Para toda una generación de espectadores y espectadoras, el cine de los noventa en general y las películas de acción que aparecieron en esa época en particular suponen algo tremendamente similar a un lugar feliz. Un espacio aislado del paso del tiempo en el que saben que siempre les están esperando un montón de personajes, historias y escenas relacionadas directamente con un vértigo inoxidable.
Y es que, como demuestran las diez películas que conforman este especial, así como otro buen puñado de clásicos que no han podido entrar por cuestión de espacio, el género de acción dejó en los noventa un altísimo número de obras imprescindibles. Propuestas que iban a por todas desde el primer momento, ofreciéndole al público una cantidad de recompensas incalculables y más de una imagen que continúa resonando en su memoria.
Así, volver a estas películas es hacerlo a un rincón de la emoción cinéfila donde lo trepidante y lo emocionante se dan la mano, donde las explosiones parecen de verdad porque lo son, donde sus protagonistas se transforman en iconos desde la primera aparición, donde sabes que nunca tendrás suficiente, pese a acabar completamente saciado de cine en permanente estado de excitación. En definitiva, el rincón donde habitan estas diez obras maestras de la acción.
Películas de acción imprescindibles de la década de los 90
'Terminator 2: El juicio final'
Cinco años después de demostrar por enésima vez la estupidez que habita en el tópico de que segundas partes nunca fueron buenas con la excelente 'Aliens: El regreso', y tras sufrir el único varapalo comercial de su carrera con la reivindicable 'Abyss', James Cameron reventó por completo todas las expectativas con 'Terminator 2: El juicio final', una secuela que llegaba siete años después de 'Terminator' y que conseguía situar el listón de los blockbuster en un nuevo y estratosférico nivel.
Y es que, más allá de sus innovadores y prodigiosos efectos especiales, esta continuación llevaba la fórmula al mismo límite de la espectacularidad más trepidante, a la ebullición de ideas geniales combinadas con una inesperada profundidad y emoción de los personajes. A todo esto le sumamos un reparto entregado a la causa, un director en pleno estado de forma, un villano memorable y algunas de las set pieces de acción más apabullantes y vertiginosas de la historia del género y el resultado no puede ser otro: 'Terminator 2: El juicio final' es la mejor entrega de la saga. Y algo muy parecido a una obra maestra.
'Alerta máxima'
'Alerta máxima' no tiene ni pies ni cabeza, está protagonizada por Steven Seagal con su característico talento (nulo) y consiste en una sucesión casi imparable de escenas de acción alocadas, trepidantes y bastante tontas. Sin embargo, estamos ante una cima de la acción noventera que funciona desde el entretenimiento más puro, que te agarra desde el primer disparo y no te suelta hasta un tramo final que lleva su fórmula al edén del caos y el exceso. Y encima está Tommy Lee Jones en modo desatadísimo. ¿Qué más se le puede pedir?
'Speed'
'Speed' se convirtió, por méritos propios, en uno de los más efectivos y competentes thriller de acción de la década de los noventa. Keanu Reeves y Sandra Bullock, quien nos lo iba a decir, redondeaban el espectáculo a base de carisma y química inesperada. Trepidante entretenimiento que pasaba volando y que no esperó más que tres años para intentar repetir la jugada de la peor manera posible. Sigamos olvidando 'Speed 2' y recordando una primera entrega que no ha adquirido ni una pizca de oxido con el paso de los años. Entretenimiento tan puro como trepidante. Un blockbuster imparable.
'Misión imposible'
Primer capítulo de una saga incombustible que no se cansa de crecer y que solamente ha cometido un fallo hasta la fecha, su lamentable segunda capítulo, 'Misión imposible' sigue siendo uno de los blockbusters más redondos, sorprendentes y memorables de todos los tiempos.
Liderada por un Tom Cruise que nos dejaba una vez más con la mandíbula desencajada gracias a su entrega total, la cinta dirigida por un inspiradísimo Brian de Palma dejaba para el recuerdo un buen puñado de escenas que eran pura tensión, espectacularidad y talento. Una película que explotaba en cada escena y se reconstruía al segundo para seguir dejando al espectador pegado a la butaca y sin opción al respiro. Una obra maestra del género.
'Heat'
El tiempo, siempre sabio, ha terminado de confirmar a 'Heat' como ese clásico contemporáneo que ya se intuía desde un primer visionado. Obra maestra absoluta del cine negro más musculoso, férreo y profundamente clásico, esta historia de atracos, tiroteos, diálogos de acero y personajes memorables, protagonizada por dos inconmensurables Robert De Niro y Al Pacino, palabras mayores, supone el gran triunfo cinematográfico de un Michael Mann que se muestra aquí en plenitud total de sus facultades, controlando los tiempos, la tensión, el drama y la acción de una forma magistral. Impresionante de inicio a fin.
