Ya hemos perdido la cuenta de las veces en las que la carrera de Nicole Kidman parecía irrecuperable, perdida para siempre en el peligroso espacio que divide la admiración y el respeto de aquel maravilloso ayer con los laureles acomodaticios de un presente que no admitía demasiado respiro al riesgo, a lo inesperado, a la sorpresa. Sin embargo, si algo hemos aprendido en este sentido durante estos primeros compases del siglo XXI es que nunca debemos dar por perdida a Kidman. Jamás.
La actriz llegó al año 2000 con una carrera repleta de éxitos que habían conseguido unificar el entusiasmo de crítica y público, protagonizando pequeños grandes clásicos de la talla de 'Calma total', 'Eyes Wide Shut', 'Todo por un sueño' o 'Retrato de una dama'. Por lo tanto, la duda era si Kidman podría continuar instalada en el codiciado firmamento del Hollywood dorado, enfrentándose con firmeza al implacable paso del tiempo dentro de una industria con especial querencia por quemar calendarios. ¿La respuesta? Trabajo, trabajo y más trabajo.
Y es que, en las últimas dos décadas, hemos visto casi todas las versiones posibles de una intérprete que, más allá de su indiscutible y cegador talento, se ha mostrado valiente, atrevida, juguetona y liberada desde la madurez más deslumbrante. Veinte años en los que ha pisado géneros tan diferentes como el musical, el terror, la ciencia ficción, el thriller, el drama histórico, el melodrama romántico, la comedia, la acción, el cine infantil y hasta el terreno de los superhéroes. Y en todos ellos ha destacado con esa aura especial y única que pertenece exclusivamente a las grandes actrices de la historia. Un Olimpo del que Nicole Kidman se ganó hace tiempo formar parte.
Las películas de Nicole Kidman en el siglo XXI de peor a mejor
'Bajo amenaza'
Se ve que Nicole se quedó con ganas de más después de 'Batman Forever' y volvió a decir 'sí, quiero' al bueno de Joel Schumacher. A su lado, Nicolas Cage en baja forma. ¿Qué podía fallar? Efectivamente, todo. Si la historia ya contaba con un punto de partida visto y oído mil veces antes, 'Bajo amenaza' no solamente no conseguía sacar partido al subgénero, sino que lo llevaba a lo más profundo de sus cloacas.
Un guion con diálogos y giros alejados de la verosimilitud más básica; un director perdido en su propio ego; escenas resueltas con el talento de una piedra y dos intérpretes que saltan de lleno a una piscina vacía, absolutamente vacía. Lapidada por crítica y público, puede que estemos ante lo peor que haya rodado jamás Kidman. Una nefasta parada en una trayectoria que no merecía una mancha de semejantes dimensiones.
'El secreto de una obsesión'
Para todos los que catalogamos 'El secreto de sus ojos' como una de las obras maestras indiscutibles de la última década, un remake norteamericano protagonizado por Julia Roberts, Nicole Kidman y Chiwetel Ejiofor, no dejó de ser una advertencia sobre lo que podía pasar. Sospechas y dudas que, una vez visto el resultado final, confirman los peores presagios. Resumiendo: un desastre. Las revisiones, dentro de su discutible necesidad, deben aportar algo nuevo, es lo mínimo que se les puede pedir, justificar su existencia con algún golpe de efecto, transmitiendo aire fresco, renovación en el fondo o la forma.
Por desgracia, 'El secreto de una obsesión' fracasa en todos los frentes, incluyendo una reinvención que jamás llega. Cierto, no es una copia punto por punto, pero los cambios incluidos, lejos de sumar, restan potencia dramática a favor de un thriller tan manido como mal contado, pobre en su manejo de la tensión y el misterio, apoyado en las virtudes que ya venían de casa. El reparto hace lo que puede, pero es la pobre Nicole la que sale más perjudicada. Aparece y desaparece a lo largo del relato sin ningún tipo de coherencia, su química con Ejiofor es nula y no cuenta con una sola escena en la que pueda potenciar sus registros interpretativos. Todo mal.
