Descubrir a estas alturas la importancia, tanto artística como comercial, de Robin Williams durante la década de los 90 supone un ejercicio basado en subrayar la evidencia. La cantidad de éxitos imborrables protagonizados por el añoradísimo actor son piezas fundamentales en la educación cinéfila de varias generaciones de espectadores que crecieron marcados para siempre por ese huracán de talento repleto de comicidad y ternura.
Sin embargo, conviene destacar la relevancia emocional de ese legado inagotable, de ese conjunto de películas que, en su amplia mayoría, constituyen joyas de auténtico culto que no han hecho más que asentarse con el tiempo en el codiciado Olimpo de la memoria colectiva. Un conjunto de películas que siempre encontraban como apoyo innegociable la fuerza imparable de un Williams entregado permanentemente a la causa, magnético y carismático, apasionado y apasionante, hilarante o conmovedor dependiendo de la historia. Infalible.
Por eso, y aunque realmente su trayectoria profesional no contara con demasiados baches por el camino, la década dorada de Robin Williams, junto a gran parte de unos años 80 en los que se confirmó como estrella absoluta, son unos 90 que terminaron de elevarle a los altares de un cariño y respeto unánime de los que jamás descendió. Imposible no querer regresar una y otra vez a estos recitales de puto talento por parte un actor inolvidable.
Las películas de Robin Williams en los 90, de peor a mejor
'Cadillac Man'
No empezó Robin Williams la década de los 90 de la mejor manera posible, ni muchísimo menos. Y es que, tanto en términos generales como en lo que tiene que ver con su propia interpretación, 'Cadillac Man' constituye uno de los trabajos más fallidos de la carrera del legendario actor. Ni su personaje, un tipo despreciable, mujeriego (¡!) y absolutamente irritante, ni la historia que protagoniza, anodina, previsible y bastante torpe en su desarrollo, están a la altura, resultando una experiencia tan aburrida como decepcionante para el espectador. Un desastre en toda regla que, afortunadamente, no se repitió con semejante fuerza durante el resto de década.
'A Wong Foo, gracias por todo, Julie Newmar'
Aunque su aparición sea muy breve, Robin Williams consigue hacer de 'A Wong Foo, gracias por todo, Julie Newmar' una película mejor. Tal cual. Y es que, dentro de la decepción general que supone la cinta dirigida por Beeban Kidron, solamente equilibrada por un reparto comprometido con la historia y sus personajes, Williams necesita poco más de cinco minutos para desarmar al espectador desde la comicidad más pura, despertando carcajadas con la única ayuda de frases de oro, la mayoría de ellas, por cierto, improvisadas. Hacer magia con los elementos mínimos. Un don marca Williams.
'Un hombre perdido en el tiempo'
En 'Un hombre perdido en el tiempo', uno de los dramas más decepcionantes de su trayectoria profesional, Robin Williams interpreta en menos de dos horas a un hombre de las cavernas, un esclavo, un guerrero, un explorador y un tipo divorciado en el mundo moderno. ¿Con qué motivo? Ninguno. ¿Para qué? Cuesta entenderlo después de superar un metraje tan extenso como anodino al que ni siquiera Williams consigue salvar de la quema. Él hace todo lo que puede y un poco más, entrega marca de la casa, pero nadie más parece ayudar en la tarea. Y el resultado, claro, no puede ser otro que el del naufragio general.
'Shakes the Clown'
Bienvenidos a una de las propuestas más extrañas, delirantes y perturbadoras en las que Robin Williams participó a lo largo de su extensa trayectoria: 'Shakes the Clown'. Dirigida, escrita y protagonizada por Bobcat Goldthwait, esta comedia negrísima sobre payasos criminales, depresivos y alcohólicos resultan toda una experiencia para un espectador que, de no conectar con ella, tendrá al menos la oportunidad de disfrutar de un reparto repleto de rostros conocidos entre los que encontramos, claro, a un Williams que sabe sacar partido a su cameo con la grandeza exclusiva de los gigantes.
