Desde mitad de la década de los ochenta, ya ha llovido, Joaquin Phoenix ha ido construyendo con mimo, inteligencia, sentido del riesgo, compromiso, olfato, equilibrio y versatilidad una de las carreras más brillantes que podemos encontrar en el Hollywood reciente. En su filmografía, tan extensa como estimulante, se dan cita numerosos géneros, personajes memorables, ya sea en la categoría de protagonista o secundario, y un puñado más que estimable de obras maestras.
En lo que respecta a estas última décadas, el siglo XXI de Phoenix bien podría servir como un resumen casi perfecto de lo que ha sido toda su carrera. Y es que, desde ese increíble año 2000 en el que estrenó 'La otra cara del crimen', 'Quills' y 'Gladiator', tres enormes películas en las que él brillaba con luz propia, hasta este 2023 donde nos ha ofrecido dos propuestas tan brutales, cada cual a su manera, como 'Beau tiene miedo' y 'Napoleón', el actor no ha dejado de sorprender, cautivar y subrayar su merecido estatus como uno de los mejores de su generación. Y con diferencia.
Antes de terminar, recomendamos otras interpretaciones mayúsculas del actor que, por cuestiones de coherencia con el punto de partida de este especial, no se pueden incluir: 'Todo por un sueño', 'El secreto de los Abbott', 'Asesinato en 8mm.' y, sobre todo, la muy recomendable 'Regreso al paraíso'. Otros cuatro trabajos inconmensurables con el sello distintivo de Joaquin Phoenix.
Todo Joaquin Phoenix en el siglo XXI, de peor a mejor
'María Magdalena'
Dos años después de la no menos fallida, aunque mucho más sobrevalorada, 'Lion', Garth Davis regresaba con 'María Magdalena', proyecto condenado, básicamente, por ser un aburrimiento constante a lo largo y ancho de sus dos interminables horas. Un sopor al que contribuyen de manera definitiva Rooney Mara y Joaquin Phoenix con dos interpretaciones bastante pobres.
'Todo es por amor'
El único mérito real de 'Todo es por amor' es ser la única película floja del gran Thomas Vinterberg, guionista y cineasta cuyo contrastado talento brilla aquí por una sonora ausencia. Puestos a rescatar algo de esta extrañísima propuesta, uno termina perdido entre tanto género y tono, quedémonos con la interpretación de un Joaquin Phoenix que es, de largo, lo más memorable del conjunto. Más allá de eso, bueno, está la nada.
'Hotel Rwanda'
La película es estupenda, pero es cierto que, si estamos analizando las interpretaciones de Joaquin Phoenix, 'Hotel Rwanda' nos deja ver más bien poco. En cualquier caso, cada una de sus apariciones se recibe con la alegría correspondiente de encontrarte con uno de los mejores actores del mundo.
'Un cruce en el destino'
¿Lo mejor? Las interpretaciones de su tridente de oro: Joaquin Phoenix, Jennifer Connelly y Mark Ruffallo. Garantía de talento que cumple con creces.
¿Lo peor? La sensación de que todo se ha quedado a medio camino y que la gran película que podría haber sido nunca termina de aparecer.
Y pesa más lo segundo que lo primero en 'Un cruce en el destino'.
'Puro vicio'
Para encontrar algo parecido a un error grave en la carrera de Paul Thomas Anderson tenemos que echar la vista atrás hasta llegar a 'Puro vicio', la adaptación de la novela firmada por Thomas Pynchon. Aquí estamos ante la primera decepción mayúscula, el primer disparo al pie de un autor en toda regla que, en esta ocasión, se dejaba llevar más de la cuenta. Todos los elementos están en pantalla, todos los personajes se presentan como piezas de una delirante partida de ajedrez entre estúpidos y, sin embargo, por el camino perdemos precisamente al que debería haber sido cabeza visible de todo el conjunto: Thomas Anderson.
Prescindiendo de manera voluntaria de la épica formal marca de la casa, el director estadounidense se lanza de lleno al universo Pynchon sin aportar una pizca de su desbordante personalidad, obsesionado con transmitir ese aroma psicodélico y atontado de una historia que no deja de ser un romance clásico y algo tópico adornado, eso sí, por diálogos pedantes y excesivo; somníferos automáticos que, tras una primera media hora que en absoluto parece anticipar el despropósito posterior, terminan haciendo su efecto. Menos mal que tenemos la brillante y delirante interpretación del infalible Joaquin Phoenix para justificar el visionado.