'Embrujada'
El salto a la gran pantalla de 'Embrujada', una serie en la que las dosis de azúcar ya eran lo suficientemente altas como para saciar a medio mundo, se convirtió en una catástrofe de taquilla y crítica. Y no podía ser de otra manera. Nicole Kidman hacia lo que podía con lo que tenía entre manos, es decir, un personaje incapaz de despertar una mínima simpatía en un espectador que esperaba impaciente el final de la tortura. Con escenas que cuestan creer que pasaran una primera lectura de guion, 'Embrujada' es uno de los puntos más bajos de la carrera de su protagonista; una película sin gracia, perdida, insoportable en su empalagosa ingenuidad y aburrida hasta decir basta. ¿Y la magia? Desaparecida.
'Invasión'
De primeras, no pintaba todo tan mal. Un director europeo con talento contrastado, Oliver Hirschbiegel; una pareja protagonista de primera categoría, Nicole Kidman y Daniel Craig; un material del nivel de 'La invasión de los ladrones de cuerpos' y una (supuesta) mayor importancia del drama psicológico por encima del thriller/terror. Pero no, 'Invasión' se quedó a medias de todo, resultando uno de los remakes más pobres, innecesarios y aburridos de los últimos años.
Al igual que en la mayoría de ejemplos que estamos comentando, Kidman se dejaba cuerpo y alma en aportar cierta esencia a un personaje tan mal escrito que era absolutamente imposible sacar algo de recompensa. Fría, distante, incapaz de generar desasosiego o tensión salvo en momentos muy puntuales, 'Invasión' solamente servía para elevar las ganas de revisar el clásico al que intentaba homenajear.
'La reina del desierto'
La apasionante historia real de Gertrude Bell, escritora, arqueóloga, exploradora y cartógrafa que colaboró con el Imperio Británico a principios del siglo XX, no se merecía una película tan sumamente aburrida, descafeinada y carente de vida como 'La reina del desierto'. Dirigida y escrita por un irreconocible Werner Herzog, este biopic supone una de las entregas más irrelevantes y soporíferas de la trayectoria de Nicole Kidman, actriz que parece contagiarse de la desgana general hasta entregar una interpretación muy por debajo de las expectativas. Si no funciona ni ella, imaginad el resto.
'Grace de Mónaco'
El revuelo generado tras el anuncio de que 'Grace de Mónaco' inauguraría la Sección Oficial de Cannes el pasado 2014, tenía un sentido. Se veía venir. De lejos. De muy lejos. Los cuchillos preparados, las plumas bien afiladas y el verbo listo para recibir la luz verde que avisara de que el fracaso era un hecho. Y así fue. Más parecido a un encuentro de errores básicos del biopic más torpe que de película con identidad propia, el biopic de una personalidad tan interesante como Grace Kelly terminó convertido en un bostezo interminable, pomposo y ridículo en sus pretensiones, insistente en el subrayado innecesario de sus escenas dramáticas y carente de ritmo narrativo alguno. Ni siquiera Kidman conseguía brillar con un personaje que le venía, en principio, como anillo al dedo. Su interpretación se contagiaba del resto de la propuesta y caía en la nada más absoluta. En definitiva, la crónica de un desastre anunciado.
'El chico del periódico'
Uno de los pocos, poquísimos, problemas de trabajar con las palabras es que, a veces, no existen las suficientes para explicar cosas como 'El chico del periódico'. Decir que es la peor película de su director, el temible Lee Daniels, sería una más que buena pista para entender las dimensiones del naufragio colectivo que supone esta adaptación de la novela de Peter Dexter, una especie de thriller dramático ambientado en la Florida de los años setenta en la que lo que menos importa es la intriga.
Sin embargo, hay barra libre para lo grotesco, las pretensiones artísticas más cargantes y el irritante exceso, en todos los frentes, de un puñado de intérpretes que, sobre el papel, deberían haber aportado algo positivo al conjunto. No es así. En el caso de Kidman, su personaje no tiene ni pies ni cabeza, protagonizando escenas sexuales que incitan mucho más a la carcajada que al sudor y contando con el desenlace más absurdo de todos. Ella, en la que es una de sus más valiosas señas de identidad, se entrega al máximo, pero lo hace en vano. Lo dicho, indescriptible.
