Jimmy Kimmel apareció en el escenario del Dolby Theatre en paracaídas, haciendo un guiño a 'Top Gun: Maverick', gran salvadora de la gran pantalla junto con 'Avatar: El sentido del agua'. Los Oscar de este año podían permitirse la celebración. No solo porque había taquillazos entre sus nominadas a Mejor Película, sino porque ya va pareciendo que la pandemia es cosa del pasado.
No ha sido del todo así, a pesar del ambiente festivo general. El comité de crisis instaurado por la organización para evitar tortazos tuvo que activarse muy pronto con el positivo de Glenn Close, que encima iba a entregar la estatuilla a la mejor película junto a su compañero de reparto de 'Air Force One (El avión del presidente)', Harrison Ford. Para alegría de la Academia, esa ausencia acabó dando un momento precioso en el que Indiana Jones abrazaba a Tapón tras el arrollador triunfo de 'Todo a la vez en todas partes'.
La película de Daniel Kwan y Daniel Scheinert ha logrado una de las victorias más fuertes de los últimos años con siete premios, de los cuales tres han sido para su reparto. 'Todo a la vez en todas partes', sin embargo, ha dividido prácticamente desde su estreno. Unos se han visto cautivados por los multiversos de Evelyn Wang y cómo ese vertiginoso viaje escondía una historia sobre madres e hijas, familias y sueños, y otros han quedado horrorizados con una propuesta tan loca y ruidosa.
Pero esta película representa que son tiempos de cambio en la industria, tiempos que no excluyen el pasado pero que sí miran al futuro. Los Daniels han conseguido la excelencia con una película que habla en un lenguaje actual, y a la vez hablan de temas tan universales como la familia, dando papeles protagonistas a monumentos del cine como Michelle Yeoh y Jamie Lee Curtis. Si 'CODA: Los sonidos del silencio' se quedaba muy coja en su Oscar apoyada por muy poco palmarés, los siete Oscars de 'Todo a la vez en todas partes' reflejan que los académicos han visto virtudes en un montón de campos.
Los discursos de, precisamente, Yeoh, Curtis y Ke Huy Quan han sido de los momentos más bonitos de la gala, con discursos en los que ha habido mucha emoción, mucha ilusión por haber ganado y en el que se han acordado de sus familias, de su equipo, de las mujeres de cierta edad que tienen mucho que contar, y de los fans del cine de género que por fin ven una película fantástica y friki coronando la gran fiesta de Hollywood. Los Daniels también han tenido grandes momentos en sus múltiples apariciones en el escenario, recordando a sus profesores de la escuela pública, dando importantes mensajes sobre no socavar la creatividad y afirmando rotundamente que una drag queen no ha supuesto jamás un peligro para nadie.
Ha sido una noche espectacular para un estudio tan pequeño como A24, que ha visto recompensada su valentía apostando por otro tipo de historias. No solo han arrasado con 'Todo a la vez en todas partes' sino que han logrado premio en todas las categorías interpretativas gracias al Oscar de un Brendan Fraser afectadísimo. Ellos y Netflix (cuatro Oscars de 'Sin novedad en el frente' y uno de 'Pinocho de Guillermo del Toro') han sido las absolutas estrellas de la noche.
Aunque la gala no va a ser recordada dentro de unos años, sí ha sido una mejora respecto a los años anteriores. Jimmy Kimmel ha vuelto a ejercer de un maestro de ceremonias solvente, carismático y especialmente ácido. En su monólogo inicial ya ha dejado claro que no iba a ignorar el tortazo de Will Smith, y por desgracia ha caído en el exceso cuando ha hecho bromas al respecto en unas cuantas apariciones. Habría sido una tontería ignorar que ocurrió, tampoco hacía falta convertir un momento bochornoso en un fantasma sobrevolando constantemente el escenario. Pero Kimmel supo hacer chistes mordaces que por momentos esto parecía los Globos de Oro.
De la fiesta de Tollywood al unplugged de Lady Gaga
Los productores del evento hicieron un gran trabajo con una puesta en escena que recordaba a un cine, "para celebrar las películas como hay que verlas", como dijo el presentador al inicio. También crearon actuaciones musicales llamativas, destacando la absoluta fiesta que fue 'Naatu Naatu' de 'RRR' (Tollywood debería ser invitado más veces a los Oscar) y la fantástica actuación casi improvisada de Lady Gaga interpretando 'Hold My Hand' de 'Top Gun: Maverick'. Estupenda salvada por parte de la organización convertir una confirmación de última hora en un momento casi unplugged, con la cantante dándolo absolutamente todo. Qué tablas hay que tener para conquistar una gala así probablemente sin haber ensayado una sola vez.
Jimmy Kimmel se libró de tener que utilizar el gabinete de crisis, y eso que Angela Bassett parecía estar dispuesta a pelearse después de perder el Oscar. Habría sido un premio importante, sobre todo con la carrera que tiene a sus espaldas. Pero Jamie Lee Curtis también es un icono y se merecía el Oscar no solo porque estaba a deber, también por el enorme papel de antagonista por el que ha resultado vencedora. Más allá de esto, la gala ha sido tranquila y se ha ganado poder cerrar con ese cartel que celebraba "una edición de Oscars sin percances". ¿Que quizás ha quedado una ceremonia normalita, tirando a olvidable? Sin duda. Pero al menos no se ha hecho muy pesada y no ha acabado acaparando las noticias por agresiones o errores garrafales. Es probable que tampoco haya atraído al público joven, pero sí ha sabido hacer una ceremonia con gusto y con mucho aire cinéfilo.
La organización volvió a dejar que el cine y las películas nominadas fueran protagonistas con buenas puestas en escena temáticas para cada categoría, como el vestuario o los montadores, con potentes montajes de cada candidata a mejor película y con guiños como la aparición de la burra Jenny de 'Almas en pena de Inisherin'. Ha sido un año con nominadas muy variadas, que ha abarcado todo tipo de historias, de relatos, de público. Quizás por eso las reacciones al triunfo de 'Todo a la vez en todas partes' son tan viscerales. No había, sin duda, una vencedora que hubiera sido unánime. Casi nunca lo hay. Pero esta gala deja la sensación de que 'Todo a la vez en todas partes' tiene razones de sobra para estar ahí, y tiene razones de sobra también para ser recordada dentro de mucho tiempo.