Tras ser presentada en esta última edición del Festival de Sitges, este fin de semana llega a nuestras salas 'Pandorum', el nuevo largometraje de Christian Alvart, responsable de filmes tan dispares en calidad como 'Expediente 39' y Antikorper'.
Por su parte, 'Pandorum' oscila precisamente entre estas dos caras del cineasta germano, ofreciéndonos una primera mitad más que reivindicable y un desarrollo y desenlace tan asépticos como predecibles. Así pues, 'Pandorum' se inicia con no pocas expectativas, gracias en buena medida tanto a la desinformación del espectador como a la preciosista puesta en escena de un film que rescata abiertamente la estética de los pasadizos y corredores inferiores del Nostromo y similares, eludiendo los decorados hi-tech en beneficio de una estética industrial en clave retrofuturista.
Con ello, durante los primeros compases de 'Pandorum' la ambientación se apropia casi de manera exclusiva de la atención de un espectador que recorre junto al personaje interpretado por Ben Foster los revovecos de una nave desconocida sobre el papel, pero consabida por nuestra memoria colectiva, déjà vu que, por desgracia, se reitera paso a paso a lo largo del metraje. Y es que el film de Christian Alvart parece divagar de manera constante entre dos aguas, como si, una vez definida la estética, no supiera en qué dirección encauzar una historia que bebe en demasía de los clásicos del género -en especial del film de Ridley Scott y la secuela de Cameron- sin intención alguna de innovar o revitalizar dicho subgénero, cosa que sí ha logrado, sin ir más lejos, 'Moon'.
Tampoco ayuda en demasía el hecho de que el film cambie radicalmente de tercio a mitad de metraje, pasando del' terror espacial' a la 'acción futurista', o lo que es lo mismo, de las devocionales premisas marcadas por su director a la particular estilísitica de su productor, Paul W. S. Anderson (director, entre otras, de 'Resident Evil' y 'Alien vs Predator'), gestando con ello una mescolanza de géneros cada vez más desconcertante e impersonal que conduce al espectador irremediablemente a la apatía.
A pesar de ello, 'Pandorum' resulta ser un film medianamente disfrutable si uno opta por obviar sus carencias e inverosimilitudes tanto estructurales como genéricas, en un producto que oscila entre el revival y el entertainment sin llegar a decantarse por ninguno de los dos.
