El director Pedro Almodóvar acompañado de su hermano, el productor Agustín Almodóvar, quiso sumarse en la tarde-noche de ayer al movimiento 15-M, al acudir a la madrileña plaza de Sol para "solidarizarse y a hacer bulto" en los actos de protesta ciudadana celebrados este fin de semana en toda España. Los Almodóvar fueron vistos en una de las asambleas, donde escucharon y aplaudieron lo dicho por algunos de los intervinientes, además de firmar uno de los manifiestos de protesta.
En declaraciones al diario ELMUNDO el cineasta, afirmó "yo simpatizo con ellos, me siento muy cercano. Esto le viene muy bien a la izquierda. Algo se mueve en la mejor dirección, aunque no se sepa cuál es, porque ellos ni son políticos ni tienen capacidad de hacer leyes". Almodóvar valoró que se trate de "un movimiento anónimo, al que no le interesan las celebridades, y no instrumentalizado por nadie" y añadió sentirse "muy identificado con estos chavales y pueden contar conmigo".
Airadas críticas
El acto reivindicativo del manchego ha vuelto a levantar polémica debido a las airadas críticas recibidas especialmente desde sectores conservadores, que desde el ya célebre "no a la Guerra" y la polémica campaña de apoyo a José Luis Rodríguez Zapatero en 2008, se la tienen jurada a buena parte de la plana mayor del cine y la cultura de este país, que se muestra abiertamente más cercana ideológicamente a la izquierda política.
Así, mientras algunos valoran en las redes sociales el detalle reivindicativo del director, también pueden leerse en los comentarios de las noticias de los diarios digitales que recogen la visita de Almodóvar a Sol, cosas como las siguientes: "se ve que Almodóvar también está indignado desde que no recibe tantas subvenciones", "es un demagogo y un caradura, a la otra no vino porque todavia gobernaba ZP", "eso es ser consecuente con sus ideas, la izquierda caviar y Don Perignon", o "tengo el alto honor de poder decir que jamás he visto una película entera de este abominable".
De nuevo se pone sobre la mesa lo difícil que resulta muchas veces separar la labor profesional o artística de los autores o cineastas, de su ideología o su tendencia política. Sin entrar en debates estériles, lo que está claro es que este tipo de controversias no beneficia en nada a la competitividad del cine español que sufre, por parte de ciertos sectores, críticas y desprecios relacionados, no ya con la calidad de las películas, sino con lo que representan ideológicamente sus creadores.