Un padre monta un Disneyland en su casa para cumplir el sueño de su hija, y se vuelve viral de lo adorable que es

En la ilustre lista de genios cinematográficos con la que cuenta nuestro país, podríamos incluir a Disney... siempre que la leyenda fuera cierta y, efectivamente, Walt naciera en España, más específicamente en Mojácar, con el nombre de, atención, José Guirao Zamora. ¿Y quién fue el primero en enterarse de este giro inesperado de los acontecimientos? Nada más y nada menos que Dalí, que descubrió estos supuestos orígenes españoles en un encuentro entre los genios durante los años 50.

Por su parte, los vecinos de la localidad aseguran que se han llevado a cabo numerosas búsquedas de los certificados de nacimiento de Disney y que la Iglesia ha colaborado en esta misión. Una conexión establecida con las prospecciones de terrenos que se hicieron en el sur de España con el fin de ubicar el parque, y que finalmente se transformaría en Disneyland París, termina de dar alas a una de las teorías más apasionantes creadas alrededor del genio de Chicago. ¿O era de Almería?

Vamos con un tema, bueno, complicado. Si queremos tirar de provocación automática y grandilocuente, seremos breves: Disney era nazi. Las razones por las que muchos defienden esta afirmación se basan, básicamente, en las dos reuniones celebradas entre Walt y Mussolini en la década de los 30, y el apoyo que el estudio brindó a Leni Riefenstahl, la documentalista oficial de la ideología nazi, cuando ella visitó los Estados Unidos.

Sin embargo, esta teoría se viene abajo cuando observamos una vez más el cortometraje 'Der Fuehrer's Face', una crítica nada sutil al movimiento liderado por Hitler y protagonizado por un maravilloso pato Donald. Además, por si esto no fuera suficiente, Disney mostró su apoyo a la postura tomada por su país de origen en la Segunda Guerra Mundial. Demasiadas evidencias para tumbar una leyenda tan atrevida como terrible.

Tras su ¿muerte? en 1966, ya volveremos a este tema más adelante, se comenzó a expandir la leyenda de que Walt, un genio tan privilegiado en el apartado creativo como en el sector de los negocios, había dejado como testamento para los ejecutivos del estudio un vídeo privado en el que explicaba las previsiones y las líneas de acción que debían seguir durante los siguientes años, especialmente hasta la mitad de los 70. Sin embargo, otras versiones de la historia aseguran que no se quedó tan corto de visión empresarial y lanzó una serie de órdenes para que sus profesionales supieran enfrentarse al mercado del VHS con plena garantía de éxito. Total nada. Menudo era.

Mitos hay de todo tipo, incluidos los absurdos. Y en este terreno tan poco agradecido se encuentra aquel que asegura que Walt Disney no sabía dibujar. De ser cierto, no tenemos muy claro si debemos poner el grito en el cielo y decepcionarnos o valorar aún más el mérito que tiene haber creado el estudio de animación más importante de la historia del cine sin saber usar un lápiz y un papel salvo para escribir. Por supuesto, se trata de una de las leyendas más estúpidas de todas, ya que Disney, efectivamente, sabía dibujar a las mil maravillas.

La cuestión es que la humildad era una de sus (supuestas) virtudes y por eso prefería que los artistas que trabajaban para él se encargaran de llevar el peso real de las distintas películas que se creaban bajo su marca. La razón, sencilla, era que consideraba que tenían más talento. No le faltaba razón.

El clásico de todos los mitos sobre Disney. La pregunta está clara: ¿está congelado Walt? ¿Está esperando el momento para aparecer y dejarnos a todos con la boca abierta? Nos tememos que no, pero es evidente que estamos ante una de las leyendas más universales de la historia del cine. Según afirman los defensores de esta teoría, una enfermedad incurable fue lo que provocó que Disney fuera congelado a la espera de que la ciencia encontrara un remedio para poder salvar su vida.

Una locura que se amplía, de manera maravillosa, con el añadido de aquellos que aseguran que una de las posibles ubicaciones del cuerpo sería bajo los cimientos de la atracción de Piratas del Caribe que se encuentra en el primer parque Disneyland. Un error, Walt, en esta situación la compañía más idónea era la de Elsa, no la de Sparrow.

El perfeccionismo de Disney a la hora de afrontar cada una de las películas del estudio está fuera de la categoría de los mitos, entrando directamente al apartado de certezas evidentes. Salvo para los artistas que trabajaban en sus oficinas. Y es que, en un ejercicio de valentía tan cercano a la confianza como al suicidio, decidieron poner a prueba la visión de su jefe a la hora de detectar anomalías casi imperceptibles en el resultado de sus obras e incluyeron el fotograma de una chica desnuda dentro de una animación. Hay que destacar que, por entonces, el estudio trabajaba con un sistema de 24 fotogramas por segundo, por lo que las posibilidades de que detectar el truco eran más que pequeñas. Salvo para Walt. Pese a mantener silencio durante todo el visionado, cuando terminó la película, Disney hizo solamente una pregunta: ¿Quién ha tenido la idea de incluir a una chica desnuda? Según continúa la leyenda, pudieron ocurrir dos cosas:

1) Risa general. Comentario fanfarrón de Disney asegurando que si la mujer hubiera estado vestida no se habría dado cuenta.

2) Los artistas confesaron que la habían incluido para comprobar si se daría cuenta. Respuesta de Disney: Sí, me he dado cuenta. Estáis todos despedidos.

Cada persona, en TODO el mundo, tiene un personaje Disney favorito, pero menos debate existe a la hora de señalar al referente más evidente. Disney es Mickey Mouse. Mickey Mouse es Disney. El ratón más famoso de la historia de cine, auténtico punto de inflexión en el género de la animación, supone uno de los legados más importantes de la carrera de Walt, quien confesó que la idea del personaje se le ocurrió en un viaje en tren camino a Hollywood. En el trayecto, comenzó a recordar a un ratón que estaba omnipresente en su oficina ubicada en Kansas y que se convirtió en una especie de amigo para él. Una tierna historia que funcionaría mucho mejor si el hijo del compañero de Walt, Ub Iwerks, no hubiera asegurado hace unos años que, realmente, su padre fue el artista que ideó a Mickey.

Al parecer, aquel viaje a la meca del cine fue real y cuando Disney llegó a la oficina que compartía con Iwerks padre en la ciudad le mostró el boceto que había dibujado como punto de partida para comenzar a crear la versión definitiva de Mickey Mouse. Sin embargo, Iwerks no terminó de verlo demasiado claro, así que agarró el lápiz y le colocó al famoso ratón las orejas y los ojos que conocemos hoy en día. Más que un logro individual por parte de Disney, un memorable trabajo en conjunto. Si nos ponemos en plan benevolente, claro.