De 'Shoah' a 'La flor', 10 de las películas más largas (y mejores) de la historia

Peter Watkins es autor del que se considera el documental más largo de la historia, 'Resan' (The Journey), que a través de más de 14 horas de metraje pregunta sobre el impacto de la tecnología nuclear a personas desconocidas de todo el mundo. Pero también teórico del audiovisual y uno de los cineastas más adelantados a su tiempo, que supo prever las consecuencias que los formatos televisivos, el falso documental y la telerrealidad tendrían sobre la política y la sociedad del espectáculo, como demostró en 'The Gladiators', 'Punishment Park' y 'El juego de la guerra', por la que ganó el Oscar a mejor documental.

Su último largometraje recoge sus estudios y prácticas cinematográficas, desarrolladas en esta ocasión sobre un hecho real, la primera toma de poder político por parte de la clase obrera europea, que tuvo lugar entre los meses de marzo y mayo de 1871 en París. Rodada en apenas dos semanas, aborda con rigor exhaustivo los sucesos que lo desencadenaron a través del seguimiento televisivo de la noticia. El trampantojo anacrónico es doble, todo sucede en un decorado con la presencia de las cámaras de unos reporteros de televisión involucrados en la revuelta y la tergiversación en contrapunto de un informativo de Versalles, afín al poder. Además de una lección de historia en la que los actores se quitan la máscara de sus personajes y expresan su opinión a cámara, la película invita a reflexionar acerca del control que tienen los medios sobre la realidad. Intermedio la editó en DVD en España.

Duración: 345 min (6 horas)

Cada vez más reivindicada, recientemente ha sido objeto de retrospectivas en Filmadrid, Doclisboa y L'Alternativa de Barcelona, la obra de Boris Lehman sigue siendo uno de los tesoros por descubrir del cine documental. El cineasta belga ha convertido el cine diario y la performance en un arte personal e intransferible, porque en sus películas nunca parece que se trate de nada de eso, sino de capturar su paso por la vida y su propio mundo, su Babel de recuerdos, viajes y amistades por las calles de Bruselas.

Rodada a lo largo de la década de los 80, mediante su voz en off y estampas caseras, en las que aparece llevando a cabo tareas cotidianas, recopila cartas escritas a sus amigos o captura encuentros con ellos, da forma a una película río, sin rumbo aparente, que despliega su caluroso sentido del humor y nos invita a abrazar su propósito último: En sus propias palabras, Boris Lehman "filmaba para amar y ser amado".

Duración: 380 min (6 horas)

'La mejor juventud' aspira a ser un fresco histórico a través del relato íntimo de una familia a lo largo del tiempo, con la que recorremos la convulsa historia italiana de la segunda mitad del Siglo XX, desde los años 60 a la actualidad. Aunque se trate de un largometraje convencional en lo narrativo y formal, más próximo a las formas televisivas que a lo cinematográfico, en su extensión adquiere una emoción desbordante al desplegar sus tramas por los recovecos y los surcos del tiempo. Se estrenó en el Festival de Cannes, llegó a cines españoles dividida en dos mitades y posteriormente se emitió en televisión en formato miniserie.

Duración: 400 min (7 horas)

La película que hizo de Béla Tarr un cineasta de culto no podía faltar. Un maestro de la contemplación que escarba en las consecuencias que tuvo en la sociedad rural húngara la caída del comunismo. Y lo hace con una sinfonía en blanco y negro, repleta de planos fijos y planos secuencia imposibles de larga duración alejados de cualquier intención narrativa, que como en las grandes películas de Dreyer o Tarkovski nos invitan a pensar quién (o qué) hay detrás de la cámara, como el de una vaca con el que abre la película, toda una declaración de intenciones.

Duración: 450 min (8 horas)

Pocas óperas primas han tenido el impacto en el panorama de festivales que 'Al oeste de los raíles', el celebrado documental con el que se dio a conocer el realizador chino Wang Bing, que carecía de experiencia ni formación previa en el cine cuando se dispuso a grabar con su videocámara la decadencia de un barrio de la ciudad de Shenyang. Filmada a lo largo de más de un año y estructurada en tres partes, no solo refleja el fin de una forma de vida y denuncia las condiciones laborales de la China contemporánea, de la que se ha convertido en una voz crítica, sino que supone un acto de compromiso al acompañar a sus personajes y convivir en el espacio durante tanto tiempo.

No se trata en cualquier caso del largometraje más extenso de Wang Bing, que continuaría trabajando con la larga duración en proyectos más próximos al ámbito museístico como 'Crude Oil', que a lo largo de 14 horas se adentra en la rutina de los trabajadores de una explotación petrolífera, o '15 Hours' en la que documenta una jornada laboral en una fábrica textil. El Museo Reina Sofía organizó en octubre de 2018 una retrospectiva de su obra completa, la primera en España.

Duración: 556 min (9 horas)

El documental por excelencia del holocausto, una obra monumental que debería ser de visionado obligatorio, con la que Claude Lanzmann sentó un precedente a la hora de abordar la memoria histórica renunciando a los documentos audiovisuales históricos. Sin usar imágenes de archivo, se desplaza a los espacios en los que sucedió lo innombrable y conversa con los supervivientes para devolver al presente la herida abierta por el nazismo.

Duración: 566 min (9 horas)

Hablar de películas largas es hablar de Lav Diaz. De hecho, podríamos hacer una lista similar a esta solo con su filmografía, el cineasta filipino cuenta con varias películas que superan las cuatro horas de duración. En cualquier caso, ninguna supera al largometraje que le dio a conocer en todo el mundo, 'Evolution of a Filipino Family'.

Hablamos de proyecto que desarrolló a lo largo de casi una década y que casi acaba con su carrera antes de empezar (el tránsito del celuloide al digital el obligó a volver a rodar gran parte del material y tuvo que montar toda la película de nuevo), pero que no solo le colocó en un lugar destacado del denominado "slow cinema", etiqueta que película tras película con su depuración técnica se ha encargado de poner en duda, sino que constituye la base de una desgarradora y monumental obra que se enfrenta a la memoria histórica de su país y a las amenazas del presente. Lo que le caracteriza es su mirada a ras de suelo, capturando el punto de vista de los marginados que sufrieron la dictadura de Ferdinand Marcos con un enfoque formal sucio y descarnado que retrata la miseria y la injusticia desde el dolor más profundo.

Duración: 643 min (11 horas)

El cine de Jacques Rivette es como un pasillo repleto de puertas que dirigen a otros mundos, a otras historias, un constante juegos de espejos que sublimó en 'Out 1', que acumula tantos personajes que sería imposible poder resumir en un único argumento. Esta locura que se salta cualquier norma narrativa no habría sido posible sin la complicidad de sus amigos, entre los que se encuentran en el reparto el mítico Jean-Pierre Léaud o Barbet Schroeder.

Duración: 773 min (13 horas)

¿Qué más decir de la película de Mariano Llinás? Pues muchas cosas, entre ellas por ejemplo conviene señalar que en cada uno de sus episodios 'La Flor' no deja de ser un retrato de mujeres bellas fuertes (como cantarían los también argentinos Él mató a un policía motorizado), en contraposición con hombres pusilánimes, patéticos, controladores, maltratadores y hasta violadores.

Un mensaje acorde a los tiempos que vivimos que irrumpe con enorme fuerza y justicia, porque sin ellas, estas cuatro actrices todoterreno, que abarcan múltiples sentimientos y personalidades, una película así sería imposible. Solo una de las múltiples lecturas que podríamos extraer de su visionado. Allá donde estén, no se la pierdan.

Duración: 840 min (14 horas)