El amor, esa fuerza que late y que nadie es capaz de detener porque, ¿hay algo más poderoso que ese sentimiento? Probablemente no y eso es algo que la extensa cinematografía sobre el tema nos ha demostrado. Hay amores de todo tipo. Amores a tus padres, a tus hermanos, a tu novio, a tu novia, a tus mascotas, a uno mismo. Pero si hay un amor que nos encanta y que nos hace vibrar y sentir, ese es el amor intensito.
Dentro de este "subgénero" romanticón tenemos a una figura que sobresale sobre todas los demás. Se trata de Nicholas Sparks, autor de novelas y uno de los principales representantes de la temática amorosa. El escritor es especialmente conocido por 'El diario de Noa', su libro y adaptación a la gran pantalla más famosos. Desde que en 1999 se estrenara 'Mensaje en una botella', han visto su conversión a película más de una decena de sus novelas. Todas ellas unidas por un punto en común: el amor.
Sparks lleva más de una década ofreciéndonos diversas historias románticas, y es que es uno de los autores más prolíficos de este tiempo, contando en su haber con cerca de veinte novelas. Desde 'Mensaje en una botella' hasta 'El viaje más largo', sin olvidarse de 'Lo mejor de mí' o 'Noches de tormenta', sus relatos mantienen varios detalles característicos de su prosa. Todas ellas tienen algo de ese aire sureño que tanto le gusta, así como la tragedia o el sentimiento patriótico tan propio de los americanos. Morir por un acto de valentía o alistarse para ir a la guerra son un habitual en su escritura.
Sinfín de caras conocidas
Las historias de Nicholas Sparks han sido llevadas a las salas con el protagonismo de muchas caras conocidas. Que cada uno juzgue la calidad de este cine, pero lo que nadie puede negar es que sabe cómo venderse. Richard Gere, Robin Wright, Miley Cyrus, Scott Eastwood, Channing Tatum, Mandy Moore, Rachel McAdams y Ryan Gosling son algunos de los actores que se han dejado atrapar por estas líneas de guion llenas de sentimiento llevado al extremo.
Las películas de Nicholas Sparks, de menos a más intensitas
El viaje más largo
El rollo country de Nicholas Sparks está siempre presente en todas las adaptaciones de sus novelas, pero sin duda 'El viaje más largo' se lleva la palma. La película que protagonizan Scott Eastwood (Luke) y Britt Robertson (Sophia) no es, ni de lejos, la mejor película romántica. Con una estructura más que vista a lo largo de los trabajos del autor, la cinta trata de crear un conflicto entre los integrantes de la pareja, quienes llegan, cómo no, de mundos distintos. Mientras que la sofisticada Sophia busca la ciudad y sus galerías de arte contemporáneo, Luke no comprende esas "líneas sobre un lienzo" que cuestan un riñón. Aquí surge el principal problema entre ellos, pero de un modo muy repentino y poco trabajado. El momento en el que la protagonista le echa en cara al hijo de Clint Eastwood "lo difícil que ha sido encajar" en su mundo, uno comienza a replantearse que alguna escena se haya perdido en la sala de montaje, y es que en ningún momento parece que Sophia realice un esfuerzo sobrehumano por aprender el bello arte de la monta de toro a la que se dedica el amor de su vida.
Esta película contiene una doble historia, pues al mismo tiempo que nos introducen y desarrollan el amor entre los protagonistas, nos cuenta cómo fue la vida de Ira y Ruth. Unos jóvenes de los años 40 (ay, ya pensábamos que iba a faltar ese toque patriótico) que se enamoran locamente. Ambos tratarán al pequeño alumno de Ruth, ninguneado por su familia, como si fuera el hijo que nunca podrían tener. Pero el celoso y poco encantador hermanastro que cuida del niño generará una brecha de proporciones épicas entre la pareja, ya que se niega a que su medio hermano sea adoptado por ellos por mucho que lo tenga descuidado. Sin embargo, varias décadas después y con su esposa muerta, Ira descubrirá que el niño guardó hasta el día de su muerte una fotografía de la pareja y que se convirtió en profesor, al igual que la que pudo haberse convertido en su madre. Conmovedor, ¿verdad?
