos como los que daban Billy Crystal y Whoopi Goldberg. Pero nos vamos más pronto a la cama y la gala ha pasado como un suspiro. De un más que posible desastre ha pasado a ser un triunfo.

Lady Gaga en los Oscar 2019

Vamos con los premios. En general, ha sido todo bastante lo que esperábamos, porque nos temíamos que la Academia iba a jugar a lo seguro. Y en el momento en que 'Roma' se llevó Película de Habla No Inglesa (la primera vez de México, así que algo de hito sí que hubo), todo apuntaba a que la posibilidad de repetir en Mejor Película se desvanecía. Así fue. Cuarón acabó subiendo tres veces al escenario, pero no en el premio gordo. Fue 'Green Book' quien se llevó Mejor Película, junto con Mejor Actor de Reparto y Mejor Guion Original. De todas las nominadas, la más oscarizable, la más accesible también. Una película que trata el racismo para todos los públicos y que deja una buena sensación, frente a otros dramas que dan un buen golpe en el estómago y te dejan con él. No era para nada arriesgado, pero sí es una película que, a diferencia de 'Roma' o 'La favorita', conecta con el espectador que no sabe de memoria qué películas están nominadas, pero que sí le gusta ir al cine. En España está siendo un éxito de taquilla, en Metacritic tiene una puntuación de usuarios de un 7,8 y en Rotten Tomatoes tiene un 93% de aceptación del público con un 4,4 sobre 5 de media. Puede que a los críticos no les haya cambiado la vida, pero sí ha conectado con el público, y eso es lo que buscaban estos Oscar. Además, con el sistema de voto preferencial que tiene solo la categoría de Mejor Película, una cinta tan disfrutable lo tiene todo para haber sido colocada en los primeros puestos de las listas de los académicos, lo que aumentaba sus probabilidades a la hora de llevarse el premio gordo. 'Green Book' no tendrá la maestría de 'Roma', el tono mordaz de 'Infiltrado en el KKKlan' o el encanto de 'La favorita'. Pero es esa película que cuando la pongan en televisión, muchos se quedarán viéndola aunque la pillen empezada porque les habrá dejado un buen recuerdo. Quizás esta sí que sea recordada dentro de un par de años, por lo menos por el gran público, por muy 'Paseando a Miss Daisy' al revés que sea. ¿La mejor película del año? Esta vez, al menos, han dejado que gane el voto popular por encima del arte. ¿Injusto? Puede. ¿Inmerecido? Arrastrar a la gente al cine, cosa cada vez más complicada, algo tendrá para conseguirlo.

Unos por otros

Los Oscar han seguido dando premios a grandes favoritas de los espectadores que han llenado las salas. Con los galardones para 'Bohemian Rhapsody' y 'Black Panther' parecen haber querido hacer un guiño a los fenómenos cinematográficos del pasado año. Porque hay a mucha gente que le da igual las polémicas de la película sobre Queen y disfrutó muchísimo en el cine con ella, y con el Freddie Mercury de Rami Malek. Esta vez los votantes han querido ponerse en la piel de alguien que va al cine para disfrutar y no a encontrar la última expresión del arte visual. Que prefiere el optimismo, el entretenimiento o la espectacularidad. Hacer un guiño a todos esos que no dejan de decir "Wakanda Forever" y que lo intentaron con 'Roma', pero no pudieron terminarla. Decirles: "Queremos que os volváis a interesar por nosotros". Es un movimiento peligroso, porque por el camino pueden acabar perdiendo a los amantes del cine que vean cómo los Oscar se acercan a McDonald's y no a un estrella Michelín. Pero era su objetivo este año, volverse más populares, y así han querido hacer el palmarés. Cuando salgan las audiencias de la gala veremos si ha tenido algún efecto. Igualmente, me cuesta creer que en Hollywood no sean capaces de hacer películas que lo tengan todo, que arrastren al público a los cines y que sean un hito técnico y artístico. Ahora parece que solo puede ser una cosa o la otra, y siempre hay un bando que sale perdiendo. Y en última instancia los que pierden son ellos porque dejan de ser relevantes como brújula para señalar lo mejor de lo mejor.

Olivia Colman en los Oscar 2019

Pero quedémonos con lo positivo. Aunque ha habido pocas sorpresas, alguna que otra ha caído (la maravillosa Olivia Colman, por ejemplo). Aunque no se haya hecho historia, que México siga pisando tan fuerte con los tiempos que corren en Estados Unidos sigue siendo digno de remarcar. Que una ceremonia de los Oscar vuelva a ser amena es un logro que ya creíamos imposible. Y oye, que por una vez hayan vuelto a ganar películas que la gente sí ha visto puede acabar invitando a que los que habían abandonado los Oscar se vuelvan a reenganchar (y probablemente les invite a ver las otras nominadas para poder seguir en la conversación). A los demás, por mucho que nos quejemos, nos tienen asegurados porque los Oscar siguen siendo una noche de cine que merece la pena vivir.