Con recargadas energías da comienzo la cuarta jornada del 52 Festival Internacional de Cine de Gijón, en otro lluvioso aunque agradable día que invita a acudir a los cines. En esta ocasión han sido proyectadas dos películas que compiten en la Selección Oficial, además de la presentación de la última cinta del Premio Honorífico de esta edición: Terry Gilliam.
La primera de las candidatas ha sido 'Mil noches, una boda (Party Girl)', de la directora Claire Burger, con una historia que nos cuenta la vida de Angélique, una señora de 60 años retirada del cabaret en el que ha trabajado toda su vida, con una actitud siempre alegre, fiestera y social con sus muchas amigas. Esto cambiará cuando un día decida casarse con un cliente y amigo suyo que le propone cambiar de vida, a lo que ella acepta y se convierte en una ama de casa. Su duda es saber que tipo de vida es en la que encaja de verdad.
La cinta muestra una historia real en su tratamiento, por momentos casi documental, con actrices amateurs que se interpretan a si mismas en su mayoría, y mostrando una historia intimista y cercana. El metraje es sobrio, sin foliaturas, en ocasiones dado a la improvisación y con algunas escenas que quieren decir más con la cháchara de sus personajes que con lo que cuenta su imagen. Toca también temas como la soledad entre la vida pasada y futura, en ese limbo en el que ni se ha abandonado completamente lo que se fue, ni se está al cien por cien en lo que se es, siendo interesante esa tesitura aunque por momentos la historia se encuentre estancada y con dificultad de arrancar.
La segunda ha sido 'Life Feels Good', una historia real que cuenta de Mateusz, un chico con parálisis cerebral, y aún con una vida que ha estado llena de limitaciones, afronta su exitencia de la mejor manera que sabe. Un repaso por todos los acontecimientos que le han marcado hasta el punto de intentar demostrar ante el jurado de la institución mental en la que se encuentra, que es mucho más que, como alguna vez le han llamado, "un vegetal".
El trabajo físico y de mimetización con el personaje del protagonista es de aplaudir, ya que consigue una inmersión tal, que por momentos creemos estar viendo realmente a la persona y no al personaje, gracias al gran abanico y soltura de movimiento del actor principal. La historia de por si cuenta un poco lo de siempre, con su punto de superación, descubrimiento y asimilación de una vida dura, pero lo hace desde el punto de vista poco usual como es el de personas con este tipo de problemas. Con escenas realmente potentes, la cinta en ocasión peca de falta de ritmo, pero cuando logra ponerse en situación resulta ser un viaje bastante satisfactorio.
'The Zero Theorem' (por Sara Menéndez)
En la sesión vespertina llegó uno de los momentos más esperados por el público del festival, la presentación de la última película de Terry Gilliam: 'The Zero Theorem'. Enmarcada dentro de la sección Géneros Mutantes, la cinta fue presentada por el propio director, que apareció en la sala con un paraguas abierto y bromeando con el tiempo lluvioso que en las tierras asturianas, como las inglesas, acompaña a estos días de cine.
'The Zero Theorem' nos lleva a la historia de Qohen Leth, un programador informático que trabaja para una multinacional que le encarga encontrar la solución al Teorema Zero, que daría la solución al sentido de la vida (citando, con ello, a una clásica película de los Monty Python). Se trata de una cinta aparentemente enmarcada en el género de la ciencia ficción, sin embargo, el director aprovechó la ocasión para aclarar que se trata de una caricatura más que de ficción, como si de la tira cómica del periódico se tratara. Pero no es humor lo que encontramos en esta película, pese a lo divertida que pueda resultar (en palabras de Gilliam). Tenemos como protagonista a un, como siempre genial, Christoph Waltz, y también acompaña en el reparto Matt Damon, ofreciendo una reflexión post-película sobre la tecnología y nuestras propias vidas, que nos podría dar para unos días.
Y con Terry Gilliam y su Teorema Zero damos por terminada una jornada muy interesante, con una gran diversidad de géneros, y nos preparamos para el quinto de estos nueve días cinéfilos.