'Jungla de cristal III: La venganza'
Si a una fórmula cinematográfica prácticamente perfecta le sumas dos talentos de la talla de Samuel L. Jackson y Jeremy Irons, lo normal es que la excelencia aparezca de manera casi inmediata. Por eso, tras la comprensible sensación de reiteración y subrayado de la estupenda 'La jungla 2: Alerta roja', esta tercera entrega elevaba el listón de aquella secuela y construía un espectáculo de acción y comedia de primer nivel. Un logro que corresponde, más allá de a un Bruce Willis mimetizado con su McClane, a John McTiernan, director que regresaba a la saga demostrando un entusiasmo contagioso, un ímpetu capaz de arrasar con todo y una entrega a la que era completamente imposible no sumarse.
Gracias a él, y a un Jackson capaz de robar cada escena con la facilidad de un gigante, 'Jungla de cristal III: La venganza' parecía un cierre perfecto, entretenidísimo, para una saga que, sin embargo, volvería más de una década después con buenas noticias bajo el brazo. En cualquier caso, de haber supuesto un punto y final para McClane, estaríamos ante una despedida impecable.
'Matrix'
La película que lo cambió todo. Después de 'Matrix', sencillamente, nada fue igual en el género de la acción. Cine reinventándose ante tus ojos de la manera más trepidante, hipnótica, apabullante y grandiosa posible. Nació como joya de culto, pero ya es una pieza fundamental de la historia del séptimo arte. Si hay que escoger la película de acción definitiva de las últimas décadas, bueno, aquí está.
'El fugitivo'
Seamos claros desde el principio: 'El fugitivo' es la mejor película en la que participó Harrison Ford durante toda la década de los noventa. Un thriller que te atrapa y no te suelta, que hace que 133 minutos parezcan un suspiro. De acuerdo, Tommy Lee Jones se llevó todos los aplausos, y un merecido Oscar a Mejor Actor de Reparto, pero la entrega y el compromiso que demuestra Ford a lo largo de toda la película sigue siendo todo un ejemplo de profesionalidad y talento.
Es cine comercial perfecto, de primerísimo nivel, capaz de atraparte con una contundencia a prueba de fuego, de entretenerte sin descanso, de hacerte olvidar el ruido externo y colocarte en medio de una trama narrada desde un vértigo perfectamente medido. Su dirección, tan elegante como contundente, y su guion de acero, que no fue nada fácil de perfilar, terminan de redondear una propuesta a la que cuesta mucho encontrarle un solo fallo. Cine que se devora con el corazón a mil pulsaciones por minuto.
'Armageddon'
Por más que sus admiradores nos empeñemos, hay cosas que no tienen defensa en la carrera de Michael Bay. El argumento de 'Armageddon' es una de ellas. Cito sinopsis: Un asteroide del tamaño del estado de Tejas apunta directamente hacia la Tierra. Los expertos de la NASA tan sólo encuentran una posible solución: enviar a un equipo de astronautas al espacio para que destruya el meteorito antes de que colisione con nuestro planeta. Es algo tan absurdo que termina resultando divertido. Y Bay lo sabe.
Con un punto de partida tan delirante, el director consiguió rozar la perfección de la acción patriótica y estúpida. No importa el fondo, hay que darlo todo con la forma. Una película que, a cambio de aceptar sus reglas de juego, te recompensa con un entretenimiento sin descanso. Imposible aburrirse con uno de esos éxitos generacionales que convirtieron a 'Deep Impact' en la hermana aburrida mientras que, 'Armageddon', conseguía deslumbrar a base de diversión, personajes carismáticos, estupendas escenas acción y, si te pillaba la tarde tonta, una emoción que podía terminar en lagrimilla. Un blockbuster ejemplar.
'El profesional (Léon)'
La mejor película de Luc Besson. ¿Razones? Es simple, todo en 'El profesional (León)' funciona a la perfección, no sobra un minuto, no falta una escena. Absolutamente redonda. Desde su impactante prólogo hasta su emocionante desenlace, guinda perfecta a un clímax final de primer nivel, pasando por momentos tan excelsos como el ataque a la casa de los padres de la maravillosa Natalie Portman o ese camino hacia una calle vestida de libertad eterna de un Jean Reno que nunca ha estado mejor.
Es cine de primer nivel, acción hipnótica, drama intenso, thriller medido al milímetro, interpretaciones de altura y un director y guionista que controla con inspiración constante la historia que contar. Una protagonizada por seres solitarios que buscan tanta venganza como consuelo, tanta guerra como paz, tantas tormentas como calma. Nunca se repitió el prodigio, pero más de dos décadas después de su estreno, 'El profesional (León)' sigue brillando como la joya que siempre fue. Y lo que le queda.