Mensaje en una botella
Se trata de la primera adaptación de una novela de Nicholas Sparks en llegar a la gran pantalla. En este caso, Theresa (Robin Wright) es una periodista del Chicago Tribune que un día descubre en la playa una botella que guarda una carta en su interior. Su remitente le dedica unas preciosas palabras a una tal Catherine. Theresa se enamorará de la carta, la cual terminará siendo publicada en su periódico, convirtiéndose en el primer paso para encontrar a su autor. Tras varias informaciones, Theresa se traslada a Carolina del Norte por unos días, donde descubre que Garrett (Kevin Costner) es el responsable de ese mensaje en la botella. El amor nacerá entre ellos y la protagonista descubrirá que la destinataria de aquella carta no era otra sino la mujer muerta de Garrett.
La pareja vive un romance durante varios días que después se traslada a Chicago con la visita que Garrett le hace. Lo cierto es que esta película plantea la historia de amor más coherente del autor, sin juramentos de amor eterno forjados en dos días. Pero el momento en el que Garrett descubre que Theresa conocía el mensaje en la botella será decisivo, marcando un punto y aparte en la relación de la pareja. Aquí no termina la historia, y es que lo peor está por llegar. Finalmente, Garrett consigue dejar atrás su pasado, para lo que decide emprender un viaje en su propio barco y volver junto a su amada Theresa. La desgracia de los acontecimientos, la fuerte tormenta y la valentía de Garrett harán que este se ahogue mientras trataba de salvar a una familia en alta mar. Cómo le gusta a Sparks una muerte trágicamente heroica.
Querido John
'Querido John' tiene lo que más le gusta a Nicholas Sparks: cartas, patriotismo y un amor imposible. Estos ingredientes nos traen una película protagonizada por Channing Tatum y Amanda Seyfried en donde él, John, es un soldado de las Fuerzas Especiales y ella, Savannah, una estudiante universitaria. Dos mundos diferentes que se verán unidos en el momento en el que ambos se conozcan y comiencen a entablar una corta, pero (cómo no) intensa relación de amor. Pero el deber llama al apuesto soldado, teniendo que volver a sus obligaciones para con los Estados Unidos. Sin embargo, la distancia no es impedimento par los jóvenes, quienes vivirán su historia de amor a través de cartas, haciéndose esta más y más fuerte con cada escrito.
Savannah no puede evitar preocuparse por la seguridad de su amado combatiente, mientras que nuestro querido John no sabe qué le tira más, si el amor hacia su novia o hacia su patria. Pero un imprevisto giro de los acontecimientos cambiará cualquier perspectiva para la pareja, y es que el destino es caprichoso y les ha puesto una enorme piedra en el camino. Un buen día, Savannah informa a John de que va a casarse, lo cual deja al personaje de Tatum con menos palabras de las que ya poseía y con una relación hecha añicos. John regresa a casa tras enterarse de que su padre está al borde de la muerte (no podía faltar la tragedia en la película, ya sabéis), encontrándose también con Savannah, quien se había casado con un amigo en estado terminal por hacerle un favor. ¿Que por qué no le explica la razón de su matrimonio a John? Buena pregunta. El film cierra con el primer final abierto de todas las películas de Sparks, pero en lo que se debate si estos dos se juntan de nuevo o no, no olvidemos tapar la luna llena con el pulgar.
Noches de tormenta
En las novelas de Nicholas Sparks no son todo historias de amor protagonizadas por jóvenes adolescentes, no vayamos a creernos. Aquellos un poco más mayores también pueden gozar de esa misma intensidad sin límites en el amor. Eso es lo que les ocurre a Paul (Richard Gere) y Adrienne (Diana Lane), dos personas con sus vidas ya resueltas que se enamoran apasionadamente un fin de semana. Paul es un doctor que decide alojarse en la casa que está cuidando Adrienne con la intención de buscar la redención tras una operación que se saldó con la muerte de la paciente. Pese a que su enamoramiento se desarrolla con demasiada rapidez, algo a lo que estamos ya más que acostumbrados en estos libros, no existen mayores señales de intensidad... hasta el final de la película. Adrienne debe volver con sus hijos y Paul a un viaje que quiere realizar con el suyo (James Franco) para llevar la asistencia sanitaria a los más necesitados. Es entonces cuando los protagonistas deciden continuar con su amor vía carta, el gran elemento de estas películas. Cualquiera diría: "¿Y? ¿Dónde está la intensidad del asunto?". La verdadera tormenta se desata con algunas de las líneas que los personajes se intercambian: "Querida Adrienne, decirte adiós fue la cosa más difícil que tuve que hacer y no lo volveré a repetir". La pasión, que surge como una llama en cuestión de cuatro días. Pero la guinda del pastel nos la deja ella, afirmándole a Paul que es "una mujer madura, por Dios, no una adolescente". Gracias por la aclaración.