'El sueño de Ellis'
Cinco años después de estrenar uno de sus trabajos más (justamente) celebrados, 'Two Lovers', James Gray regresaba acompañado de expectativas con 'El sueño de Ellis', una historia de amor, soledad, engaños y corazones rotos desarrollada en el Nueva York de los años 20. Una propuesta que, además, estaba protagonizada por Marion Cotillard y Joaquin Phoenix, intérpretes que justifican por sí mismos el visionado de cualquier película, por lo que la expectación era todavía mayor. Sin embargo, las ilusiones terminaron más rotas que cumplidas.
Y es que, a pesar de algunas virtudes tan indiscutibles como las interpretaciones de sus citados protagonistas o la magnífica dirección de Gray, 'El sueño de Ellis' nunca terminaba de arrasar a nivel emocional, resultando una cinta tan admirable en la forma como decepcionante y gélida en el fondo. Una pequeñísima mancha en el historial del cineasta neoyorquino.
'Quills'
Película extraña a la que el paso del tiempo no ha ayudado tanto como uno podría esperar tras un primer visionado, 'Quills' se beneficiaba al máximo de un reparto modélico para alcanzar su nivel máximo. Y es que, claro, si tienes de tu lado a Joaquin Phoenix, Kate Winslet, Geoffrey Rush y Michael Caine, tienes muchísimo ganado. Solamente por disfrutar del talento de este apabullante reparto merece la pena regresar a la notable propuesta de Philip Kaufman.
'Brigada 49'
Todas las piezas están ahí, la emoción, los buenos personajes, la tensión, el drama y la espectacularidad, pero, sin embargo, nada termina de llegar a un lugar realmente interesante en 'Brigada 49'. Digamos que estamos ante una de esas películas que se dejan ver, que no dejan huella, ni de cerca, pero que tampoco aburren en ningún momento. Una cinta correcta en la que, eso sí, resulta un auténtico placer ver a Joaquin Phoenix merendándose sin piedad a todos y cada uno de sus compañeros de reparto.
'Buffalo Soldiers'
Una de las primeras películas que demostró que Joaquin Phoenix puede cargar sin ningún tipo de problema con el peso prácticamente total de una historia. No es tan divertida ni inteligente como se cree, pero, oye, resulta un entretenimiento lleno de mala leche con alguna que otra escena digna de ser recordada y una interpretación sensacional del actor. No es poca cosa para recomendar 'Buffalo Soldiers'.
'Irrational Man'
'Irrational Man', historia de un profesor de filosofía sumergido en una crisis existencial que, acompañado por una joven estudiante de universidad, descubre una motivación vital de la manera más radical y extrema posible, la cual no descubriremos para mantener el ligero factor sorpresa, es puro Woody Allen. ¿Lo mismo de siempre? No caeremos otra vez en la trampa.
El director aprovecha la situación para elaborar un misterio de forma hitchcockiana y esencia Dostoievski que mira a sus hermanas mayores 'Match Point' y 'Delitos y faltas' con respeto, sin ansias de plagio, dando una vuelta inesperada gracias a su protagonista. Aquí hay tragedia, pero desarrollada con una incómoda ilusión capaz de mezclar el buen sexo y un buen desayuno con la venganza, la justicia y, claro, la filosofía que va de la oscuridad a la luz. Todo ello representado en la mirada y gestos de un Joaquin Phoenix que aprueba con nota aportando su personalidad por encima de los clásicos tics de sello Allen. Otro tremendo reto superado con suma facilidad.
'No te preocupes, no llegará lejos a pie'
En la estupenda 'No te preocupes, no llegará lejos a pie', estupendo biopic sobre John Callahan, Joaquin Phoenix encontró uno de esos personajes 'caramelo' para cualquier intérprete. Una oportunidad de oro para brillar que, evidentemente, el actor no dejó pasar, aportando dosis extra de ternura, carisma y sentido del humor a una película que, gracias también al talento de su director, el imprevisible Gus Van Sant, se alejaba por completo del modelo de biografía clásica y llena de tópicos marca Hollywood. Una interpretación tan radiante como la película a la que pertenece.
'Los Hermanos Sisters'
Dirigida por el siempre interesante Jacques Audiard, 'Los Hermanos Sisters' se ha terminado ganando un más que merecido lugar entre los mejores westerns de las últimas décadas. Una película formidable desde todos los puntos de vista que encuentra en la complicidad, química y enorme talento de sus dos protagonistas a su virtud definitiva. Memorables Joaquin Phoenix y John C. Reilly.
