Mucho se está hablando de la supuesta predicción que hizo la cultura Maya, de que el fin del mundo se produciría el 21 de diciembre de 2012. Pero esta civilización no ha sido la única que ha hablado del Apocalipsis en la Historia, pues el Cine ha tomado tan efectista tema como argumento en innumerables ocasiones.
La fiebre se ha desatado y nosotros no queremos ser menos, por lo que aportamos nuestro granito de arena recomendándoos cinco películas con la intención de que el fin del mundo no os pille desprevenidos.
Manual de supervivencia
Coged vuestro reproductor y tomar algunas ideas sobre cómo podría ser el mundo a partir de hoy. Desolación, zombies, caos, destrucción, fenómenos naturales, violencia... Son sólo algunos de los ingredientes que os proponemos los redactores de esta web. Si vosotros tuvierais que recomendarnos una película apocalíptica, ¿cuál sería? Por cierto, daos prisa porque no tenéis todo el tiempo del mundo para descubrirlas o volverlas a ver.
- Hugo Rosales: 'Doce monos'
La odisea de un hombre que viaja al presente desde el futuro para conseguir una muestra del virus que en unos años aniquilará a buena parte del planeta, obligando a los supervivientes a refugiarse en comunidades subterráneas. Dirigida por Terry Gilliam, supo llevar la locura y la imaginería que caracterizan sus producciones a la creación de un universo inspirado por 'El muelle (La Jetée)' que hace un recorrido por las imágenes difusas de la memoria de la mano de su protagonista, un Bruce Willis tomado por loco que debe convivir en un psiquiátrico con un paciente desquiciado pero más lúcido y peligroso de lo que parece encarnado magistralmente por Brad Pitt.
- Jesús Márquez: 'La carretera'
La adaptación de la aclamada novela de Cormac McCarthy nos traslada a uno de los futuros postapocalípticos más desoladores de la historia del cine. La desesperación y la angustia invaden la impecable ambientación conseguida gracias al magnífico trabajo de Hillcoat y a la fotografía de Javier Aguirresarobe. Una película que contagia el malestar de sus protagonistas, pero que a su vez relata la poderosa y conmovedora historia de un padre y un hijo en un mundo sin mañana.
- Jorge R. Tadeo: '28 días después'
Bastante antes de que 'The walking dead' enganchara al televisor a miles de incondicionales en todo el mundo, y antes también de coronarse en los Oscar con la sobrevalorada 'Slumdog millionaire', el británico Danny Boyle firmaba una sorprendente cinta apocalíptica ambientada en un Londres asolado por la propagación de un virus que acaba con la mayor parte de la población, dejando un puñado de supervivientes que se dividen entre hambrientos zombis y aterrorizados humanos que luchan por no infectarse. Cillian Murphy protagoniza una cinta de excelente atmósfera, que comienza con un prólogo impresionante y progresa adecuadamente con abundantes momentos de tensión hacia un final esperanzador.
- Jesús Agudo: 'El día de mañana'
Cuando el cambio climático estaba en boca de todos, y era una de las principales preocupaciones de la sociedad, Roland Emmerich decidió darle su toque explosivo con esta cinta protagonizada por Dennis Quaid y un joven Jake Gyllenhaal. Los cambios de temperatura de los océanos causan un gigantesco huracán que nos ofrece unas espectaculares imágenes de un Manhattan inundado y congelado. Aunque no sea el guión más complejo del mundo, Emmerich nos garantiza unas buenas dosis de suspense y espectacularidad mientras seguimos cargándonos poco a poco el planeta.
- Adrián Lavado: 'El planeta de los simios'
Charlton Heston se puso en la piel de un astronauta que se estrella en un planeta desconocido, para encontrarse con una raza de simios con escaso amor hacia la raza humana... Clásico imperecedero de la ciencia ficción, 'El planeta de los simios' puede seguir siendo vista hoy en día como una película de aventuras que aborda los mayores males de la condición humana. Asimismo, su director Franklin J. Schaffner, rodó uno de los finales más desoladores y contundentes de la Historia del Cine. Mayor mérito tiene que, aún siendo del año 68, no haya perdido ni un solo ápice de frescura y originalidad.
