La importancia real de los premios es, ni más ni menos, que la que cada uno de nosotros quiera darle. Para algunos se tratará simplemente de unas figuritas cuyo destino inevitable es de almacenar polvo en las estanterías, mientras que, puede que para los más románticos, sean un reconocimiento que merece ser celebrado por todo lo alto. Y esta última reacción fue la que ganó por goleada en la última edición del ilustre Festival de Cannes cuando se descubrió que la Palma de Oro caía en las manos de 'Parásitos', es decir, en las del cineasta coreano Bong Joon-ho.
Un entusiasmo general que se sustenta de forma más que contundente sobre los hombros del talento de un director y guionista con una mirada tan personal como estimulante, tan arriesgada como accesible, tan furiosa como violenta y, sobre todo, tan clásica como contemporánea. Desde sus comienzos, Joon-ho supo construir un universo propio marcado por su personalidad cinematográfica y una capacidad admirable para adentrarse con suma facilidad y acierto en los géneros más variados.
De la comedia más absurda al thriller empapado de sudor, sangre y lágrimas, pasando por la ciencia ficción, terror de monstruos y hasta cine familiar. Un conjunto de ocho películas con las que Bong Joon-ho ha conseguido instalarse de forma más que merecida en la codiciada lista de cineastas más importantes, interesantes y esenciales de la última década.
Bong Joon-ho, de peor a mejor
'Perro ladrador, poco mordedor'
El primer largometraje de Bong Joon-ho llegó a través de la comedia con esta 'Perro ladrador poco mordedor', una cinta que, jugando ya con las cartas que ofrece la perspectiva del tiempo, ha terminado situándose como el trabajo más inferior del cineasta hasta la fecha. Entonces, ¿estamos ante una mala película? Ni mucho menos.
Esta historia de humor negro, negrísimo, personajes carismáticos y altas dosis de mala leche es una rara avis dentro de la filmografía de un Joon-ho que ya demostraba en su debut unas notables dotes para construir atmósferas potentes y un buen puñado de escenas realmente brillantes. Una propuesta que, lástima, falla demasiado en su búsqueda de la carcajada mediante el absurdo, sobrepasando en más ocasiones de lo deseado el límite de lo ridículo. Un factor negativo que, en cualquier caso, funciona por encima de la anécdota y la curiosidad.
'Influenza'
Con sus treinta minutos de duración, 'Influenza' parece una de esas rarezas caprichosas que (casi) todo cineasta se permite de vez en cuando. Sin embargo, este mediometraje tiene la suficiente fuerza visual y narrativa como para ser considerado uno de los trabajos más estimulantes, por una cuestión de pura sorpresa, de la trayectoria profesional de Bong Joon-ho. Un pasatiempo que, bajo su apariencia de antojo egocéntrico, esconde una cantidad importante de fascinante lenguaje cinematográfico.
'Tokyo!'
Después del brutal éxito comercial obtenido con la maravillosa 'The Host', Bong Joon-ho formó un tridente prometedor con Leos Carax y Michel Gondry en 'Tokyo!', proyecto formado por tres cortometrajes cuyo nexo común era, claro, la fascinante capital japonesa. Una propuesta que el cineasta coreano aprovechó para ofrecer una potente muestra de su talento que superaba, con creces, a la demostrada por sus compañeros de cartel.
Y es que, sin lugar a dudas, la historia que ofrece Joon-ho es la más estimulante, hipnótica y redonda del conjunto, confirmando su grado de madurez cinematográfica con el uso casi exclusivo de la calma y los elementos mínimos. La sencillez y brevedad transformada en vehículo de genialidad. Un pequeño gran logro en mitad del caos.
'Okja'
En una de las escenas, a priori, más sencillas de la estupenda 'Okja', la pequeña Ahn Seo-Hyeon susurra unas palabras al oído de su mejor amiga, una cerda de dimensiones gigantescas, que el espectador nunca llega a escuchar. Y no lo necesita. La complicidad, el cariño y la ternura que desprenden ambos personajes, humano y animal, no requiere apoyos extra ni subrayados lacrimógenos.