'Oscura seducción'
Derrochando originalidad desde su mismo título, 'Oscura seducción' es uno de esos thrillers que nacen viejos, pasados de tiempo y lugar. Más acorde con la moda que el género elevó, en casos puntuales, al nivel de arte, esta historia de amor, Internet y locura general es una de esas películas perdidas en medio de una filmografía mayoritariamente ejemplar. Probablemente, ni la propia Nicole Kidman recuerde haber participado en ella. Y la entendemos. Incapaz de generar una intriga consistente y un interés real por lo que esconden sus personajes, 'Oscura seducción' se basa en la sensualidad de su protagonista para mantener el tipo. Una vez perdida la esperanza de encontrar algún giro de guión que nos despierte del letargo, siempre nos queda la hipnosis que la mirada de Kidman puede conseguir con esa facilidad tan suya. Un don que, incluso en un trabajo de corte tan bajo, consigue brillar.
'Un largo viaje'
'El largo viaje' vendría a ser algo parecido a la versión más triste, aburrida y oxidada posible de la excelsa 'El puente sobre el río Kwai' si, además, se le sumaran unas dosis de melodrama romántico carente de toda chispa. Nada funciona más allá del lugar común en la película de Jonathan Teplitzky, incapaz de aprovechar una historia con potencial tanto épico como emocional a través de una puesta en escena y un ritmo demasiado cercano al aburrimiento total. Nada nuevo bajo el sol en una propuesta que, por si fuera poco, se permite el lujo de desaprovechar por completo la presencia de una Nicole Kidman que hace lo que puede con lo que poquísimo que tiene entre manos, resultando eclipsada por un Colin Firth nada inspirado. Una decepción en toda regla.
'Nine'
En 2009, 'Nine' era una de las grandes aspirantes a convertirse en una de las cintas más aclamadas del año. Hasta que se estrenó. Ni Rob Marshall, director del último musical ganador de un Oscar a Mejor Película ('Chicago'), ni su esencia de homenaje a esa obra maestra llamada 'Fellini, ocho y medio', ni su reparto lleno de estrellas con, atención, Daniel Day-Lewis, Marion Cotillard, Penélope Cruz, Nicole Kidman, con una presencia breve pero llena de elegancia, y Judi Dench a la cabeza, consiguieron salvar de la quema una película que fallaba a la hora de aportar nervio, sensualidad, vida, fuego a una historia que lo pedía a gritos. Lástima que nadie la escuchara con atención, o peor, que nadie supiera como encontrar la clave para llevar este musical del aprobado al sobresaliente. Desde luego, no sería por falta de recursos.
'El editor de libros'
Al lado del nulo carisma de Colin Firth y el recital de histrionismo, exceso y gestos pasados de rosca que ofrece Jude Law en 'El editor de libros', la interpretación de Nicole Kidman consigue ser lo mejor de la película sin demasiados problemas. Se trata, sencillamente, de aguantar el chaparrón de unos compañeros de reparto que no entienden de términos medios, quedándose en la nada o en el todo más irritante sin opción al equilibrio. Por eso, cada aparición de la actriz en este biopic que nació viejo resulta todo un oasis en mitad del desierto, una bola de oxígeno y talento en una película que se desinfla a cada paso hasta terminar hundida en la nada lacrimógena más obvia.
'Sígueme el rollo'
Una comedia de Adam Sandler debería tener prohibido durar más de 90 minutos. Sin embargo, aquí estamos, ante cerca de dos horas de chistes rancios, humor básico y un protagonista incapaz de despertar carcajada alguna. Menos mal que están ellas, es decir, Jennifer Aniston y Nicole Kidman, dúo de oro, para salvar a 'Sígueme el rollo' del naufragio total. Cada escena que comparten en la película es, de lejos, lo mejor de esta fallida comedia, convirtiéndose automáticamente en las auténticas estrellas de la función.
'Aquaman'
Bienvenidos al circo. 'Aquaman' es una propuesta tan genial como desastrosa, tan apasionante como catastrófica, tan genial como despistada, tan apabullante como ridícula, tan espectacular como irritante, tan excesiva como vacía. Un parque de atracciones que no entiende de descansos ni respiro y en el que sorprende (mucho) encontrar a una Nicole Kidman que, sin embargo, termina siendo de lo mejor del conjunto. Su presencia siempre es agradecida y lo cierto es que, a pesar de lo estúpido de su personaje e historia, la actriz no acepta pilotos automáticos, lanzándose de lleno a la fiesta general. Puede que aborrezca la película, pero en ningún momento transmite otra cosa que no sea disfrute.