'El agente secreto'
Lo que en manos de Alfred Hitchcock fue cine inmenso, trepidante, intenso y memorable se convierte en bostezo constante en esta 'El agente secreto' a la que, ni el director Christopher Hampton ni su espectacular reparto, supieron rescatar del peligroso terreno de lo soporífero. Adaptando una magnífica novela del esencial Joseph Conrad, la película nunca consigue alzar el vuelo, caminando como una especie de zombie cinematográfico incapaz de despertar. Una propuesta realmente decepcionante en la que hasta el mismísimo Robin Williams, en un papel muy secundario, parece profundamente aburrido. Y le comprendemos.
'Morir todavía'
De cara a su segundo largometraje tras 'Enrique V', Kenneth Branagh se alejó por completo del espíritu Shakespeare para introducirse de lleno en el terreno del thriller con 'Morir todavía', una historia que se movía constantemente en el terreno de los saltos en el tiempo y los cabos por atar. Hablamos de un laberinto narrativo y dramático protagonizado por una estupenda Emma Thompson que, sin embargo, fracasa de forma considerable en su intento de sorprender a un espectador que, con un mínimo de atención, será capaz de anticiparse a cada giro de la trama. En definitiva, pocas sorpresas, salvo la interpretación secundaria y comedida de un más que convincente Robin Williams, varios errores importantes y una notable primera mitad. Término medio.
'Más allá de los sueños'
Vamos allá: 'Tras la muerte de sus dos hijos, el doctor Chris Nielson (Robin Williams) y su esposa Annie continúan su vida a duras penas. Sin embargo, Chris también muere en un accidente de coche y, cuando llega al cielo, conoce a Albert, un ser que le muestra lo maravillosa que es la vida en el 'Más Allá'. Mientras tanto, la soledad sume a Annie en una locura que la aleja cada vez más de la vida'. Menuda fiesta, ¿eh?
Dramón extraño y alucinado con un acabado visual realmente espectacular, para bien y para mal, 'Más allá de los sueños' nos muestra a un Williams gobernando una historia ingobernable. Él justifica cada descenso a los infiernos y cada vuelo a las alturas, cada pérdida y cada resurrección, cada lágrima y cada alegría de una película tan distinta como interesante.
'Flubber y el profesor chiflado'
Remake de 'El sabio en apuros', una de las propuestas marca Disney más simpáticas y originales de la década de los 60, 'Flubber y el profesor chiflado' dejaba todo el trabajo en manos de su estrella protagonista, un Robin Williams que volvía demostrar su talento absoluto para conseguir hacer reír a público de todas las edades. Apoyado en unos efectos especiales que han envejecido sorprendentemente bien, la cinta dirigida por Les Mayfield funciona como pasatiempo familiar sin mayor trascendencia cuyos mejores momentos se deben atribuir con justicia a la entrega absoluta de un Williams que se lo pasa pipa con esa sustancia verde y pegajosa que, a lo tonto, está muy cerca de robarle la función.
'Toys: Fabricando ilusiones'
Tras la aclamada 'Bugsy', cuesta entender lo que pretendió el director Barry Levinson con esta 'Toys: fabricando ilusiones', una especia de mezcla imposible entre el Tim Burton de 'Charlie y la fábrica de chocolate' y el Stanley Kubrick de 'La chaqueta metálica' en la que las pocas cosas que funcionan lo hacen por el efecto exclusivo de la sorpresa que desorienta desde el impacto. Una historia delirante, un reparto perdido en mitad del caos narrativo, una puesta en escena tan deslumbrante como surrealista y un Robin Williams demasiado contenido teniendo en cuenta las circunstancias. Una de las películas más extrañas de su trayectoria y, quizá por eso, obligadas.