Y este es solamente uno de los muchos ejemplos de la valía artística de una propuesta que, sí, peca de cierta irregularidad en su desarrollo, pero consigue construir un relato conmovedor, imponente, capaz de despertar conciencias y provocar conversaciones que solamente nos pueden llevar a conclusiones terribles. Y reales. En definitiva, 'Okja' es una obra repleta de sensibilidad y delicadeza, dirigida con maestría por Bong Joon-ho y redondeada con uno de los desenlaces más impactantes y desoladores de los últimos años. El puente entre la melancolía, la belleza y el golpe en el estómago.
'Snowpiercer (Rompenieves)'
Después de volver a demostrar su tremendo talento para el thriller dramático con 'Mother', Bon Joon-ho cambió por completo de tercio dirigiendo 'Snowpiercer (Rompenieves)', brillante adaptación del cómic firmando por Jean-Marc Rochette y Jacques Loeb. Una inmersión total en el blockbuster de fuerte aspiración comercial donde el cineasta se acompañó por un reparto cinco estrellas formado por Chris Evans, Tilda Swinton, Jamie Bell, Octavia Spencer, John Hurt o Ed Harris, entre otros.
Un despliegue de talento interpretativo que se combinaba a la perfección con la elegancia en la puesta en escena y la inventiva visual de un cineasta en pleno estado de forma que, lejos de hacerse pequeño ante las dimensiones de semejante reto, se lanzó con todo, firmando así un trepidante espectáculo repleto de grandes momentos. Lástima que la taquilla no acompañara con el entusiasmo que se merecía la cinta.
'The Host'
En los últimos años, puede que décadas, pocas películas ubicadas en el género conocido como 'Cine de monstruos' han logrado unos resultados tan memorables y emocionantes como 'The host', la cinta con la que Bon Joon-ho consiguió un éxito histórico en la taquilla de su país de origen con unas cifras de recaudación abrumadoras. Un triunfo más que merecido para una propuesta repleta de momentos de una inolvidable poesía visual y capaz de unificar la aventura clásica con el terror más claustrofóbico sin dejar nunca de lado tanto a sus maravillosos personajes como a su esencia de homenaje a la familia como perfecto y casi único método de supervivencia. Un entretenimiento cerca del clásico contemporáneo.
'Mother'
Desde su espléndido prólogo, 'Mother' se descubre como un acto de poesía narrativo mecido por el talento de Bong Joon-ho, cineasta que firma aquí una historia que contiene tantas dosis de drama como de thriller y en la que la delicadeza y el suspense encuentran un equilibrio casi perfecto. Liderada por una magnífica interpretación de Kim Hye-ja y escrita y dirigida con pulso maestro, la película no hace más que crecer durante su desarrollo, alcanzando picos de tremenda emoción en un tramo final de auténtico vértigo.
Lástima que, tras su estreno, muchos se empeñaran en enfrentarla con 'Crónica de un asesino en serie', acusando así a Joon-ho de repetir fórmula con peores resultados. Una comparación tan inevitable como injusta que, en cualquier caso, no consiguió debilitar a una propuesta tan redonda e inspirada como 'Mother'. Una joya que continúa brillando con la misma intensidad que el primer día.
'Crónica de un asesino en serie'
Tres años después de su interesante debut con 'Perro ladrador poco mordedor', Bong Joon-ho firmó su primera gran obra maestra con 'Crónica de un asesino en serie', un thriller capaz de reconstruir, transformar, detonar y expandir el género desde su mismo núcleo.
Con una atmósfera hipnótica, un ritmo tan pausado como fascinante, personajes memorables, protagonistas y secundarios, interpretaciones de auténtica altura, con Song Kang-ho a la cabeza, y escenas resueltas con auténtica maestría, especialmente aquellas que se sitúan del lado de la tensión más asfixiante, estamos ante una propuesta sobresaliente en la práctica totalidad de sus piezas. Un laberinto lluvioso y deslumbrante que cala hasta los huesos.