'El Jilguero'
'El Jilguero' comenzó siendo una de las apuestas más firmes para arrasar en la temporada de premios que ha finalizada con el (maravilloso) éxito de 'Parásitos' y, tras su estreno en el célebre festival de Toronto, terminó relegada a la más absoluta indiferencia. De repente, nadie parecía querer comprobar en primera persona el crimen que, al parecer, había perpetrado John Crowley con el maravilloso best seller de Donna Tartt, mandándola directamente al infierno comercial y al olvido instantáneo.
Y lo cierto es que, una vez vista, el castigo admite poca duda: 'El Jilguero' es una propuesta sin vida, sin alma, sin corazón, sin emoción y sin capacidad para mantenerse en pie. Se trata, sencillamente, de una sucesión de escenas en búsqueda incesante por alcanzar algo parecido a la poesía visual y la profundidad dramática, un homenaje al academicismo más aburrido del que solamente se pueden salvar la interpretación de Nicole Kidman, capaz de destacar incluso en un naufragio de estas dimensiones, y la preciosa banda sonora de Trevor Gureckis. Un bagaje final para echarse a llorar.
'Retrato de una obsesión'
El principal problema de 'Retrato de una obsesión' es que, partiendo de una historia con muchísimo potencial, nunca termina de ir más allá del terreno del melodrama romántico más tradicional y vago. Todo en ella suena a ya visto, escuchado y sufrido/disfrutado en otras ocasiones, por lo que solamente nos podemos agarrar a la espléndida interpretación de una Nicole Kidman que se lo pasa realmente bien comiéndose con patatas a un claramente inferior Robert Downey Jr. con el que, por otra parte, tampoco termina de conseguir la química deseada. Una cinta que comienza tratando de ser diferente y perturbadora para terminar siendo más bien rancia y condescendiente.
'Cómo enamorar a una chica punk'
¿'Cómo enamorar a una chica punk'? Una película tan pretenciosa como vacía, tan desdibujada como autoconsciente, tan exagerada como aburrida. ¿Nicole Kidman en 'Cómo enamorar a una chica punk'? Reina absoluta. Con una apariencia que tiene en el legendario Bowie al espejo más evidente, la actriz consigue destacar con fuerza exclusiva dentro de una propuesta que nunca termina de encontrar el rumbo que quiere seguir o la velocidad con la que quiere seguirlo. Kidman es su mejor nota, su tabla de salvación, su explosión definitiva. Todas las coronas (y pinchos) para ella.
'Margot y la boda'
Cuesta creer que el tipo que ha escrito y dirigido películas tan sobresalientes como 'Frances Ha', 'Mistress America', 'Una historia de Brooklyn' o esa obra maestra reciente llamada 'Historia de un matrimonio' sea el mismo que firmó una propuesta tan soporífera, vacía, pedante e irritante como 'Margot y la boda'. Sin embargo, así es, nos encontramos ante una versión claramente desorientada y desentonada de un Noah Baumbach que, una vez más, salvaba los muebles del incendio gracias a un reparto en estado de gracia. En ese sentido, conviene destacar la interpretación de una Nicole Kidman pletórica de inicio a fin, capaz de enamorarnos y enfadarnos con la misma intensidad desde el gesto mínimo. La luz más brillante, junto a una fabulosa Jennifer Jason Leigh, dentro de una película desenfocada.
'No confíes en nadie'
Si miramos el vaso medio lleno, 'No confíes en nadie' es un funcional y entretenido thriller psicológico que, a base de giros constantes, consigue apartar cualquier atisbo de posible aburrimiento. En cambio, si nos ponemos un poco más pesimistas y, ejem, realistas, lo cierto es que esta adaptación de la novela de S.J. Watson solamente se sostiene en pie gracias a la profesionalidad y el compromiso con la historia de una gran Nicole Kidman que, ni siquiera con semejante guion, se toma un descanso. Ella es todo para una película que se ve y se olvida con la misma facilidad.
'La mancha humana'
'La mancha humana' no es una película que tenga demasiados errores, de acuerdo, pero resulta que uno de ellos es tan esencial como la elección de su reparto. Y eso que, a priori, contar con Anthony Hopkins y Nicole Kidman como cabezas de cartel parece una apuesta más que segura. Sin embargo, la historia que nos cuenta Robert Benton, adaptando la novela homónima de Philip Roth, necesitaba claramente otro tipo de intérpretes para alcanzar la intensidad, profundidad, sensualidad y arrebato que buscaba. Falta química entre Hopkins y Kidman, aunque el trabajo de la actriz está muy por encima del que ofrece el británico, y sobran flashbacks y golpes absurdos y fallidos al lacrimal en un drama que combina el racismo, la muerte, la violencia doméstica y los traumas insalvables con tanta delicadeza como sopor.
