Los papeles clave de Juliette Binoche

Aunque Téchiné se fijase en Juliette Binoche, lo cierto es que la actriz no fue la primera opción del realizador. Tras la baja de Sandrine Bonnaire por conflictos de agenda, la Binoche entró en un proyecto en el que también estaban unos jóvenes Lambert Wilson y Wadeck Stanczak. En la cinta, la Binoche interpretó a Nina, una joven estudiante de Toulouse que llega a París con intención de convertirse en una reconocida actriz de teatro. Allí conocerá a Paulot y a Quentin, con los que tendrán una peligrosa relación.

Con guion de Olivier Assayas, Téchiné se alzó con el premio a la mejor dirección en el Festival de Cannes y logró poner a la Binoche en el foco de atención, al ser nominada, por primera vez, al premio César a la mejor actriz y a alzarse con el premio Romy Schneider a la mejor actriz relevación, la estrella empezaba a nacer.

Tras participar en películas como 'Le meilleur de la vie', 'La vie de famille' o el fiasco 'Mon beau-frère a tué ma soeur', la actriz se encontró con Léos Carax. Llamado el heredero de Godard, Binoche protagonizó el segundo largometraje del realizador, en la que también participaron Denis Lavant, Michel Piccoli, Hans Meyer y una debutante Julie Delpy. La cinta logró el premio Alfred Bauer en el Festival de Berlín y una nueva nominación más al César para Juliette Binoche.

En un futuro cercano en París, una misteriosa y nueva enfermedad está matando a todos los jóvenes que tiene sexo sin implicarse emocionalmente. Marc y Hans son dos ladrones que deben mucho dinero a una mujer apodada "la Americana". Esta peligrosa fémina les da un ultimátum: Tienen dos semanas para saldar su deuda. Por ello, deciden robar en un laboratorio que está creando el antídoto de la enfermedad y, así, venderlo para pagar lo que deben. Para poder recuperar el dinero, reclutarán a un joven, Alex, que pese a tener una novia nueva, Lise, se enamorará de Anna, la joven amante de Marc.

Un año después del éxito de 'Mala sangre' llegó la primera llamada de Hollywood, fue un inicio por la puerta grande. Dirigida por Philip Kaufman, que un año antes había deslumbrado con 'Elegidos para la gloria', 'La insoportable levedad del ser' está basada en la novela homónima de Milan Kundera. En esta película, Binoche interpreta a Teresa, una joven camarera insatisfecha que necesita expandirse intelectualmente. Es por esto, que iniciará un apasionada relación con Tomás (Daniel Day-Lewis), un cirujano checo que tiene una tormentosa relación con Sabina (Lena Olin), que también se sentirá atraída por Teresa.

Pese a ser una producción estadounidense, lo cierto es que el reparto principal era eminentemente europeo. Cierto es que no logró el mismo éxito de taquilla que 'Elegidos para la gloria' pero fue aclamada por la crítica, que la consideran uno de los mejores trabajos de Kaufman y que serviría para presentar al mundo a una joven con cierto aire melancólico y que desprende un aura a tragedia.

Tras protagonizar 'Rotonda' con un jovencísimo François Cluzet y de triunfar en el teatro con 'La gaviota', el clásico de Antón Chéjov que dirigió en ese momento el ruso Andréi Konchalosvki en el Théâtre de l'Odéon en París, Binoche vuelve a ponerse bajo las órdenes de Léos Carax con su tercera película, 'Los amantes del Pont-Neuf', una película que costó tres años levantarla por problemas burocráticos con el gobierno francés. Ganadora de tres premios de la Academia de Cine Europeo, entre ellos uno para Juliette Binoche, y nominada a dos premios César y un BAFTA, la película narra el amor de dos vagabundos: Alex y Michelle. Él es un artista circense fracasado y alcohólico y ella una pintora que ha sufrido por amor y que se está quedando ciega.

Película de amores extremos y una dependencia emocional enorme. Carax realizó su mejor largometraje y que lo confirmó como heredero de Godard y para Juliette Binoche fue el personaje que marcó toda una década de trabajo, al estar estrechamente relacionada con personajes extremos, trágicos y con cierta aura de melancolía.

