Con solamente ocho largometrajes, siete si tenemos en cuenta la esencia real de 'Digimon: La película', Mamoru Hosoda se ha convertido en uno de los grandes maestros del cine de animación de los últimos años. Un autor total que se sitúa cada vez más cerca de tronos tan destacados como los que ocupan Satoshi Kon, Katsuhiro tomo, Mamoru Oshii o Hayao Miyazaki. Casi nada.
Experto en el manejo de la aventura más trepidante, la emoción más contagiosa y el perfecto uso del lenguaje visual como vehículo narrativo de inequívoca eficacia, Hosoda está construyendo una carrera repleta de hallazgos, momentos cinematográficos inolvidables y personajes e historias destinadas a perdurar en el tiempo. Obras que hipnotizan en lo visual y conmueven con la precisión exacta de la belleza.
Por eso, y pese a contar con un pequeño traspiés en su carrera, Mamoru Hosoda es uno de esos cineastas cuyos estrenos se reciben con justificada expectación, resultando acontecimientos que, en la práctica totalidad de las ocasiones, superan toda expectativa a base de cine en estado puro, enérgico y delicado. Un genio sobre el que depositar numerosas esperanzas a la hora de seguir sumando obras maestras a la animación contemporánea.
Las películas de Mamoru Hosoda, de peor a mejor
'Digimon: La película'
Resultado de la unión entre dos cortometrajes de la serie y la verdadera primera película de la saga en Japón, 'Digimon: La película' es, con amplia diferencia del resto, el peor de los trabajos estrenados hasta la fecha por Mamoru Hosoda. Imposible encontrar alguna pista del genio posterior de un autor que sucumbía a las exigencias de un universo del que, por más unido que estuviera en los comienzos de su trayectoria, nunca supo extraer todo el potencial que conseguiría de sus trabajos más personales.
'One Piece: El barón Omatsuri y la Isla Secreta'
Incluso para las personas que no estén familiarizadas con el extensísimo e inabarcable universo de 'One Piece', la dirección de Mamoru Hosoda en esta 'One Piece: El barón Omatsuri y la Isla Secreta' es un auténtico disfrute. Poco importa que conozcas lo mínimo (o nada) de estos personajes, la capacidad como narrador del cineasta japonés es tan fabulosa que terminarás vibrando con esta aventura de ritmo imparable, gran sentido del humor y escenas de una espectacularidad salvaje. Lo que vino después en la carrera de Hosoda fue una revelación, está claro, pero aquí ya se podía identificar a un soberbio director.
'Mirai, mi hermana pequeña'
Pese a que estaban presentes muchos de los elementos más representativos de la obra de Mamoru Hosoda, 'Mirai, mi hermana pequeña' resultaba en muchas momentos una experiencia frustrante por la excesiva parsimonia con la que el cineasta decidía narrara una historia que, a la hora de la verdad, funcionaba mucho mejor sobre el papel que en la pantalla. Destellos innegables de genialidad, un desenlace muy potente, lo más destacado de la propuesta con amplia diferencia, y algunas postales de belleza incontestable son los puntos más rescatables de una obra menor en la filmografía de su responsable.
'Los niños lobo (Wolf Children)'
Película de embriagadora ternura y destacado alcance emocional, 'Los niños lobo (Wolf Children)' resulta, con toda probabilidad, la propuesta más encantadora de la trayectoria profesional de Mamoru Hosoda. Empujada al infinito por una colección de personajes que te atrapan desde su primera aparición, sin importar su condición de protagonistas o secundarios, esta obra maestra fluye con la magia de los mejores cuentos, emociona con la destreza de las mejores historias y te conquista con la fuerza de las mejores películas. Magistral.
'Summer Wars'
De nuevo la ciencia ficción se convierte en el maravilloso campo de juego para que Mamoru Hosoda despliegue su impresionante arsenal de talento, precisión y manejo absoluto del ritmo narrativo y la dosificación emocional en 'Summer Wars', otra película elevada a los altares de la animación imprescindible. Una historia tan compleja en su interior como disfrutable en su trepidante sentido de la acción, vertiginosa en sus momentos más espectaculares y profundamente conmovedora en los instantes más íntimos. En definitiva, otro trabajo para el recuerdo.
'La chica que saltaba a través del tiempo'
La primera gran obra maestra de Mamoru Hosoda llegó con viajes en el tiempo, dramas románticos adolescentes, precioso acabado visual, personajes memorables y una historia que crecía sin prisas y con paso firme hasta lograr una emoción arrebatadora. Convertida con justicia en un clásico de la animación japonesa de las últimas décadas, 'La chica que saltaba a través del tiempo' sigue resplandeciendo con la luz única e inconfundible de las joyas inoxidables. Una absoluta maravilla de inicio a fin.
'El niño y la bestia'
'El niño y la bestia', otra genialidad marca de la casa Hosoda, es un ejemplo especialmente contundente de la capacidad del cineasta a la hora de equilibrar un despliegue visual de primer nivel, marcado por importantes dosis de acción espectacular, con historias repletas de ternura. En esta ocasión, además, nos trae una de esas amistades cinematográficas que solamente el séptimo arte es capaz de regalarnos y que se ubica directamente en la memoria. Una joya de perfección técnica y emocional capaz de conquistar incluso a los menos entusiastas del género animado.
'Belle'
La última película estrenada hasta la fecha por el maestro Hosoda ha resultado ser la más completa, emocionante, inspirada y memorable de su radiante trayectoria. Y es que, desde su fascinante prólogo hasta uno de esos desenlaces que se disfrutan con el corazón encogida y la lágrima felizmente asentada en el rostro, 'Belle' es una proeza técnica y dramática de primer nivel. Combinando la ciencia ficción más reconocible, trazando evidentes e inspirados paralelismo con la realidad, con el universo de 'La bella y la bestia', esta obra maestra resulta excelsa en la totalidad de sus apartados. La demostración de que, además de un glorioso pasado, el presente del cineasta japonés rima con la matrícula de honor.