'Las mujeres perfectas'
Aunque la sensación con 'Las mujeres perfectas' sea la de estar ante una película que tenía todos los elementos para ser genial pero que, por desgracia, se queda instalada en el cómodo terreno de lo simpático, es imposible no celebrar con entusiasmo la radiante interpretación protagonista de Nicole Kidman. Un trabajo que engrandece esta agradable comedia de Frank Oz y que le aporta el factor diferenciador frente a otras propuestas de características similares. Y es que, si tienes a Kidman entregada a la causa, sales con el partido ganado de casa.
'La Brújula Dorada'
La taquilla, el principal y más claro objetivo detrás de 'La Brújula Dorada', terminó siendo el clavo más insaciable de su ataúd. Y es que, en la búsqueda incesante de Hollywood por encontrar otra saga a la que seguir explotando con secuelas y más secuelas, esta correcta adaptación de la novela de Phillip Pullman fracasó de manera estrepitosa, convirtiéndose en uno de los grandes batacazos comerciales de la pasada década. Un desastre algo injusto si tenemos en cuenta que otras propuestas mucho peores han conseguido captar el entusiasmo de un público que, sin embargo, no mostró interés alguno en esta aventura repleta de acción, grandes personajes y sorpresas que, más allá de resultar algo caótica en su desarrollo y vergonzosa en su desenlace de puertas abiertas, sigue funcionando bien en su esencia de entretenimiento familiar. Además, cuenta con una villana deliciosa interpretada con dosis extra de magnetismo por una Nicole Kidman que brilla con la luz de las auténticas estrellas de Hollywood.
'Identidad borrada'
Dentro de la última etapa profesional de Nicole Kidman, mucho más interesante de lo que pueda parecer en un primer momento, 'Identidad borrada' juega el injusto papel de patito feo. Y es que, motivado principalmente por sus lamentables resultados en taquilla, la cinta dirigida por el también actor Joel Edgerton pasó desapercibida para, bueno, prácticamente todo el mundo. Una indiferencia general que no se merece este notable drama donde la actriz interpreta a uno de esos personajes secundarios fuertes y memorables que tanto han marcado su trayectoria hasta la fecha. Una propuesta compleja que se sumerge en temas realmente espinosos y que, ojalá, reciba la atención y el respeto que se merece con el paso del tiempo. De no ser así, siempre nos quedará el incontestable trabajo de Kidman.
'Lion'
Todos los años ocurre. Es inevitable. Pero, por otro lado, ¿qué sería de las ceremonias de los Oscar sin películas con la esencia de 'Lion'? ¿Qué esencia? La de la búsqueda constante por conquistar a los académicos a través de unos trucos que, temporada tras temporada, se repiten una y otra vez. No falla. No importa que las costuras sean tan visibles como, por ejemplo, ocurre durante todo el segundo tramo de la película de Garth Davis, la Academia se emocionará, aplaudirá y nominará. Lo de premiar, salvo desastrosas excepciones (hola, 'Green Book'), suele quedar en un segundo plano.
En cualquier caso, tampoco conviene pasarse con 'Lion', capaz de parecer una buena película durante toda una hora inicial que, ahí sí, condensa múltiples aciertos, especialmente en lo que respecta al pequeño Sunny Pawar. Durante esos sesenta minutos, el espectador observa a la altura de su pequeño protagonista todo un universo de injusticia, miedos y desesperación, conmovido ante la pérdida más dolorosa. Sin embargo, todo lo que sucede después, ya con Dev Patel al frente, corresponde a la fábrica de dramas ansiosos por conseguir premios. Menos mal que Nicole Kidman aparece para elevar el conjunto con las mejores escenas de la película, instantes de auténtica y genuina emoción firmados por una actriz en pleno estado de forma.
'Australia'
Siete años después de firmar su obra maestra definitiva, 'Moulin Rouge', Baz Luhrmann estrenaba 'Australia', un decidido acto de amor al cine clásico, a ese Hollywood dorado que parecía destinado al óxido y el olvido. Una propuesta cuya ambición desmedida queda subrayada desde el minuto uno, marcando por completo a una película que, en realidad, son varias. Y no todas de igual calidad.