Durante el rodaje de 'Los amantes del Pont-Neuf', Binoche tuvo que rechazar participar en obras maestras como 'La doble vida de Verónica', 'Cyrano de Bergerac' y 'Día y noche'. Estuvo a punto de trabajar con Elia Kazan, pero el finalmente el proyecto se abandonó. Fue cuando Binoche decidió probar suerte fuera de Francia. Su primera película fue la británica 'Cumbres borrascosas', al lado de Ralph Fiennes y basada en el clásico de Emily Brontë. El filme fue un fiasco de crítica y taquilla.

Fue con 'Herida', el penúltimo filme dirigido por el aplaudido Louis Malle, con el que la actriz empezaría a triunfar en el extranjero, pese a ser una coproducción entre Reino Unido y Francia. En la cinta, Binoche fue Anna, la joven misteriosa prometida de Martyn (Rupert Graves) que iniciará una apasionada aventura con Stephen (Jeremy Irons), el padre de su novio. Una relación que desembocará en una trágica obsesión en la que el erotismo y el sexo llevarán a la perdición de sus protagonistas.

Binoche fue nominada al César por su papel y Miranda Richardson, que interpreta a la esposa del marido infiel, logró el BAFTA a la mejor actriz de reparto y una nominación al Oscar.

Con la carrera enfocada en Hollywood, Binoche se atrevió a hacer algo que, desde la distancia, se ve como acertado pero que, en su momento, pareció una sentencia. La actriz dijo no a Steven Spielberg, que le ofreció el papel de Laura Dern en 'Parque Jurásico' y el Embeth Davidtz en 'La lista de Schindler'. Binoche tenía un motivo de peso para rechazar esa jugosa oferta: Iba a protagonizar la primera entrega de los 'Tres colores' del polaco Krzysztof Kieslowski.

Su homenaje a los colores y lema de la bandera francesa como ideales para toda Europa se iniciaron con 'Azul', en la que Binoche interpreta a Julie, una mujer que, en un accidente de tráfico, pierde a su marido y su hija. A punto de suicidarse, Julie se ve obligada a empezar su vida desde cero. Este particular retrato de la libertad hizo que Kieslowski ganase el León de Oro en el Festival de Venecia y Binoche se hiciese con la Copa Volpi a la mejor actriz y lograse, por fin, el César, además de ser nominada al Globo de Oro. Junto con 'Los amantes del Pont-Neuf', es la mejor película protagonizada por la actriz, que tuvo un cameo en 'Blanco' y 'Rojo', los otros filmes de esta aclamada trilogía.

Tras no poder participar en 'Cyrano de Bergerac', Jean-Paul Rappeneau le ofreció el papel protagonista de 'El husar en el tejado'. Tras dos años sabáticos, Binoche volvía por la puerta grande con una película de época, la más cara producida hasta ese momento en Francia. Basada en la novela homónima de Jean Giono, Binoche es Pauline de Théus, una bella mujer que busca a alguien con el que desposarse en plena epidemia de cólera en 1832. La dama conoce a Angelo Pardi (Olivier Martinez) un apuesto joven oficial italiano, por el que sentirá un amor apasionado.

Este drama de época fue un éxito de taquilla e hizo que la actriz fuese nominada, de nuevo, al César a la mejor actriz. Un personaje de época que marcaría una temporada en la que sólo protagonizaría filmes históricos con heroínas fuertes, valerosas pero trágicas y melancólicas pese a protagonizar un año después 'Romance en Nueva York', dirigido por Chantal Akerman, su primera comedia en una década.

Y llegó el Oscar. Convertida en una celebridad en Francia y en una de las actrices europeas del momento, Hollywood le abrió las puertas con 'El paciente inglés', dirigida por Anthony Minghella y basada en la novela de Michael Ondaatje y en la que se reencontraba con Ralph Fiennes tras el fracaso de 'Cumbres borrascosas'. En la cinta, Binoche interpreta a Hana, una enfermera franco-canadiense que cuida al herido sin nombre, aquel que es llamado "el paciente inglés" (Fiennes) que, en realidad, es un conde húngaro que mantuvo un romance con una mujer casada (Kristin Scott Thomas).

Fue el gran impulso para Binoche, que logró el BAFTA a la mejor actriz de reparto y sorprendió a todo el mundo logrando el Oscar. De hecho, ella mismo se sorprendió puesto que, como indicó en su discurso de agradecimiento, todo parecía indicar que la estatuilla iba a ser para Lauren Bacall, que había ganado el Globo de Oro y el SAG por 'El amor tiene dos caras'.