'El hombre bicentenario'
Después de conseguir uno de los grandes taquillazos de su carrera con la muy emotiva 'Quédate a mi lado', Chris Columbus decidió probar suerte en el terreno de la ciencia ficción, un género hasta entonces inédito en su filmografía, con 'El hombre bicentenario', una película maltratada de forma injusta desde el mismo día de su estreno. Porque, de acuerdo, estamos ante una propuesta excesivamente azucarada, algo tontorrona y fallida en su apartado cómico y estirada por encima de lo necesario en lo que respecta a su duración, pero eso no la convierte en aquel desastre anunciado en 1999 y cuyo terrible estatus se ha mantenido a lo largo del tiempo.
Y es que, a la hora de la verdad, 'El hombre bicentenario' no deja de ser una película amable, simpática y repleta de buenas intenciones; un cuento protagonizado por un espléndido Robin Williams que está tan lejos de la obra maestra como del timo cinematográfico. Un Columbus a base de destellos, ni mejor ni peor, ni más ni menos.
'Un lío padre'
Otro remake de comedia francesa de cierto prestigio ('Les comperes') que sumar a la carrera de Robin Williams, 'Un lío padre' supone el encuentro definitivo entre el actor y uno de los compañeros de oficio con los que mejor conexión consiguió generar tanto detrás como delante de las cámaras: Billy Crystal. Y es justo aquí, en la explosiva química generada entre estos dos cómicos superlativos, donde la película dirigida por Ivan Reitman encuentra su más contundente virtud. Poco importa que la historia sea algo tonta o que algunos gags nunca terminen de arrancar, cuando Williams y Crystal se encuentran en el terreno de juego cómico, ni una duda, la carcajada está más que asegurada. En definitiva, una propuesta tan menor como simpática elevada por sus dos estrellas.
'El rey pescador'
'El rey pescador' es una película imperfecta y fallida, apasionante y aburrida, conmovedora y perezosa, excesiva y caótica. Es todo y nada a la vez, la enésima oportunidad perdida de Terry Gilliam de conseguir alcanzar esa grandeza cinematográfica a la que aspira en cada plano de su filmografía. Sin embargo, como ocurre con sus mejores trabajos, aquí el triunfo reside exclusivamente en unas interpretaciones capaces de vencer incluso a la megalomanía omnipresente a su alrededor.
Y ahí aparece un Robin Williams maravilloso, capaz de merendarse a todo un Jeff Bridges con esa mezcla de locura y ternura tan característica. Su interpretación se sitúa (muy) por encima de la película, pero solamente por ella merece la pena revisarla de vez en cuando. No es poca razón.
'Nueve meses'
En términos de pura comedia, 'Nueve meses', remake de la película homónima francesa dirigida por Patrick Braoudé, es una de las más completas de toda la filmografía de Chris Columbus. Una propuesta que funciona dentro de su humildad y sencillez, de su romanticismo y encanto, de su emotividad y ternura. Apoyado sobre el talento indiscutible de Hugh Grant, todo un experto en la materia, una maravillosa Julianne Moore y un catálogo de estupendos secundarios entre los que destacan la siempre eficaz Joan Cusak y ese genio imparable llamado Robin Williams que convierte cada una de sus escenas en un deslumbrante recital de carcajadas, Columbus construye un entretenimiento eficaz al cien por cien y que cumple de sobra con su cometido principal, ofrecer un magnífico rato al espectador. Siempre es un gusto volver a encontrarse con 'Nueve meses'.
'Ilusiones de un mentiroso'
Entre las múltiples injusticias que acumuló esta reivindicables 'Ilusiones de un mentiroso' tras su estreno, las cuales fueron tan variadas como incomprensibles, destaca una nominación a los premios Razzie de Robin Williams en la categoría de Peor actor del año. Una especie de inocentada final dentro de unos 'galardones' que, en cualquier caso, no tienen mayor poso que el de las curiosidades, un terreno del que debemos sacar lo antes posible a esta estimable cinta dirigida por Peter Kassovitz en la que Williams construye una interpretación repleta de humanidad, delicadeza, ternura y fragilidad. Un trabajo que, más allá de las discutibles trampas lacrimógenas planteadas a lo largo de la historia, se erige como uno de los más infravalorados de la trayectoria del actor.