Con 'Lo que el viento se llevó' como influencia más evidente, Luhrmann quiere contar tantas cosas y de una manera tan grandilocuente que, al final, el espectador termina irremediablemente exhausto, incapaz de aguantar el ritmo de este mastodonte cinematográfico que, por culpa precisamente de la suma de demasiado elementos, termina perdiendo gran parte de su potencial. ¿Lo mejor? Alguna de las deslumbrantes escenas marca de la casa y las entregadas interpretaciones de su pareja protagonista, formada por Nicole Kidman y Hugh Jackman. Poca recompensa por parte de una película que aspiraba y prometía ser todo.
'La familia Fang'
Si se hubieran hecho apuestas al respecto, parece evidente que pocos o nadie hubieran escogido a 'La familia Fang' como la mejor película, junto a 'Strangerland', estrenada por Nicole Kidman en 2015. Y es que, junto a la dramedia dirigida por Jason Bateman y la tragedia firmada por la debutante Kim Farrant, encontrábamos (supuestos) trasatlánticos dramáticos de la talla de 'La reina del desierto' y 'El secreto de una obsesión'. Pero así es el cine, una fuente constante de sorpresas en la que propuestas tan humildes y sencillas como 'La familia Fang' consiguen destacar con la fuerza de un gigante. Liderada por una extraordinaria Kidman y el citado Bateman, esta historia de familias excéntricas, actos artísticos ligados al límite más absoluto, reencuentros, pérdidas y sorpresas argumentales constantes termina conquistando por su envidiable capacidad para mezclar la sonrisa cómplice con una lágrima tan imprevista como agradecida. Una película pequeña en la forma y espléndida en el fondo.
'La seducción'
Con 'La seducción', remake de la espléndida 'El seductor' de Don Siegel, volvió la Sofia Coppola que parecía perdida en mitad del naufragio por culpa de propuestas tan decepcionantes como 'María Antonieta' o 'Somewhere', y también la Nicole Kidman más imperial, maravillosa y radiante. Y eso que nos encontramos ante una historia claramente grupal en la que la actriz consigue deslumbrar sin acaparar, resultando generosa con el resto del espectacular reparto sin dejar de hipnotizar de manera individual en cada una de sus apariciones. Otra película e interpretación extraordinarias que sumar a la lista de Kidman.
'El sacrificio de un ciervo sagrado'
Tras confirmar plenamente su resurrección definitiva con 'Lion' en 2016, Nicole Kidman ha ido sumando grandes películas y series a su trayectoria profesional sin prácticamente descanso. En este tiempo, la actriz ha sabido combinar propuestas independientes de auténtico peso como la que nos ocupa con grandes superproducciones en las que poder dar rienda suelta a su perfil más comercial. En este sentido, 'El sacrificio de un ciervo sagrado', otra joya firmada por Yorgos Lanthimos, nos regala la oportunidad de disfrutar de una de las mejores interpretaciones de la carrera de Kidman, un trabajo que nace del silencio, el terror y la inseguridad para terminar resonando con la misma fuerza de las grandes tragedias griegas marca de la casa. Una Kidman tan arriesgada como memorable.
'Strangerland'
Más allá de la impresionante interpretación que ofrece de inicio a fin, es todavía más digno de aplauso el valor y el riesgo asumido que demostró Nicole Kidman a la hora de apostar por una debutante, Kim Farrant, para protagonizar 'Strangerland'. Una decisión que, por otro lado, se entiende bastante bien cuando comprobamos el auténtico bombón de personaje que le cayó entre manos a una actriz que, consciente de la oportunidad, puso toda la carne (melodramática) en el asador, convenciendo y atrapando al espectador desde las mismas entrañas. En ese sentido, merece una mención especial un tramo final en el que Kidman, directamente, se convierte en la reina absoluta de la historia, dejándonos con un nudo en la garganta y un recuerdo imborrables.
'La intérprete'
Lo peor de ver en el presente una película de la altura de 'La intérprete' es comprobar el tiempo que llevamos sin recibir desde Hollywood un thriller tan elegante, sofisticado, compacto y sólido como el firmado por el gran Sidney Pollack en 2005. Apoyado en una fantástica interpretación protagonista de Nicole Kidman, capaz de merendarse sin piedad al dúo policiaco formado por Sean Penn y Catherine Keener, el legendario cineasta compone una intriga apasionante repleta de acción bien medida, giros inesperados e instantes de dramatismo tratados con inteligencia y control. Lo que viene siendo un éxito artístico en toda regla.