Con el Oscar bajo sus brazos, dos años después la actriz protagonizaría 'Alice y Martin' con la que se reencontraría con André Téchiné, con el que trabajó en 'Rendez-vous'. En ella, la actriz interpreta a Alice, una mujer que empieza a tener una relación sentimental con Martin, el amigo de su hermano y que sólo tiene 20 años. Todo parece ir bien salvo por la actitud evasiva de Martin, que no habla de su pasado. Cuando Alice se queda embarazada, los fantasmas del pasado atormentarán con más fuerza la pobre mente de Martin.

Personajes extremos, relaciones complicadas, amores difíciles, el regreso de Juliette Binoche fue aplaudido por la crítica, que vieron que no había optado por personajes más fáciles y que la llamada de Hollywood no había impedido que continuase con papeles de prestigio en Francia.

Tras convertirse en la célebre escritora George Sand en 'Confesiones íntimas de una mujer', en la que conoció a uno de sus amores de su vida, Benoît Magimel, Binoche se puso bajo las órdenes de Patrice Leconte con 'La viuda de Saint-Pierre' en la que dio vida a Madame La, una mujer que intenta salvar de la guillotina a un condenado a muerte (Emir Kusturica) después de que llegase a la isla y se convirtiese en un hombre nuevo que ayuda a la comunidad.

Película que habla sobre la absurdez de la pena de muerte, el filme fue alabado y la interpretación de Juliette Binoche recompensada con otra nominación al César a la mejor actriz.

Su primera colaboración con el austríaco Michael Haneke. Candidata a la Palma de Oro en el Festival de Cannes, Binoche se convierte en Anne, una actriz que trabaja en París y cuyo novio, Georges, está en el extranjero trabajando como fotógrafo de guerra. Se trata de un filme de historias entrelazadas en las que están también Jean, el hermano de Georges y que no quiere ocuparse de la granja familiar; Maria, una mujer rumana que malvive en las calles de París y Amadou, profesor de música e hijo de un taxista africano.

Película con la que Binoche rompía con una era en la que sólo protagonizaba cine de época. Una entrada al nuevo milenio por la puerta grande, que le depararía más sorpresas agradables.

El 2000 terminó con Juliette Binoche con otro papel mítico en Hollywood. Bajo la dirección de Lasse Hallström se convirtió en la bella Vianne, una mujer que llega con su hija Anouk a un pequeño pueblo francés en el que las costumbres están muy arraigadas y nada ha cambiado. La mujer montará una chocolatería con la que conquistará el corazón de los habitantes del pueblo.

'Chocolat' fue nominada a cinco premios Oscar, entre ellos el de mejor actriz para Binoche, su segunda nominación. Binoche, además, se alzaría con el premio a la mejor actriz en los Premios de Cine Europeo.

Tras protagonizar películas como 'Jet Lag', 'In My Country', 'Mary' y 'La huella del silencio', Juliette Binoche se pondría, de nuevo, bajo las órdenes de Michael Haneke con 'Caché', en la que interpretó a Anne, editora de libros y esposa de Georges Laurent (Daniel Auteuil), que presenta con éxito un programa de televisión sobre literatura. Su tranquila vida burguesa se verá trastocada cuando les empiecen a llegar videocassettes con imágenes de ellos saliendo del portal de su casa, alguien les espía y no saben los motivos.

La cinta se alzó con el premio a la mejor dirección, el FIPRESCI y el premio del jurado Ecuménico en el Festival de Cannes y confirmó a Binoche como una de las actrices fetiche del realizador austríaco junto con la célebre Isabelle Huppert.

Tras filmes fallidos como 'Algunos días en septiembre' o 'Breaking and Entering', la actriz volvió a brillar con 'Paris, je t'aime' y con 'El vuelo del globo rojo', la primera incursión del taiwanés Hou Hsiao-Hsien en el cine internacional. En la cinta, Binoche interpreta a Suzanne, una madre separada que se gana la vida narrando espectáculos de marionetas en París. Debido a su trabajo, contrata a Song Fang, una estudiante taiwanesa, para cuidar a su hijo pequeño Simon.

