A la hora de hablar de términos medios, Alejandro González Iñárritu no parece el mejor ejemplo. Su cine, sus entrevistas, sus reflexiones, sus discursos, su personalidad...todo, absolutamente todo, nos lleva a la certeza de estar ante uno de los cineastas más pasionales de los últimos años. Llegando a Hollywood a base de estilo, fuerza y contundencia, sin olvidar la imprescindible ayuda de los guiones de Guillermo Arriaga, Iñárritu ha conseguido afianzarse como uno de los directores más respetados y admirados por la industria. Oscars incluidos.
Su último trabajo, 'El Renacido', ha reafirmado esa relación de amor con un éxito inesperado en la taquilla y 12 nominaciones a unos premios de la Academia que se rindieron el pasado año al hechizo de su ya penúltima propuesta, 'Birdman'. Una situación envidiable en la que el realizador mejicano parece más que cómodo y de la que espera seguir sacando el máximo provecho posible.
Porque su cine, libre, honesto, rabioso en fondo y forma, vibrante para los sentidos, pasa de la lágrima a la carcajada, del golpe en el estómago a la psicología más cotidiana. Es cierto que no hay sutileza alguna, pero su amor por el arrebato es ya una marca de fábrica, el sello de una personalidad inconfundible.
Aprendió a volar sin los relatos fragmentados de Arriaga, se hundió en el lado más oscuro del ser humano y renació vestido de superhéroe pasado de moda, de actor con traumas y aspiraciones fallidas. Su obra, corta pero intensa, define a la perfección su universo.
Repaso por la filmografía de Iñárritu
'Biutiful': el dolor gratuito
Existen dos películas en 'Biutiful', dos esencias que no se llevan bien, que no se complementan, que no se entienden. Por un lado, la que protagoniza Javier Bardem, y por otro, la que dirige Iñárritu. La que protagoniza nuestro actor más internacional, y el mejor, es una demostración de talento interpretativo de primer orden, una lección de contención en medio del exceso, de sabiduría en cada una de las decisiones, del desgarro honesto de un intérprete comprometido hasta el infinito con su personaje. El problema, serio, es que Iñárritu solamente se preocupa por llevar sus desgracias al límite más absoluto, un subrayado en la gravedad que acerca el drama más al ridículo que a la grandeza.
El director echa demasiado de menos el tempo y el control sobre las historias de Arriaga, y se enfrenta a su divorcio pariendo una especie de parodia de los elementos característicos y más valiosos de su obra conjunta. El grito por el grito, el dolor por el dolor, la tragedia entendida y planteada desde la mayúscula. Todo asfixia, imposible no hacerlo, pero más por acumulación que por calidad. Más es más, debió pensar Iñárritu. Su trabajo más decepcionante hasta la fecha, exclusivamente salvado de la quema total por Bardem, el ángel en medio del infierno pretencioso.
'Babel': comunicación perdida
Marruecos, Túnez, México y Japón. Dos niños. Cuatro grupos de personas que viven en tres continentes distintos. Y una bala. Con estos factores, la fórmula Iñárritu/Arriaga se despedía por la puerta grande. De nuevo, un laberinto de tramas y personajes, de historias individuales, encapsuladas en un tiempo y lugar concreto, que terminan por unirse en influencia, heridas y cicatrices. Un drama con todas las letras, pero también una valiosa reflexión sobre el poder y las consecuencias de la comunicación en una sociedad demasiado acostumbrada al silencio inoportuno, a la réplica injustificada y machacona. Iñárritu dirige con delicadeza, sin caer en el sensacionalismo ni en el golpe de efecto injustificado, un relato que suma capas a cada nuevo giro de un guión de acero.
El reparto, cinco estrellas, está comandado por Brad Pitt y Cate Blanchett, espléndidos en dos de los papeles más exigentes de su carrera. Sus rostros desencajados y sus miradas perdidas, son solamente una pequeña y poderosa parte de un todo deslumbrante en planteamiento y ejecución. El último trabajo de un tándem esencial para entender el (mejor) drama de inicio del siglo XXI.