'Paddington'
Menudo placer ver la manera en la que una superestrella total se lo pasa realmente pipa haciendo algo que se sale por completo de su supuesta zona de confort. Y es que, de acuerdo, todo en 'Paddington' es maravilloso, encantador, divertido y tierno hasta decir basta, pero la villana que compone Nicole Kidman es directamente una fiesta. Desatada, imparable, carismática y radiante en su maldad. Un regalo de interpretación en una película inoxidable.
'El escándalo (Bombshell)'
A pesar de que la mayoría de críticas se han centrado en celebrar las interpretaciones de Charlize Theron y Margot Robbie, nominación al Oscar incluida para ambas, conviene ir resaltando el modélico trabajo de Nicole Kidman en la irregular 'El escándalo (Bombshell)' como uno de sus mejores y más infravalorados elementos. Y es que, lástima, la historia de su personaje, la cual es realmente potente, queda claramente desdibujada a favor de las tramas de sus compañeras de reparto, una decisión más que discutible por parte de un desorientado Jay Roach. Sin embargo, Kidman no se rinde y aprovecha al máximo cada una de sus escenas, aportando una presencia y dignidad incontestables a una película que debería haberle prestado mucha más atención.
'Los secretos del corazón'
Partiendo de la aclamada novela de David Lindsay-Abaire, 'Los secretos del corazón', horrible traducción del título original 'Rabbit Hole', sirvió para volver a encontrarnos con una Nicole Kidman en plenitud de facultades tras una sucesión de fracasos importantes tanto a nivel comercial como artístico. Uno de los muchos regresos protagonizados por la actriz que fue recibido con entusiasmo por parte del público, la crítica y la Academia, quien la volvió a nominar a un Oscar ocho años después de premiarla por 'Las horas'. Una combinación de buenas noticias para Kidman más que justificadas teniendo en cuenta la impresionante interpretación que ofrece en la cinta dirigida por John Cameron Mitchell, un trabajo lleno de intensidad y emoción desde todos los puntos de vista posibles.
'Cold Mountain'
La idea con 'Cold Mountain' era tan clara como evidente: Oscar, Oscar y más Oscar. Dirigida por Anthony Minghella, responsable de la multipremiada 'El paciente inglés', y protagonizada por un tridente de oro formado por Nicole Kidman, Jude Law y una Renée Zellweger que fue la única en conseguir la estatuilla, más una colección de secundarios de auténtica locura, este melodrama romántico ambientado en la Guerra de Secesión tenía todo a su favor para arrasar en la carrera de premios estadounidense. Sin embargo, la cinta no terminó de funcionar a la altura de las expectativas y terminó anclada en un terreno mucho más cercano al aprobado solvente que al esperado sobresaliente. Nos queda, al menos, una puesta en escena de clasicismo embriagador e interpretaciones y presencias tan maravillosas como la de Kidman. Algo es algo.
'Stoker'
Park Chan-Wook llega a Hollywood. Ese era el trato, esa era la idea, ese era el punto de partida. También era el miedo y la duda de si la personalidad del director de 'Oldboy' quedaría difuminada por un presupuesto mayor o un guion de thriller al uso. Pero no. O sí. Porque 'Stoker' no tenía la mejor historia del mundo ni los giros más sorprendentes, pero aprovechaba a lo grande una trama lo suficientemente interesante como para que Chan-wook le sacara todo el potencial. Absolutamente todo.
Pura poesía visual, hipnótico ejercicio de estilo de un director capaz de cualquier cosa al que el cambio de industria no afectó de forma negativa en absoluto, más bien todo lo contrario. ¿Quieres escenas asombrosas? Aquí hay una cada dos minutos. Pestañea y te la pierdes. Y no quieres que eso ocurra, créeme. Sobresaliente introducción al cine estadounidense en la que jugó un papel fundamental un reparto pletórico de inicio a fin. ¿Kidman? Devorando escenas sin descanso y ofreciendo un recital de contención, equilibrio y mesura interpretativa.