'Patch Adams'
De acuerdo, 'Patch Adams' no es una gran película, pero eso no implica, ni muchísimo menos, que no cuente con una interpretación central profundamente conmovedora. El problema, básicamente, reside en la silla de director, con un Tom Shadyac obsesionado con subrayar la lágrima constante, eso sí, hasta que decide convertir la película en un thriller terrorífico con trauma incluido. La historia real tenía esos elementos, pero se podrían haber tratado muchísimo mejor.
En cualquier caso, ahí está Williams para ofrecer otro recital de sensibilidad a prueba de barreras y escudos. Mientras todo a su alrededor va directo a la búsqueda del golpe en el estómago del espectador, el actor mantiene la compostura en todo momento, aportando la humanidad que este biopic merecía. No, no es una cinta memorable, pero sí lo es el trabajo de Williams.
'Hamlet'
242 minutos de cine explosivo, arrebatado, apasionado y apasionante. 242 minutos de Shakespeare en vena, de personajes inolvidables, de historias legendarias y de conflictos dramáticos repletos de emoción. 242 minutos de interpretaciones magistrales entregadas en bandeja de plata por un reparto tan deslumbrante como abrumador.
242 minutos de un Kenneth Branagh soberbio delante y detrás de las cámaras, pleno de inspiración, ambicioso e hipnótico, vibrante y poético. 242 minutos que conforman una obra maestra llamada 'Hamlet'. En lo que respecta a Robin Williams, su aparición se queda más cerca del cameo que de otra cosa, pero ya es suficiente para celebrarla como una de las grandes películas de su trayectoria.
'Despertares'
Un año antes del estreno de 'Despertares', la directora Penny Marshall había triunfado con 'Big', Robin Williams había triunfado con 'El club de los poetas muertos' y Robert De Niro, bueno, era Robert De Niro. Si a esta suma de talentos añadimos una historia basada en hechos reales sobre la amistad entre el doctor Malcolm Sayer, neurólogo que decidió usar un medicamento nuevo para tratar a las personas que sufren encefalitis letárgica, enfermedad que les priva de las facultades motoras hasta reducirlas a un estado vegetativo, y uno de sus pacientes, lo que nos queda es una de esas propuestas que, si todo va bien, obtendrá unos resultados como mínimo notables. Y así fue.
'Despertares' es exactamente la película que todos podemos imaginar y desear, emocionante, entretenida y con un reparto en permanente estado de gracia. Uno de sus mayores placeres es el de observar como dos actores entregados al cien por cien, Williams y De Niro, deciden convertir su hipotética batalla interpretativa en un trabajo en conjunto a favor de la película. Generosidad absoluta y ejemplar.
'Jack'
Denostada por aquellos que no conciben un universo en el que Francis Ford Coppola pueda dirigir una película para toda la familia, 'Jack' sigue siendo una estupenda propuesta escondida en medio de la indiferencia y el desprecio general. Y lo que queda.
Ni siquiera la extraordinaria interpretación de un Robin Williams capaz de transmitir altísimas dosis de ternura consiguió acaparar la merecida atención para una cinta que se disfruta siempre con una sonrisa en el rostro. Entrañable, divertida y sorprendente, 'Jack' sigue esperando una reivindicación que, con toda probabilidad, ya nunca llegará.
'Hook (El capitán Garfio)'
Pisamos terreno complicado. Esta visión de Peter Pan, convertido en un abogado absorbido por su trabajo que reencontrará en el país de Nunca Jamás su auténtica personalidad y recordará el valor de la familia en su vida, nació siendo un musical y terminó convertido en una de las películas más detestadas de la carrera de Steven Spielberg.
De hecho, ni siquiera el director se ha mostrado satisfecho a lo largo de los años posteriores con el resultado final de 'Hook (El capitán Garfio)' un trabajo que, sin embargo, se ha convertido en una especie de joya de culto para varias generaciones que nos descubrimos fascinados por esos primeros vuelos de un espléndido Robin Williams que entiende perfectamente el tono que requiere este infravalorado entretenimiento familiar.