Cinta con la que Binoche volvió a deslumbrar y a mostrar su delicadeza para los dramas sociales. La cinta logró alzarse con el premio FIPRESCI de la Seminci de Valladolid.

Tras participar en 'Como la vida misma', una comedia en la que estaba también Steve Carell, y de participar en la cinta iraní 'Shirin' de Abbas Kiarostami, Juliette Binoche protagonizó 'Las horas del verano', dirigida por Olivier Assayas, con el que había trabajado en 'Rendez-vous' y 'Alice y Martin' puesto que él era el guionista. En la cinta, interpreta a Adrienne, una diseñadora de moda de éxito que vive en Nueva York y que regresa a su Francia natal para negociar la herencia de su madre, que murió repentinamente. Será en ese momento cuando deba resolver asuntos familiares pendientes.

Bajo las órdenes de Assayas, Binoche volvió a deslumbrar con un drama familiar intenso y complejo, rico en personajes que hizo de la cinta una de los mejores trabajos del realizador.

La actriz trabajó con Cédric Klapisch en un filme que servía de homenaje a la capital francesa. Película de historias cruzadas, Juliette Binoche se metió en la piel de Élise, trabajadora social y madre de tres hijos. Pese que su oficina está a punto de lograr un acuerdo con el sindicato, en el que su presencia es primordial, Élise opta reducir su jornada al enterarse de que su hermano, Pierre (Romain Duris), bailarín, sufre una afección cardíaca cuya única solución es encontrar un donante de corazón, por ello, decide cuidarle.

Binoche volvió a trabajar con el iraní Abbas Kiarostami con 'Copia certificada', con la que la actriz dio vida a una galerista de arte que conoce a un escritor inglés (William Shimell) que viaja a la Toscana para dar una conferencia. Uno de los filmes más alabados del cineasta, su penúltimo largometraje antes de fallecer en julio del 2016.

Una película con la que Binoche ganó la Palma de Plata de Cannes, convirtiéndose en la primera actriz europea en hacerse con la "Triple Corona" (en 1993 ganó la Copa Volpi de Venecia con 'Tres colores: Azul' y en 1996 logró el Oso de Plata en la Berlinale con 'El paciente inglés').

Tras participar en películas de David Cronenberg, Malgorzata Szumowska, Fred Schepisi y Erik Poppe, la actriz sumó su último desafío interpretativo, el de meterse en la piel de la escultora Camille Claudel en el filme que dirigió Bruno Dumont sobre su vida. La célebre artista fue internada en un instituto psiquiátrico por su familia pese a no padecer una enfermedad mental. Allí espera la visita de su hermano Paul.

Haciendo gala de realidad, Dumont quiso ser lo más fehaciente posible a la historia, rodando el filme en una institución psiquiátrica real, con personas con problemas mentales como figurantes. Un personaje extremo para Juliette Binoche, que demostró su talento para personajes complicados.

Olivier Assayas, habitual ya en la carrera de Binoche, creó que este juego de espejos en el que la actriz goza con un papel escrito expresamente para ella. Maria Enders es una de las actrices más célebres de Europa, su carrera empezó hace ya 20 años cuando en el teatro deslumbró en 'La serpiente de nubes de Maloja', en la que dio vida a Sigrid, una jovencita que enamoró a la madura Helena y que provocó que ésta se suicidase. Ahora, dos décadas después, le ofrecen interpretar el papel de Helena, provocando que la intérprete se empiece a cuestionar su propia vida.

Aunque Kristen Stewart fue la que se llevó la mayor parte de los premios, fue, una vez más, Binoche quien deslumbró en este duelo de actrices con el que ella se muestra frente al espejo y saca el lado más incómodo de su nombre. Magnífica.

Después de protagonizar 'Nadie quiere la noche' de Isabel Coixet, su última gran actuación vino de la mano de Bruno Dumont, quien la dirigió en 'Camille Claudel, 1915'. Puesta como personaje secundario, Binoche es Aude van Peteghem, la hermana loca de André (Fabrice Luchini), un aristócrata que se instala en la costa del norte con su esposa Isabelle (Valeria Bruni Tedeschi). Sin embargo, en la zona empiezan a desaparecer varios turistas.

Película extrema en la que Binoche hizo gala de su humor más destroyer y se alejó de la imagen de mujer melancólica para mostrar su cara más divertidas y loca.