La última canción
Miley Cyrus es ahora una de las personas más rompedoras tras dejar de lado esa faceta infantil de 'Hannah Montana'. Pero hubo un tiempo en el que la cantante y actriz todavía era castaña y llevaba el pelo largo, un tiempo en el que protagonizó junto a Liam Hemsworth 'La última canción', título perfecto para Cyrus y sus dotes musicales. La historia nos traslada hasta Ronnie (Cyrus), una joven que se muda junto a su hermano a la casa de su padre, Steve (Greg Kinnear), en un pequeño pueblo de Georgia, donde este vive tras separarse de su esposa. Ronnie es una rebelde sin causa tras el tormento que supuso que sus padres se divorciaran. En este costero pueblo conocerá a Will (Hemsworth), voluntario del acuario por el que comenzarán a despertar sus sentimientos.
La llegada de Ronnie no es nada sencilla, y es que en un lugar en donde le cuesta horrores hacerse un hueco y sin ninguna intención de establecer relación con su padre, la única persona que le queda es su hermano pequeño. Todas sus nuevas amistades terminan por interferir en ella y no darle más que disgustos. Blaze le cuela una pulsera entre sus cosas, ocasionando que piensen que es una ladrona y Ashley, la ex de Will, le cuenta que las intenciones del chico no son buenas. En definitiva, que ante semejante panorama casi mejor volverse a Nueva York. Pero si esto no era suficiente para la joven rebelde, la chica descubrirá que su padre sufre cáncer en una etapa bastante avanzada. A partir de ahí su relación da un giro. Comienza a interesarse por la música, la vieja pasión que compartía con Steve, y a disfrutar de la compañía de este. La relación entre padre-hija eclipsa la que mantiene con el soso de Will, demostrando que las historias de amor no tienen que ser siempre entre novios. El final salpicado por la tristeza, con una Ronnie que ha dejado atrás la rebeldía, nos lo imaginamos todos. ¡Ah! Y el amor triunfa entre los protagonistas, es verdad.
La decisión (En nombre del amor)
La hasta la fecha última novela en ser adaptada a la gran pantalla nos trae a un Nicholas Sparks en horas bajas, en lo que a la tragedia se refiere. Pero vayamos por partes. La película tiene varios frentes intensitos abiertos que tendrán con el corazón en un puño al espectador más ávido de sentimentalismo. Gabby (Teresa Palmer) es una futura doctora que tiene como vecino a Travis (Benjamin Walker), un joven de apariencia chulesca que esconde en su corazoncito a un tierno chaval que, ay..., se muere por ver las estrellas y la luna junto a su amada. Cuando el novio de Gabby (Tom Welling) se marche durante unos días, la protagonista comenzará a intimar con Travis, naciendo entre ellos el romance que todos esperábamos. Sin embargo, el regreso de la pareja de Gabby pondrá patas arriba todo lo conseguido, desestabilizando la relación. Travis, movido por ese sentimiento que lo impulsa, no dudará en pedirle la mano a los padres de su amor, pese a que solo la conoce de un mes, no olvidemos el dato. Pero lo vivido ha sido tan poderoso, que es la única salida para el protagonista, como hace saber en la película. "Este mes hemos vivido una de esas experiencias que estremecen tu vida y quiero más, mucho más".
La historia continúa con el paso de los años y el matrimonio ya con hijos. Pero la tragedia se interpondrá en sus vidas, como solo las relaciones de Sparks saben hacerlo, y Gabby sufrirá un complicado accidente de tráfico que la dejará en coma. Pasan los meses y se acerca el fatídico día 90 en el que, si Gabby se mantiene en el mismo estado, Travis deberá plantearse si mantenerla conectada a la máquina de respiración o dejarla marchar. (SPOILER) El drama se apodera de este joven hasta que un día, mientras construye un pequeño mirador para su amada, recibe la sensación de que tiene que ir al hospital. Allí todos lloran, lo que nos hace ponernos en la peor situación. Pero no, Gabby ha conseguido salir del coma como si de un milagro se tratara. Todo parecía apuntar a una muerte más que segura, pero el autor no deja de sorprendernos con el triunfo del amor. (FIN SPOILER)
Cuando te encuentre
Una vez que decidió dejar atrás al personaje de 'High School Musical' que le dio la fama, Zac Efron comenzó a dejar pasar esos papeles juveniles para hacerse con otros más adultos hasta su desembarco en la comedia gamberra. 'Cuando te encuentre' le sirvió para que el público lo conociera en otro registro, pero lo cierto es que Efron como intensito no convence. A sus 25 años, Logan (Zac Efron) ha servido en tres ocasiones en la guerra por su patria, logrando salvarse varias veces por los pelos en su último servicio. ¿La razón de que haya tenido tanta suerte? El encontrarse con una fotografía de una joven, quien de inmediato se convierte en su ángel de la guarda. Logan comenzará una ardua búsqueda a pata (recorrerse varios estados andando le otorga más sentimiento de mártir al personaje) de la muchacha de la imagen hasta dar con ella. Se trata de Beth (Taylor Schilling), cuyo hermano murió en el mismo servicio en el que combatió Logan. El amor llamará a la puerta de estos dos, lo cual se verá impedido únicamente por Keith (Jay R. Ferguson), el exmarido plasta de Beth, quien amenaza con utilizar su influencia policial y política para quitarle la custodia del hijo que comparten.