'Beau tiene miedo'
Pocas películas en 2023, por no decir ninguna, podrán provocarte sentimientos tan extremos como 'Beau tiene miedo'. No hay otra posibilidad que la de salir de esta experiencia inclasificable con la fascinación a flor de piel o pidiendo la devolución inmediata de tres horas de tu vida. En cualquier caso, la película del genial Ari Aster bien merece el intento de sumergirse en ella aunque solamente sea para gozar con el enésimo recital de un Joaquin Phoenix situado más allá del elogio en uno de los personajes más complicados y exigentes de su trayectoria.
'La otra cara del crimen'
En su segundo trabajo, 'La otra cara del crimen', James Gray amplió, mejoró y reforzó los pilares básicos que habían sustentado su estupendo debut, 'Cuestión de sangre'. Y es que, apoyado sobre los hombros de un guion de acero firmado por el propio director y Matt Reeves, la cinta compartía el mismo ADN que su predecesora, pero lograba sus objetivos artísticos de una manera más redonda, potente y convincente.
Con un reparto de auténtico lujo en el que destacaban las interpretaciones de Mark Wahlberg, Charlize Theron, James Caan, Faye Dunaway y, especialmente, un enorme Joaquin Phoenix, 'La otra cara del crimen' suponía la primera película sobresaliente de un cineasta que confirmaba a lo grande todas las expectativas e ilusiones depositadas en él.
'En realidad, nunca estuviste aquí'
Historia de venganza callada, traumas insostenibles y sangre soñadora, explosiva y libre, 'En realidad, nunca estuviste aquí' es una de esas películas incapaces de encontrar el término medio. Amada y odiada a partes iguales, la adaptación cinematográfica de la novela de Jonathan Ames firmada por Lynne Ramsay es, por encima de todo, un despliegue visual tan fascinante como hipnótico, auténtico festival de escenas de una belleza extraña que, en casi todo momento, descansan sobre el rostro de un Joaquin Phoenix pletórico. Él es el arma afilada de una cinta que, en sus mejores momentos, no le necesita más que a él para dinamitar expectativas y convencer a los incrédulos. Poesía herida en la mirada de un actor.
'C'mon C'mon. Siempre adelante'
'C'mon C'mon. Siempre adelante' es una de las grandes joyas escondidas en el siglo XXI de Joaquin Phoenix. Una preciosa película escrita y dirigida por un inspiradísimo Mike Mills que conquista sin trampas y emociona sin golpes lacrimógenos, sirviéndose exclusivamente de una gran historia y dos fantásticas interpretaciones por parte del citado Phoenix y un increíble Woody Norman para alcanzar la excelencia. No os la perdáis.
'I'm still here'
La exageración es siempre una posibilidad pero, con 'I'm still here', Joaquin Phoenix ridiculizó todo un universo repleto de falsedad, hipocresía y vacío a través de una actuación que, más allá de lo icónico de su aspecto, sirve para medir los niveles de grandeza de un gigante que, más disfrazado que nunca, decidió desnudarse como nunca antes lo había hecho. Muchos creyeron que se había vuelto loco, que el mundo del cine perdía a un actor inigualable.
Cuando se desveló el secreto, cuando el mago explicó el truco, casi todos se sintieron estafados. Con el tiempo, lo que queda de aquel experimento ridículo y asombroso a partes iguales es un actor en permanente estado de gracia, un Phoenix pasándoselo pipa mientras se pierde en un personaje que no deja de ser el reverso oscuro de un paisaje que siempre ha intentado esquivar. ¿Exceso de locura? Casi todos los genios la tienen.
'Napoleón'
Todo es gigantesco, excesivo, deslumbrante y abrasador en 'Napoleón', la última y sobresaliente película del maestro Ridley Scott. Y eso incluye, casi que con los mismo términos, la interpretación de un Joaquin Phoenix que se lo pasa en grande de inicio a fin. Un trabajo que demuestra que la racha inigualable del actor sigue más que activa. La guinda de uno de los grandes monumentos cinematográficos del 2023.