'Desmontando a Harry'
Dentro de la impresionante e infravalorada década de los 90 firmada por el esencial Woody Allen, se podría asegurar con cierta firmeza que 'Desmontando a Harry' funciona de cima indiscutible y apabullante. Una de las obras maestras más inteligentes, arriesgadas, completas e inspiradas del cineasta neoyorquino en la que los hallazgos se sucedían con la misma contundencia que las carcajadas y los diálogos inolvidables. En este sentido, conviene celebrar con especial entusiasmo a un Robin Williams desenfocado de forma literal y profundamente honesto en su interpretación que transmite una fragilidad, confusión e inseguridad realmente conmovedoras. Una idea maravillosa de Allen redondeada por el mejor actor posible para llevarla a cabo.
'Una jaula de grillos'
Remake de la comedia francesa 'Vicios pequeños', dirigida por Edouard Molinaro en 1978, 'Una jaula de grillos' partía de una clásica situación de enredos familiares dispuestos en bandeja de oro para alcanzar la carcajada multitudinaria y terminaba desembocando en recital interpretativo en toda regla por parte de un reparto en permanente estado de gracia. Con un Robin Williams tan pletórico como desbocado a la cabeza, demostrando una capacidad única para convertir el exceso en arma de humor masiva, 'Una jaula de grillos' se servía del talento espectacular de, entre otros, Gene Hackman, Dianne Wiest, Hank Azaria, Christine Baranski y un sublime Nathan Lane para triunfar en la consecución de la práctica totalidad de sus objetivos. Una comedia de primerísima categoría que continúa funcionando a la perfección.
'El indomable Will Hunting'
El papel era todo un bombón, Robin Williams lo sabía y, por eso, aprovechó cada segundo en pantalla para demostrar su inmenso talento a la hora de conquistar el corazón de, primero, el resto de personajes que le acompañan en la historia, y segundo, a los espectadores que convirtieron a 'El indomable Will Hunting' en algo más que una película de culto.
Y lo cierto es que, aunque algunos no compartamos esa pasión por la cinta que elevó a Matt Damon y Ben Affleck a los altares de Hollywood, Oscar a Mejor Guion Original incluido, pocas objeciones se pueden hacer a una de esas historias contadas con cariño y ausencia total de pretensiones egocéntricas. Un trabajo en equipo en el que destaca, con contundencia, la interpretación de un Williams que, al fin, consiguió su merecida estatuilla.
'Jumanji'
Más allá de su transformación en una saga mucho más satisfactoria de lo esperado, 'Jumanji' seguirá siempre ligada directamente a nuestra memoria como una de las aventuras más trepidantes y divertidas de la década de los 90. Y, menuda sorpresa, contaba con un espléndido Robin Williams al frente.
Desde un punto de partida brillante que hizo que millones de adolescentes soñara con encontrar ese juego para echar una partidilla y una más que interesante capacidad para crear escenas especialmente memorables, 'Jumanji' dejaba sobre los hombros de su estrella principal el papel más interesante de todo el conjunto, carente de conflicto dramático interesante, sí, pero con matices de héroe insospechados hasta la fecha en la carrera de Williams. No importaron los antecedentes, el actor está en su salsa, y más comedido de lo esperado, y se lanza de lleno al juego. Un clásico generacional de inicio a fin. Otro en la lista de Williams.
'Señora Doubtfire, papá de por vida'
Un nombre: Robin Williams. Ya tienes un pie y medio en la meta que te hayas propuesto alcanzar. 'Señora Doubtfire, papá de por vida' fue lo que fue, un éxito mundial capaz de conquistar incluso a la crítica más feroz, y sigue siendo lo que sigue siendo, una de las películas familiares más memorables de los últimos años, gracias a su protagonista. En un cien por cien. Impresionante interpretación de un genio de la comedia en su etapa de mayor esplendor, un torbellino imparable capaz de arrasar con todo, un actor en permanente estado de gracia. Él es la película. Y no necesitamos más. Ni muchísimo menos.