'Cuando te encuentre' deja un poco de lado la intensidad de la relación amorosa entre los personajes, centrándose más en las consecuencias de esta para con Beth, Keith y el pequeño Ben (Riley Thomas Stewart). (SPOILER) Los amantes del romance intensito lo estaban deseando, y es que una buena película de este género no puede dejar de lado la tragedia. Tras una bronca entre sus padres, Ben escapa de la casa en una noche de tormenta, peligrando su vida en un río que ve aumentado su caudal. Pero en un acto de valentía de estos que tanto le gustan a Sparks, Keith morirá después de conseguir salvar a su hijo. ¿Hay muerte más noble para un personaje? (FIN SPOILER)
Un lugar donde refugiarse
Si algo bueno tiene la octava entrega en ser adaptada es el toque thriller que se sale de los cánones a los que estábamos acostumbrados. Vale que parece una tv movie de sobremesa, pero no le quitemos el mérito al hecho de intentar darle una nueva línea a la historia de amor. Katie (Julianne Hough) es una joven que escapa de una vida pasada y va a parar a un lindo pueblecito costero del sur de Estados Unidos. Allí conoce a Alex (Josh Duhamel), viudo y con dos hijos, un apuesto aspirante a convertirse en su príncipe azul que hará lo posible porque Katie se sienta como en casa. Además, también se encontrará con Jo (Cobie Smulders), una vecina con la que entablará amistad.
Aunque al principio se hace la dura, Katie termina por adaptarse a Alex y su familia, dejando atrás la historia policial que esconde y comenzando una bonita relación. Pero más complicado lo tendrá el propio Alex, quien debe hacer frente a un hijo que no ha superado la muerte de su madre a causa del cáncer que sufría. Todo un drama familiar que, pese a no tener gran desarrollo en la cinta, busca darle un mayor giro de intensidad.
Pero si pensábamos que lo habíamos visto todo y que la llegada del marido borracho al pueblo donde se aloja Katie un festivo 4 de julio no era suficiente, solo tenemos que esperar al final. Después de que los protagonistas se juren amor eterno tras salvar la vida de la hija pequeña del incendio del negocio familiar (y santuario de la madre muerte), el descubrimiento de la protagonista supondrá demasiado drama para el cuerpo. (SPOILER) Resulta que Jo no era otra que el fantasma de la esposa muerte de Alex, a quien se ve durante gran parte de la película caminando y hablando con Katie. A estas alturas, todavía no sabemos si nos encontramos ante la hija perdida de Jennifer Love Hewitt o es que a Sparks se le fue la mano con semejante final. ¡Ah! Y no nos olvidemos de la carta que Jo deja escrita antes de morir para la futura novia de su marido. Demasiado. (FIN SPOILER)
El diario de Noa
Se trata de la película y novela más conocida del autor y que más repercusión logró tener. Con un reparto encabezado por Rachel McAdams y Ryan Gosling, se ha convertido en todo un icono del cine romántico, y con razón. Todo comienza cuando Noah se encapricha por la bella Allie y no duda en hacer locuras hasta lograr que acepte salir con ella. Allie, que proviene de una familia adinerada, se niega a sentir algo por Noah, un obrero de clase baja, pero cuando el amor llama a tu puerta, no hay nada que hacer. Se trata de dos personas de mundos diferentes, con la familia de ella interponiéndose en su camino. "Era un romance poco probable. Él era un chico de campo; ella, una chica de ciudad. Ella tenía el mundo a sus pies, mientras que él no tenía dónde caerse muerto". Con estas palabras, ya desde el comienzo vamos adivinando lo complicado de la situación.