'21 gramos': el peso del cine
¿Qué es '21 gramos'? Primero, el peso que perdemos cuando morimos. Segundo, una película muy cercana a la perfección. Tras el rotundo éxito de 'Amores perros', Iñárritu volvía a contar con la ayuda de Arriaga para dar forma a un nuevo relato de historias cruzadas marcadas por un hecho concreto, en este caso un accidente, en el que volvieron a demostrar su apabullante capacidad para capturar de la manera más impactante posible el dolor, el sufrimiento y la búsqueda asfixiante de la paz interior y la aparente calma externa. En su salto definitivo a Hollywood, contaron con un tridente de oro formado por Naomi Watts, Sean Penn y Benicio del Toro, tres estrellas de la industria que, como se ha demostrado marca de fábrica Iñárritu, hicieron desaparecer todo su glamour para desnudarse física y emocionalmente.
En definitiva, '21 gramos' es un trabajo de los que dejan huella, impactante en su formalidad e inabarcable en su contenido. Una película que suma fuerza con los sucesivos visionados, superando de este modo la prueba de fuego de la vigencia. De este modo, los que todavía dudaban tras 'Amores perros', tuvieron una nueva lección de Iñárritu y Arriaga. La confirmación de estar ante dos autores capaces de arrasar con todo. Incluyendo nuestras emociones.
'Amores perros': temblando
Atención, sinopsis: En Ciudad de México, un fatal accidente automovilístico afecta trágicamente a tres personas. Octavio, un adolescente, decide escaparse con Susana, la esposa de su hermano; el Cofí, su perro, se convierte en el instrumento para conseguir el dinero necesario para la fuga. Al mismo tiempo, Daniel, un hombre maduro deja a su esposa y a sus hijos para irse a vivir con Valeria, una hermosa modelo. El mismo día en que celebran su nueva vida, el destino hace que Valeria sea víctima de un trágico accidente. ¿Parece enrevesado? Iñárritu y Arriaga lo convierten en lo más sencillo y apasionante del mundo. Y en uno de esos debuts cinematográficos inolvidables. En un primer golpe, ambos dejan plasmadas todas las virtudes de su atrevimiento, un buen montón de argumentos para depositar altas expectativas de cara al futuro y la confirmación de un talento experto para unos debutantes.
Y es que, aquella primera unión perfecta entre guión y dirección, supone el mejor reflejo visto en un cine en mucho tiempo de los cristales rotos que deja el espejo del ser humano cuando todo a su alrededor salta por los aires. Una narración estructurada de manera apasionante, que juega con el espectador a través de un ritmo trepidante en el que cada golpe resuena como una tormenta. Un estreno por la puerta grande, un tiovivo de emociones, una tragedia vestida de mejicana que esconde una esencia universal. Impresiona, conmueve. 'Amores perros' te deja temblando. Un logro absoluto.
'Birdman': ejercicio de libertad
Después de hundirse en el barro más denso con 'Biutiful', Iñárritu se plantea acercarse a la comedia por primera vez en su carrera. Más allá del capricho, uno intuye que se trata de una decisión necesaria, buscar aire tras bucear durante tantos años en medio del lado más dramático de la vida, ese que roza con la punta de los dedos el sufrimiento. ¿Y qué mejor para buscar la carcajada que el reírse de uno mismo? El director plantea con 'Birdman' otra reflexión, la del ego y el peso de la fama sumado al paso del tiempo, para profundizar sobre el universo de Hollywood, lo que representa, lo que necesita para alimentarse y la falta de piedad de muchos de sus representantes. Un lugar en el que las películas de superhéroes marcan el ritmo de la industria y en el que sobrevivir a ellas, y a su correspondiente fama, es algo casi imposible.
Una propuesta arriesgada, aunque algo tópica en el reflejo del mundo de un actor, que apuesta por un reto visual de primera categoría. Orquestada como un tour de force técnico deslumbrante con un (falso) plano secuencia único a través del cual se desarrollan sus dos horas de metraje, 'Birdman' es una montaña rusa de sensaciones en las que los diálogos de oro, convertidos en balas y abrazos, marcan un ritmo incansable. Una película que atrapa, que vuela libre, que se arriesga y gana, que se desmarca del resto a través de la medida desmedida, de la locura controlada, de la pasión hacia un oficio y la capacidad de ser autocrítico. Hollywood entendió la broma y decidió coronarla con 4 Oscar, entre ellos el de Mejor Película y Mejor Director. Un final de viaje con el que Iñárritu regresaba a una primera división de la que parece que no descenderá por culpa de 'El renacido'. A falta de comprobar si la épica historia de supervivencia protagonizada por Leonardo DiCaprio se cuela entre lo mejor de su director, 'Birdman' sigue resonando en nuestras cabezas como lo que es, uno de los ejercicios de libertad más hermosos del cine reciente. Y la mejor película de Iñárritu.