'La noche es nuestra'
'La noche es nuestra' podría entenderse perfectamente como el sobresaliente cierre de una hipotética (y fascinante) trilogía sobre el crimen y la familia tras las notabilísima 'Cuestión de sangre' y 'La otra cara del crimen'. Sin embargo, aquí nos encontramos con un James Gray mucho más consciente del material con el que está trabajando, menos impulsivo e incisivo que en sus trabajos anteriores y más concentrado en obtener la mayor intensidad de todas y cada una de sus escenas. Una sensación que se transmite también desde el reparto, ámbito en el que destaca, una vez más, la interpretación salvaje y desgarradora de un inmenso Joaquin Phoenix.
'Señales'
'Señales' no tenía nada fácil mantener el listón que habían dejado 'El protegido' y 'El sexto sentido' y, efectivamente, no consiguió alcanzarlo, pero, cuidado, eso no nos debe confundir, porque estamos ante una película magistral cuyas virtudes se siguen redescubriendo en cada nuevo visionado.
Usando un género tan manido como el de las invasiones extraterrestres, M. Night Shyamalan construye un nuevo relato sobre el terror en todas sus dimensiones sumando, en esta ocasión, la fe y el equilibrio familiar, la necesidad de superar traumas que creemos imposibles de olvidar y, por encima de todo, la redención total. No es poca cosa para una película que, de nuevo, tiene como mejor virtud la maestría de su director a la hora de crear escenas que nos hacen agarrarnos a la butaca y no soltarnos, además de un reparto inspiradísimo donde destacan unos Mel Gibson y Joaquin Phoenix merecedores de la codiciada etiqueta de perfectos.
'El bosque'
Todas las influencias de M. Night Shyamalan están presentes en 'El bosque', una obra maestra que irradia poesía cinematográfica en cada una de sus escenas. Complicado, casi imposible, destacar una por encima de las demás. La conversación entre los maravillosos Joaquin Phoenix y Bryce Dallas Howard, el primer ataque de los monstruos al pueblo, esa mano esperando en medio del silencio y, sí, ese desenlace inesperado, giro final nada gratuito que aporta la dimensión total a una película que, hasta ese punto, ya había conseguido el suficiente número de triunfos como para respirar tranquila.
Ese epílogo, puro Shyamalan, condensa toda la esencia de un clásico contemporáneo que sirvió también para marcar la primera batalla entre el amor y el odio de un director que, por encima de todo lo demás, ofreció un recital de puesta en escena, pulso narrativo, resoluciones visuales y, volvemos, belleza.
'En la cuerda floja'
A los biopics hollywoodienses los carga el diablo, eso lo tenemos todos claro, pero no siempre caen en su propia trampa. En 2005, el director James Mangold se atrevía a contar la historia de un artista tan complejo y apasionante como Johnny Cash con 'En la cuerda floja', una de sus mejores películas hasta la fecha. Como ocurre casi siempre, un porcentaje considerable del triunfo o fracaso de este tipo de proyecto se basa en la interpretación de su protagonista, en el actor o actriz que se atreva a dar vida a un rostro, una voz, unos movimientos y una personalidad ya conocida, sin margen para la sorpresa, con poco espacio para el riesgo y con muchas posibilidades para caer en la parodia o imitación más risible. Sin embargo, cuando se anunció que Joaquin Phoenix sería el responsable de semejante tarea, todos respiramos con tranquilidad. Es lo que tiene apostar sobre seguro.
A pesar de que los premios terminaron cayendo del lado de su acompañante, una notable Reese Witherspoon, el trabajo que realizó el actor suponía un paso más hacia una consagración inminente, la certeza que daba la razón a aquellos que intuían que, a su carisma feroz, carácter endiablado e imponente presencia en pantalla, se podía sumar una tristeza desoladora, una capacidad para transmitir el sufrimiento más atroz, una precisión milimétrica para fundirse con el personaje, una grandeza basada en los detalles más mínimos. El mismísimo Johnny Cash aparecía ante nuestros ojos.
'Gladiator'
Cómodo, ese villano con mirada de serpiente, ese ser humano despreciable capaz de todo por conseguir poder, tenía el rostro de un actor llamado Joaquin Phoenix. No, no era ni mucho menos su primera película, pero nunca antes había conseguido transmitir tantísimas cosas con los mínimos elementos. Plantando cara a un Russell Crowe que parecía intratable en aquel comienzo de década, Phoenix conseguía en 'Gladiator' lo que parecía imposible: adueñarse de cada una de las escenas en las que aparecía y mantener atado en corto al fantasma del exceso y la sobreactuación que siempre planea sobre un personaje de estas características.
