Uno puede perder todo el tiempo del mundo en cuestionar el éxito de una película o, como es el caso que nos ocupa, del noventa por ciento de propuestas surgidas de una productora en concreto. En esta ocasión, el mejor ejemplo lo encontramos en Illumination Entertainment, compañía de producción de cine de animación estadounidense, fundada por Chris Meledandri que desde su nacimiento en 2007 no ha dejado de facturar un taquillazo detrás de otro, salvo un par de excepciones que no ha desnivelado, ni muchísimo menos, su balanza económica. Una entidad joven que, desde el comienzo, demostró tener las ideas muy claras, los objetivos muy marcados y las rutas que debía tomar para conseguirlos.
Alejada de la perfección absoluta en fondo y forma de Pixar y de la tradición romántica y deslumbrante de Laika o Aardman Animations, Illumination optaba, y continúa haciéndolo, por una combinación del slapstick más reconocible y alocado y las historias de buenos sentimientos que, pese a su previsibilidad, consiguen mantener al espectador atento a lo que sucede en la gran pantalla. Una fórmula que, en la mayoría de ocasiones, ha conectado mucho más con el público infantil que con sus acompañantes adultos, puede que por un diseño de personajes mucho más cercano a la caricatura que al realismo al que nos tienen acostumbrados otros estudios como los mencionados al comienzo de este párrafo. Sean las razones que sean, estamos ante un conjunto de películas que no sorprenden pero funcionan.
A continuación, proponemos un repaso por cada una de las propuestas surgidas de los estudios de Illumination Entertainment ordenándolas de peor a mejor. Es decir, estableciendo un ranking para el que se ha tenido en cuenta las pretensiones y los resultados obtenidos, los méritos y los esfuerzos, el componente creativo por encima de la búsqueda del merchandising más evidente y efectista. Un recorrido por la obra de una compañía que aún no cuenta con ninguna obra maestra entre sus trabajos pero que ya ha dejado varios personajes inolvidables para la historia del género. Menos es nada.
Las películas de Illumination Entertainment, de peor a mejor
'Hop'
Tim Hill, director de, entre otras, 'Alvin y las ardillas' o 'Garfield 2' + David Hasselhoff + el conejito de pascuas = El Horror. De primeras, la suma de estos factores no podía anticipar otra cosa que no fuera un fiasco mayúsculo, y por desgracia, 'Hop' llegó para confirmar nuestros peores temores. La idea inicial, el concepto en sí que da sentido a la película, se muestra fallido desde una primera escena que ya anticipa el desastre del que vamos a ser testigos.
No funciona el sentido del humor, tan infantil como ridículo, ni la historia, previsible y aburrida, ni mucho menos la interacción de actores de carne y hueso con unos personajes animados desde el bostezo. 'Hop', en definitiva, es la peor película del estudio. Y uno de los puntos más bajos en los que ha caído el género en la última década.
'Mascotas'
'Mascotas', la película más taquillera en nuestro país el pasado año 2016, necesitó poco más que una estupenda estrategia de marketing, comandada por un brillante trailer, para llevar a millones de espectadores al cine. Una vez allí, evidentemente, el oro que nos prometía sus anticipos se convirtió en agradecida plata que se alejaba tanto de la decepción como del triunfo.
Al final, estamos ante un remake en toda regla de 'Toy Story', en lo que respecta a punto de partida, conceptos de personajes, trama y desenlace. Un bonito homenaje (pensemos en estos términos por el bien de todos) que consiguió conectar a lo grande con la taquilla, ofreciendo un entretenimiento sin nada especialmente memorable en su interior. Unos animales que no aportan nada nuevo al género, todo lo contrario, pero que garantizaban un buen rato en familia. Y nada más.
'Gru 2. Mi villano favorito'
El principal problema de esta secuela es que se trataba de dos películas en una. Por un lado, Gru y una trama imposible abrazada al género de la comedia romántica. Por otro, los minions y sus hilarantes gag físicos, puro slapstick. Los tramos protagonizados por estos últimos funcionaban a las mil maravillas, aunque en ocasiones dieran la sensación de estar metidos con calzador por las necesidades de ir preparando el terreno para el spin off que se estaba preparando, pero la historia con Gru al frente no encuentaba en ningún momento esa magia, esa emotividad, esa originalidad que pretendía.
Podríamos resumirlo en que estamos ante una película cuyos momentos de mayor enjundia dramática suceden en un centro comercial pero sería demasiado simple. Como su (inexistente) argumento. Perdido el factor sorpresa, solamente se podía aplaudir la valentía y los riesgos tomados. Aunque los resultados no estuvieran a la altura.
'Los Minions'
'Los Minions', propuesta de Kyle Balda, también responsable de la infravalorada 'Lorax: En busca de la trúfula perdida', y Pierre Coffin, uno de los creadores del universo Gru desde sus orígenes, supo entender la personalidad y el carisma de sus protagonistas y, tras un prólogo delirante, repleto de gags que funcionan como un reloj, se sumergía de lleno en una aventura de robos, villanos, inspectores gadgets y persecuciones trepidantes. El salto a la Inglaterra de finales de los sesenta aportaba un espíritu pop, rendido al guiño popular, que convertía la propuesta en una refrescante combinación de sketches independientes y escenas de acción vibrantes que ofrecía poco respiro al espectador de cualquier edad.
