El estudio de animación británico Aardman se ha ganado nuestro corazón cinéfilo desde la tradición y esa manera prácticamente romántica de entender el arte de contar historias. Frente a despliegues digitales de primerísimo nivel, explotación del delirio visual con el punto de mira centrado en el gag constante y personajes diseñados por la ruta del camino más fácil, Aardman ha apostado por las historias bien contadas, la (falsa) apariencia de la sencillez, el recital de humor clásico capaz de despertar la carcajada de todo tipo de público. Incluyendo aquellos que nunca han comulgado con el género.
Es, al igual que ocurre con todas ellas, una sensación que cuesta definir con la 'simple' ayuda de las palabras. Sus películas transcurren siempre con la fluidez de un milagro de plastilina o, en una maravillosa excepción, con el eco fascinante de una Navidad reconstruida desde el vértigo y la emoción. Por eso, el cine de Aardman es diferente al que proponen el resto de estudios que juegan con sus mismas cartas. No es siempre mejor, pero nunca es peor. En definitiva, un valor seguro.
A continuación, proponemos un repaso por todas y cada una de las películas realizadas por el estudio, analizando sus múltiples virtudes y disfrutando de cada segundo de su recuerdo. Un maratón de Aardman es una inyección de cine en vena que no entiende de edad, que siempre deja el sabor del gran cine, que enamora a la vista y al corazón. Colección de joyas.
El estudio Aardman, de peor a mejor
'Chicken Run: Evasión en la granja'
En tiempos donde el género de la animación parecía obsesionado por el ejercicio técnico basado en la teoría del más difícil todavía, Aardman decidió apostar por la plastilina. Tan simple. Tan inesperado. Tan genial. Con 'Chicken Run: Evasión en la granja', el estudio ponía las cartas sobre la mesa confirmando, desde el primer momento, que le sobraban ases en la manga.
Todo funciona a las mil maravillas en esta historia trepidante repleta de humor sofisticado de corte clásico, capaz de arrancar carcajadas a público de todas las edades. La factura técnica, por si alguien tenía dudas, es de una inspiración total, dotando a cada uno de sus personajes, memorables todos, sin excepción, de una expresividad a prueba de prejuicios. Una demostración de talento apabullante de inicio a fin.
'Wallace y Gromit. La maldición de las verduras'
Wallace y Gromit son, primero, dos de los personajes más inolvidables, tiernos, divertidos y maravillosos que nos podemos encontrar dentro del género de la animación. Pero es que, además, representan el corazón de Aardman, su esencia más brutal y transparente, condensando en sus rostros y movimientos cada virtud del estudio. Por eso, el éxito artístico a todos los niveles de 'Wallace y Gromit. La maldición de las verduras' es el triunfo de todo un equipo de profesionales que, a lo largo de poco más de 85 minutos que pasan como el más corto de los suspiros, demostraron su inimitable capacidad para rimar tradición con genialidad.
Contando de antemano con la simpatía que el público ya había mostrado a sus dos protagonista, esta propuesta aclamada por la crítica, con toda justicia, terminó, además, consiguiendo un Oscar en la categoría de mejor película de animación en el año en el que todo parecía orientado a la victoria de Tim Burton y 'La novia cadáver'. Finalmente, la plastilina reinó. Y Aardman y todos aquellos que llevaban toda una vida disfrutando de Wallace y Gromit sonrieron.
'Ratónpolis'
'Ratónpolis', propuesta de ritmo endiablado, humor británico depurado al máximo y set pieces de acción trepidante dirigida por David Bowers y Sam Fell sigue siendo, a día de hoy, una de las grandes joyas desconocidas del cine de animación de la pasada década. Imposible acudir al bostezo a lo largo de 84 minutos de cine familiar casi perfecto, excelsa recopilación de grandes personajes y momentos memorables. El tiempo, además, parece no haber pasado por ella. 'Ratónpolis', como el primer día, sigue siendo un auténtico festín para los ojos, el cerebro y el corazón. Aardman en estado puro.
'¡Piratas!'
Partiendo de un guion de Gideon Defoe basado en sus propios libros, '¡Piratas!' continúa siendo, seis años después de su estreno, la obra más infravalorada de la historia de Aardman. Esto no implica, por supuesto, que joyas como 'Wallace y Gromit: La maldición de las verduras' o 'Chicken Run: Evasión en la granja' sean trabajos inferiores, pero sí que conviene reivindicar con mayor insistencia a este prodigio de ritmo y forma dirigido por Peter Lord y Jeff Newitt.
Una propuesta que respeta y ofrece su particular homenaje a la figura literaria y cinematográfica de los piratas pero que, al mismo tiempo, reinventa el género y lo dinamita a base de un sentido del humor que no ofrece descanso. Carcajadas, aventuras, un conjunto de personajes memorables, tanto los principales como los secundarios, y una historia repleta de hallazgos. Difícil pedirle más.
'Arthur Christmas: Operación regalo'
La propuesta de corte más comercial de Aardman, algo evidente desde el primer momento, supone, además, uno de los triunfos más incontestables del estudio hasta la fecha. Y es que, esta aventura protagonizada por el hijo torpe de Santa Claus supone un entretenimiento indiscutible que se abraza con fuerza a la emotividad más contagiosa, sin caer jamás en la lágrima fácil, llevando al espectador hasta el nudo en la garganta de la manera más honesta y natural posible.
Con 'Arthur Christmas: Operación regalo', el público infantil disfruta de una propuesta trepidante mientras que el sector adulto difícilmente podrá dejar de sentir ese cosquilleo en el estómago que consiguen crear las películas que te introducirte en un mundo original, distinto, único. Desde su espectacular comienzo hasta su maravilloso final, Aardman vuelve a demostrar lo que, en el fondo, no deja de ser algo obvio, que un extraordinario guión no necesita mucho más apoyo que el cariño con el que sea tratado. Por desgracia, el público no se terminó de volcar con 'Arthur Christmas: Operación regalo', convirtiéndola en (otra) maravilla a reivindicar dentro del género.
'La oveja Shaun: La película'
Al fin, Shaun tuvo su momento. La oveja más carismática de la historia del cine de animación, más que meritorio honor aunque no haya mucha competencia, tuvo que esperar 130 episodios para la pequeña pantalla y algún que otro corto para tener su propia película. De esta forma, Aardman otorgaba un merecido privilegio a uno de sus personajes más emblemáticos, y al mismo tiempo, se enfrentaban a su desafío más arriesgado. Por eso, su éxito es aún más importante si cabe.
Planteada como una comedia de cine mudo con la sombra de Charles Chaplin y Buster Keaton siempre cerca, 'La oveja Shaun: La película' funcionaba como un reloj a la hora de hilar gags perfectos, siempre imprevisibles y efectivos. Un trabajo de una plasticidad hipnótica y con alguna de las escenas más memorables de la historia de Aardman. Una inesperada y celebrada obra mayor que sigue regalando una maravillosa y entrañable diversión para toda la familia.