Hay títulos con los que uno simplemente llega tarde. No ha sido hasta hace poco que he conseguido ponerme al día con parte de la excéntrica filmografía de Tim Burton: 'Bitelchus', 'Sleepy Hollow', 'Mars Attacks!', 'Batman' o la increíble 'Ed Wood', por ejemplo, son películas que jamás había visto hasta ahora.
He entrado en la fiesta cuando las luces del garito ya se han encendido y la música ha dejado de sonar. Aun así, no puedo evitar acudir a uno de los debates más calientes que giran en torno al cineasta californiano. ¿Burton no ha hecho ninguna buena película en lo que llevamos de siglo XXI?
Estas son palabras mayores que determinados críticos llevan tiempo afirmando, aunque gracias a 'Bitelchús Bitelchús' el tema se ha relajado un poco. Sin embargo, considero que hay más de una película que demuestra que el cine moderno de este autor sigue estando a la altura de sus más exitosos trabajos.
La parada de los monstruos
'El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares', disponible en el catálogo de Netflix, me voló la cabeza. ¿Un refugio de chiquillos con anomalías que viven en un bucle temporal para detener el inminente estallido de una bomba nazi situada encima de su casa? Pregunta seria: ¿dónde hay que firmar?
La película presenta a Jacob (Asa Butterfield), un joven que viaja a una isla de Gales en busca de pistas que expliquen el misterioso fallecimiento de su abuelo Abe (Terence Stamp). Su pariente le confió en secreto que hace años residió en un hogar para niños allí, y el joven está dispuesto a averiguar si es cierto o no.
La sorpresa llega cuando descubre que dicho refugio fue bombardeado durante la Segunda Guerra Mundial y que, por ende, lleva décadas abandonado. Jacob, decepcionado, se niega a creer la realidad y continúa buscando información sobre el lugar.
Gracias a ello logra descifrar una entrada para viajar a otra dimensión, una en la que el edificio no fue destruido. Allí habitan los peculiares niños de Miss Peregrine (Eva Green): desde una niña levitando hasta un crío invisible. Estoy convencido de que a Burton le habría encantado tenerles como compañeros de colegio.
El caso es que una amenaza (Samuel L. Jackson) trata de echarles del bucle temporal para que la bomba nazi termine cayendo sobre el hogar de Miss Peregrine, por lo que Jacob y compañía deberán detenerle a él y a unos temibles monstruos que le acompañan en todo momento.
Una historia contada en fotografías
Ransom Riggs es la cabeza pensante detrás del universo de Miss Peregrine. Aficionado a la fotografía, Riggs ansiaba contar una historia mediante distintas instantáneas que fue recopilando con el paso de los años. Sin embargo, su narrativa llegó a tal nivel de ambición que terminó derivando en una novela.
En 2011 firmó el manuscrito, y una avispada 20th Century Fox llegaría a pagar un dineral por conseguir los derechos cinematográficos. Aunque Burton no se subió al barco en primera instancia, una vez se incorporó a la producción pidió a gritos que la cinta estuviese protagonizada por Asa Butterfield. Costó, pero lo consiguió.
Jane Goldman, guionista habitual de Matthew Vaughn ('Kingsman'), adaptaría la historia a la gran pantalla, quedando Ransom Riggs fuera del proyecto. Aun así, el novelista aprovechó el tirón de la película para escribir seis libros más.
En el tintero
El universo cinematográfico de Miss Peregrine prometía dar mucho sobre lo que hablar, especialmente asumiendo que su contraparte literaria está ahora compuesta por dos trilogías y una precuela. ¿Quién tenía miedo de los infinitos libros que componen 'Dune'?
Pese a ello, todavía no se sabe nada de una posible continuación que adapte 'La ciudad desolada', secuela directa de la primera parte. La película rindió en taquilla, pero no fue la gran cosa: costó 110 millones y recaudó cerca de 300. Son buenas cifras, pero se ha de tener en cuenta los elevadísimos costes publicitarios y promocionales, los cuales pueden incluso costar más que la propia producción.
La ecuación se vuelve mucho más compleja si tenemos en cuenta que Tim Burton no quiere volver a trabajar con Disney. Según reveló a Deadline, su experiencia en 'Dumbo' le dejó tan tocado que se prometió a sí mismo desvincularse por completo de la compañía:
"He sido contratado y despedido de Disney varias veces y por eso creo que mis días con ellos han terminado después de 'Dumbo'. Me di cuenta de que yo era Dumbo, de que estaba trabajando en un horrible circo del que necesitaba escapar".
La compra del ratón sobre 20th Century Fox, encargada de 'El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares', parece implicar de forma definitiva que no habrá una secuela. ¿Quizá en un futuro sea posible un reinicio? Quién sabe.
Un lugar al que siempre poder volver
No es sorpresa para nadie que la filmografía de Burton es por lo general muy autobiográfica. Al final del día, ¿qué autor no pone una pizca de su esencia en sus trabajos? La aventura de Jacob y Miss Peregrine es uno de aquellos casos en los que, al igual que en 'Eduardo Manostijeras', el director parece verse reflejado en su protagonista.
Aunque la película fue recibida positivamente en mayor medida, hay quien afirma que esta es otra de esas flojas películas del Burton del siglo XXI. Matt Goldberg afirmó en Collider, por ejemplo, que el cineasta "necesita que esta clase de mundo exista para su propia relevancia" y que la cinta "sólo funciona como un meta-comentario del director".
Claro está que las películas son precisamente eso: un cubículo en el que uno puede asomar la cabeza durante varias horas para alejarse de la realidad. El final de 'El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares' invita, sin embargo, a salir de la zona de confort y a abandonar el vicioso bucle de la rutina.
Ser extravagante por poder arder en llamas, levitar o levantar grandes pesos no debería ser motivo de exclusión. Burton quiere con esta película que abracemos el lado más peculiar de cada uno y que no tengamos miedo a la cotidianidad de la realidad misma. ¿Hay acaso otra mejor manera de vivir? No lo creo.
