A veces es cierto eso que se dice de que los artistas dejan partes de ellos mismos en sus obras. Les pasa mucho a los cantantes (solo hay que escuchar a Shakira), pero también a los guionistas y a los directores de cine. También es cierto que cuando ves una película no te paras a pensar en qué persona de su vida se habrá basado el guionista para crear a ese personaje, como pasa cuando escuchas una canción de amor y te preguntas a quién estará dirigida.
Puede tener sentido que en algunas películas los directores empleen alguno de sus traumas para escribir a sus personajes, pero hay historias en las que puede que eso no encaje, como es el caso de 'Charlie y la fábrica de chocolate'. Quién se iba a imaginar que una película sobre un niño que gana un ticket para visitar una fábrica de chocolate iba representar uno de los traumas infantiles de Tim Burton, director del filme.
El director y sus traumas
Tim Burton es conocido por hacer películas en las que representa a personajes marginados, "raros e inusuales", como dijo Winona Ryder en una ceremonia en honor al cineasta. Si se piensa en los personajes de sus películas, suelen ser bichos raros, incomprendidos y que se sienten solos, y es que el propio Burton ha reconocido que se sintió así en su infancia, por eso entiende y trata tan bien a este tipo de personajes, siendo este aspecto uno de los que más gusta a sus seguidores.
"Esos sentimientos cuando eres un niño, nunca te abandonan. Todos esos traumas, aunque los superes y los enfrentes, se quedan contigo. Todos esos sentimientos, no importa lo que te pase, no importa el éxito o la cantidad de relaciones, lo que sea, ese tipo de cosas son parte de tu ADN y permanecen dentro de ti para siempre. Para bien o para mal".
Una vez Burton dijo que para él el arte es una forma de terapia, una fantasía para resolver algo. Por eso elige resolverlo así, a través de sus películas. Tal y como menciona Iván Hachez en uno de sus vídeos de TikTok, el director habla en su libro 'Burton sobre Burton' sobre la mala relación que tenía con sus padres descubriendo que un día fue a visitar a casa a su madre, que estaba muy enferma, y se dio cuenta de que esta tenía todos los pósters de sus películas enmarcados, a pesar de que apenas se hablaban.
Esta enternecedora historia recuerda un poco a la escena de 'Charlie y la fábrica de chocolate' en la que Willy Wonka va a visitar a su padre, con el que tampoco tenía buena relación, y ve la casa llena de los periódicos en los que hablaban de él. Burton introdujo el personaje del padre en la historia, a pesar de que no aparece en el libro, para mostrar esa historia de reconciliación pare e hijo y reflejar esos problemas familiares que él tuvo y con los que seguro mucha gente se sintió representada. Sobre si le ayudó a cerrar viejas heridas no se sabe nada, pero quizá le sirvió un poco de terapia tratarlo en la película.
Un poco de chocolate
En 2005 se estrenó 'Charlie y la fábrica de chocolate', protagonizada por Johnny Depp y Freddie Highmore. Fue un éxito total, tanto en taquilla como en crítica. Y la verdad es que la película lo tiene todo: música y canciones pegadizas, graciosas y siempre cantadas en el momento perfecto y acompañadas por bailes maravillosos, una estética muy cuidada gracias a los decorados reales y unos personajes con un gran trasfondo. Además, logró conquistar a los que leyeron el libro de pequeños y a los fans de la primera película, 'Willy Wonka y la fábrica de chocolate', ya que era todo lo que se habían imaginado.
Todo esto hizo del filme algo más que una adaptación cinematográfica de un libro infantil y la convirtió en un producto audiovisual atractivo tanto para adultos como para niños. Una película que ha pasado a la historia del cine.