Lo más normal es que, para lograr el papel protagonista en una de las secuelas más esperadas de los últimos tiempos, el proceso sea largo y tedioso, cargado de pruebas y de fases en las que ir superando a otros rivales por la gloria, como si de una lucha de gladiadores se tratase. Pero precisamente con 'Gladiator II' las cosas fueron muy diferentes, según ha desvelado Paul Mescal en una entrevista para 'The Graham Norton Show'.
El actor irlandés ha desgranado en el programa su proceso de selección para sustituir en el rol principal a Russell Crowe. Tampoco ha tardado mucho en contarlo, pues todo consistió en una llamada por Zoom con Ridley Scott de 30 minutos. Y ya. De hecho, ni siquiera estuvieron la media hora hablando del personaje de Lucio ni de la película en general.
"Pensé que habría audiciones, tests delante de la cámara, pero tuvimos una conversación por Zoom de media hora, hablamos 10 minutos del papel y luego los otros 20 de fútbol gaélico, su perro y su mujer. Pensé que habría sido una primera toma de contacto y que habría más, pero me llamó unas pocas semanas después ofreciéndome el papel".
Así de simple y directo, sin siquiera una audición previa. Parece que Scott tenía muy claro que Mescal era su Lucio. "Creo que él funciona siguiendo su instinto, tanto en el set como fuera de él. No pierde el tiempo", comenta el actor de 'Aftersun' y 'Normal People'.
Y tanto que no lo pierde
Primero, por su ritmo a la hora de hacer películas, con cuatro en los últimos cuatro años. Y segundo, por su forma de tratar los contratiempos que pudieran obstaculizar su ritmo. En una entrevista con Total Film, Paul Mescal recordó lo mal que lo pasó el primer día de rodaje, y la forma en la que Ridley Scott le 'tranquilizó' para que se centrara.
"Creo que el primer día, cuando salí y había entre un par de cientos y mil asistentes de producción (junto a otros artistas y extras), con fuegos encendidos y las paredes de Marruecos, pensé: 'Oh, esto es jodidamente grande'.... pero lo primero que dijo [Ridley] antes de rodar fue: 'Tus nervios no me sirven de nada'. Es lo que Ridley dijo en pocas palabras, pero es lo más perfecto que puedes decir, porque es muy liberador. Tiene toda la razón".