Sin embargo, el verano llega a su fin y estos jóvenes terminan por romper su relación. Noah, arrepentido y sufriendo por lo que ha hecho, decide enviarle a Allie una carta cada día durante un año. La madre de Allie las recogerá, haciendo todo lo posible porque su hija se olvide de ese chico. Años después y a punto de casarse, una fotografía en un periódico le hace ir de nuevo a ver a Noah, dando la bienvenida a ese amor que había tenido guardado durante tanto tiempo. Además del toque sureño, la presencia de la guerra y las cartas, a esta película le faltaba un detalle para alcanzar esa intensidad propia de Nicholas Sparks: la tragedia del amor. La cinta es el relato de Duke, quien le lee a una compañera de residencia la historia entre Noah y Allie. Según avance la película descubriremos que esta entrañable pareja es la versión octogenaria de los enamorados Noah y Allie, a quienes el destino ha vuelto a jugársela con la enfermedad de ella. Allie es incapaz de recordar a su amado y cuando lo hace es únicamente por escasos minutos, volviendo pronto al olvido.
Lo mejor de mí
'Lo mejor de mí' nos lleva a dos líneas temporales relacionadas entre sí, siguiendo la estela de 'El diario de Noa'. No nos engañemos, Nicholas Sparks puede ser uno de los autores más prolíficos, pero todas sus historias comparten más de uno, y dos, puntos en común. En este caso nos encontramos ante una revisión de la mítica historia de amor, con el cambio de que se encuentra situado en un pasado más cercano. Repetimos estructura: chica de clase alta se enamora de chico de clase baja. Amor imposible, y es que el papi de ella quiere que tenga el futuro que se merece y no esté casada con un gualtrapa cualquiera. Pero si algo caracteriza a Amanda (Michelle Monaghan), la protagonista de esta historia, es la férrea decisión que la envuelve, así que no dudará en continuar con amado Dawson (James Marsden). El problema llegará poco después cuando una de esas tragedias que nos dejan sin aliento termine por romper la relación entre la entrañable pareja, eso sí, con cartas de por medio, eso que nunca falte en una buena historia romántica.
Al mismo tiempo que se nos cuenta lo ocurrido en el pasado, también somos testigos del presente, concretamente de ese reencuentro que muchos años después viven Amanda y Dawson. Los protagonistas no volvieron a saber del otro tras el final de su historia, pero un lazo en común les unirá durante un fin de semana. Será en esos días cuando conozcamos las difíciles vivencias que le tocó pasar a ella, con una hija fallecida a los dos años a causa de leucemia y un alcoholismo del que consiguió salir, a diferencia de su marido. Pero qué caprichoso es el destino, y es que pese a que Amanda tiene su vida montada, sigue queriendo a su amor de instituto. "¿Quieres que vuelva a enamorarme de ti? ¿Como si nunca hubiera dejado de quererte?", le confiesa. Ay, y nosotros con la lagrimita asomando.
Un paseo para recordar
Si hay una película que se lleva la palma, esa es 'Un paseo para recordar', la segunda novela adaptada de Nicholas Sparks y la más adolescente. Y es que las dosis intensitas no dan tregua en todo su metraje. Los protagonistas son Landon (Shane West) y Jamie (Mandy Moore), unos personajes que repiten la fórmula que reportó tanto éxito a 'Grease' en sus tiempos. Landon es el chico malo del instituto, mientras que Jamie es la chica modosita y religiosa con la que todos se meten, incluido el protagonista. Sin embargo, un terrible accidente llevará a que Landon y Jamie comiencen a intimar fuera de clase, participando juntos en la obra teatral del centro. Pese a que Landon comienza a abrir su corazón y demostrar que en el fondo de esos aires de Danny Zuco guarda una personalidad encantadora, tiene el problema de todo chico adolescente de instituto: es demasiado guay para decir hola a la margi sin grupo.
Con el tiempo, Landon consigue despegarse de esa faceta suya y despertando sus sentimientos hacia Jamie. Y mira que esta ya se lo advirtió, haciéndole prometer que jamás se enamoraría de ella. Desde el principio esta relación estaba destinada a no producirse pero, ¿qué hacemos cuando al corazón le da por pasar de la razón? El beso de Landon y Jamie en la obra de teatro termina con las burlas hacia la pareja y el enfrentamiento del chico a los que hasta hace unos días eran sus amigos. Landon y Jamie comenzarán una relación que guarda un terrible secreto: Jamie sufre leucemia y le queda poco de vida. El final de la película será un camino en donde el amor incondicional hará todo lo posible por salir a flote y, especialmente, por cumplir los sueños de la inocente Jamie. Así hasta el triste final que nos deja sin reservas de pañuelos.