Porque los más pequeños disfrutaron a lo grande con el encantador trío protagonista formado por Kevin, Stuart y Bob, pero los mayores también encontraron un entretenimiento sin mayor aspiración que la de hacer pasar un buen rato. En definitiva, lo que parecía un spin off pensado exclusivamente para la venta de millones de muñecos, algo que consiguió, también terminó siendo la sorpresa más satisfactoria del estudio.
'Lorax: En busca de la trúfula perdida'
Después del espectacular éxito de 'Gru, mi villano favorito', Illumination Enterteinment sufrió su primer batacazo crítico y comercial con la (muy) fallida 'Hop', así que su tercer trabajo tenía la peligrosa misión de desnivelar la balanza hacia un lado o hacia el otro. Lástima que el recuerdo de 'Lorax: En busca de la trúfula perdida' esté más relacionada con lo negativo, principalmente porque no lo merece. Y aquí comienzan las reivindicaciones. Pocas películas han conseguido capturar el espíritu y la esencia de la obra literaria del Dr. Seuss, extraña, genuina, única.
Si bien es cierto que los números musicales que acompañan el relato no terminan de encajar del todo, aunque se trate de melodías estupendas, estamos ante una propuesta atípica dentro del género, alejada de convencionalismos y lugares comunes, fiel y respetuosa con sus orígenes literarios pero, al mismo tiempo, ambiciosa en términos puramente cinematográficos. Una película infravalorada en el momento de su estreno que obligó al estudio a volver al universo Gru. Apuesta segura, sí, pero en contra del riesgo creativo más envidiable.
'Gru, mi villano favorito'
Desde luego, los jefazos de Illumination Entertainment no podrían haber imaginado un inicio mejor para el estudio que el que consiguieron con 'Gru, mi villano favorito'. Crítica rendida a sus pies, pese a que el factor sorpresa y las expectativas con la que se enfrentaron a la película tuvieron mucho que ver, y el público completamente entusiasmado con este jefe del mal obligado a cuidar de tres niñas huérfanas cargadas con dosis extras de ternura. La historia, pese a que no traía ninguna novedad debajo del brazo, estaba contada con destreza y conseguía que el espectador no se aburriera en ningún momento, manteniendo siempre una sonrisa cómplice frente a lo que ocurre en la pantalla.
Sin embargo, conviene centrar la mirada en el gran hallazgo de esta primera entrega de Gru: Los Minions. Con mayúsculas. Todo un descubrimiento en forma de personajes memorables que convertían cada uno de sus gags en toda una bomba cómica de primer nivel. Ellos marcaban la diferencia. Y ellos contribuyeron de manera clave al éxito brutal de 'Gru, mi villano favorito'.
'Gru 3. Mi villano favorito'
Tras los apabullantes resultados comerciales, que no artísticos, conseguidos con sus dos primeras entregas, 'Gru 3. Mi villano favorito' llegaba a las carteleras con el éxito en taquilla asegurado, gracias principalmente a unos personajes instalados en el fanatismo del público infantil. Sin embargo, sorpresa, este tercer capítulo resulta ser el mejor de toda la saga, con considerable distancia de sus dos predecesoras. No es que este honor signifique mucho, especialmente si tenemos en cuenta que ninguna de las películas anteriores aportaba nada memorable al género, pero sí que nos permite celebrar que sus responsables no trabajan con el piloto automático.
De hacerlo, hubiera sido imposible dar forma a creaciones tan memorables como Balthazar Bratt, el auténtico villano de la historia y el personaje más logrado de la trilogía. Teniendo en cuenta que nos quedan muchas entregas más por delante, que nadie lo dude, quedémonos con la sensación que nos transmite 'Gru 3. Mi villano favorito'. Aún quedan ideas interesantes por llevar a cabo y, lo que es más importante, sus responsables parecen interesados en hacerlo.
'¡Canta!'
Cuando todo parecía abocado a la reiteración de fórmulas narrativas y a la obsesión con personajes que habían demostrado con creces ser todo un filón en materia de merchandising, Illumination Entertainment se sacó de la manga su mejor película. Porque, efectivamente, '¡Canta!' conseguía, al fin, ir un paso más allá de lo esperado gracias a una historia más adulta, más compleja, y por encima de todo, más emocionante.
Sus animales protagonistas, memorables, eran el corazón de una película en la que no estaba permitido activar el temido piloto automático, forzando la máquina a través de un aumento progresivo de épica cinematográfica realmente notable. Una banda sonora repleta de clásicos inolvidables se ocupaba de redondear una propuesta que nos permite mirar el futuro de Illumination Entertainment con más ilusión que nunca. Si nos tenemos que guiar por '¡Canta!', el estudio está en su mejor momento. Gran noticia.