Su interpretación fue uno de los elementos más aplaudidos de una cinta que si bien no encontró continuidad en su reivindicación del género, sí que se convirtió en influencia directa para muchos trabajos similares. Todos los factores ayudaron para que su vigencia siga intacta. Y el fabuloso trabajo de Joaquin Phoenix es uno de los más evidentes.
'Two Lovers'
'Two Lovers', una de las películas más sobresalientes del gran James Gray, se apoyaba en una interpretación protagonista de Joaquin Phoenix marcada por la contención, la desolación interna y el nudo de la garganta omnipresente. Alejado del exceso, un terreno en el que podrían haber caído muy fácilmente unos cuantos compañeros de profesión, el actor consigue transmitir todo lo que su personaje siente en cada momento de este tremendo drama romántico con una sutileza deslumbrante, manteniendo siempre el equilibrio exacto entre la melancolía y el dolor. El más complejo y difícil de los puntos intermedios.
'The Master'
La historia de dos bestias salvajes, animales impulsivos, atormentados, títeres en manos de una idea o un trauma, profundamente doloridos, escondidos tras alcohol y discursos, terapias y torturas, golpes y soledad, resuena como un eco en medio del desierto. Uno no sabe de donde proviene la potencia de una obra como 'The Master', pero no ceja en su empeño de encontrarla. Sabe que está viendo algo magnífico y, al mismo tiempo, profundamente repulsivo. El Lancaster Todd que crea el añorado Philip Seymour Hoffman, un encantador de serpientes dominado por una cobra cerebral y aterradora (espectacular, otra vez, Amy Adams) no necesita más que su voz para penetrar en las mentes derrotadas tras la cobardía, la ingenuidad o la guerra que nunca termina.
El Freddie Quell que crea un Joaquin Phoenix para la historia, un perro salvaje, borracho, primigenio, impulsivo, refugiado en el sexo salvaje y enfermizo, refleja en su mirada la cárcel mental en la que se encuentra encerrado, la esperanza por buscar una solución, un reencuentro y una compañía en la butaca de al lado. Su relación, fraternal, tóxica, tierna, infantil, enferma, es el centro de una asombrosa película que utiliza el origen de la Cienciología como mera excusa para profundizar en el cerebro de dos mentes destruidas, convertidas en restos de un naufragio emocional que jamás podrá superarse. Clásico instantáneo. Gran cine en su estado más puro.
'Her'
Puestos a elegir, aunque cualquier camino que tome una crítica es aceptable en este caso, digamos que 'Her' triunfa en todas y cada una de sus vertientes, alcanzando su punto más alto en la descripción de los distintos estados emocionales, las distintas etapas psicológicas y sensitivas, de una historia de amor. La ilusión, el sexo, la decepción, la ternura, las dudas, todo, absolutamente todo, está contado con suma delicadeza, con genio constante, en un guion firmado y dirigido por el mejor Spike Jonze.
Es a lo largo de la relación entre sus dos protagonistas, Theodore (humano con el rostro de un Joaquin Phoenix sencillamente inolvidable) y Samantha (inteligencia artificial con la voz de una hipnótica Scarlett Johansson) donde la película descansa todo su imponente registro de mensajes transparentes para concluir su reflexión total sobre el papel del individuo en el futuro que está detrás de esa puerta que todos tenemos delante y a la que nos dirigimos sin descanso, pero también del papel del amor. Ayer, aquí, ahora y mañana. La necesidad de encontrar un lugar al que agarrarnos, un nuevo descubrimiento cuando todo se está resquebrajando. La importancia de escuchar una voz. La voz. Obra maestra. Una de las películas esenciales del siglo XXI.
'Joker'
Antes del estreno, 'Joker' ya había conseguido despertar una cantidad industrial de comentarios a favor y en contra solamente con un puñado de imágenes previas y un celebradísimo trailer. Sin embargo, tras su llegada a la cartelera, la película de Todd Phillips obtuvo una unanimidad mucho más cercana a la pasión que al odio, principalmente por una de esas interpretaciones destinadas a perdurar en el tiempo y la memoria.
Y es que, incluso para los detractores de la cinta, el trabajo de Joaquin Phoenix es algo muy parecido a un (antológico) recital. Imposible enumerar la cantidad de escenas inolvidables que regala un actor entregado al máximo, pletórico, inconmensurable. Parecía imposible reinventar al Joker, pero lo consiguió. Una actuación (y Oscar) para la historia.