'Reencarnación'
Después de deslumbrar a propios y extraños con su tridente de interpretaciones de 2013 ('Cold Mountain', 'Dogville' y 'La mancha humana'), Nicole Kidman estrenó 'Reencarnación', una de las propuestas más extremas y valientes de su catálogo. Historia perturbadora, oscura, asfixiante, de tempo lento pero impacto duradero y con escenas capaces de revolver la conciencia y el estómago con la misma contundencia, 'Reencarnación' encuentra a una Kidman absolutamente hipnótica que entrega una interpretación basada en la sutileza, la contención y la delicadeza más inspirada. No hay en esta propuesta tan extraña como interesante una sola mirada de la actriz que no se clave en la mente del espectador. Toda una experiencia.
'Destroyer: Una mujer herida'
Más allá de su maravilloso trabajo en la pequeña pantalla con 'Big Little Lies', 'Destroyer: Una mujer herida' nos ha traído la última gran interpretación de Nicole Kidman en lo que llevamos de siglo. Dirigida con buen pulso por Karyn Kusama, este thriller árido, violento, sucio y sangriento nos ofrece una versión desconocida de la actriz basada en el golpe en el estómago, la cicatriz curada con sal y ácido y el disparo a quemarropa como método de venganza y redención. Un personaje sucio, complejo y lleno de matices que, en las inspiradas manos de Kidman, termina convirtiéndose en uno de los más impactantes de la trayectoria de la actriz. Una película y una interpretación a reivindicar.
'Dogville'
En un mismo año, 2003, Nicole Kidman estrenó tres propuestas tan diferentes entre sí como 'Cold Mountain', 'La mancha humana' y 'Dogville'. Un conjunto de películas en las que la actriz se entregó de la misma y apasionada forma, consiguiendo algunas de las mejores escenas de toda su trayectoria profesional. Sin embargo, si tenemos que entrar en el siempre injusto juego de la comparación, está claro que fue en la película del siempre polémico Lars Von Trier donde la actriz brilló con una intensidad más potente.
Y es que, partiendo de la base de que nos encontramos ante una de las cintas más compactas y memorables del cineasta austriaco, Kidman se adaptó por completo al riesgo general, a la complejidad de su personaje, a un rodaje que tuvo que parecerse mucho a un infierno y, sobre todo, a un tramo final que requería el talento de una actriz gigante para no caer en el desastre. Misión cumplida. Sin lugar a dudas, una de las interpretaciones esenciales de Kidman.
'Las horas'
Partiendo de la más que recomendable novela firmada por Michael Cunningham, Stephen Daldry mantuvo el tremendo listón dejado por su debut cinematográfico, 'Billy Elliot (Quiero bailar)', con la extraordinaria 'Las horas'. Apoyado en un reparto de auténtica altura formado por una oscarizada y sublime Nicole Kidman, las maravillosas Julianne Moore y Meryl Streep y un inolvidable Ed Harris, el cineasta británico encontró aquí un equilibrio casi perfecto entre clasicismo y solemnidad, dramatismo y sensibilidad, exquisitez y épica emocional. En definitiva, una película muy parecida a una obra maestra.
'Los Otros'
Alejandro Amenábar conseguía con su tercera película, 'Los Otros', confirmar lo que ya se intuía con 'Tesis' y, en menor medida, 'Abre los ojos'. Es decir, que más que un director sorprendente e interesante, estábamos ante la presencia de un cineasta genial, un maestro del suspense y la intriga, un malabarista del terror, del grito y el susto medido a la perfección, de la atmósfera y los personajes oscuros, complejos y perturbadores. En este caso, además, le acompañaba una soberbia Nicole Kidman que aprovechaba cada plano para expandir su talento de una manera absolutamente hipnótica. Un lujo más dentro de una película tan impecable como terrorífica.
'Moulin Rouge'
Desde su inolvidable primera aparición, Nicole Kidman arrasa en 'Moulin Rouge' con todo, sin piedad, sin compasión y con dosis extra de hipnótico talento. Su Satine es uno de esos personajes destinados a formar parte de la memoria cinéfila colectiva, capaz de enamorar y confundir, dinamitar y conmover, hacer vibrar desde la sonrisa y la lágrima. Y Kidman, plenamente consciente de tener un auténtico caramelo entre las manos, se entrega en cuerpo, alma y voz, ofreciendo una de las mejores interpretaciones de toda su trayectoria profesional. Para muchos espectadores, de hecho, la más completa de todas ellas. Y estáis invitados todos a subiros a este apasionado barco.