Jude Law, uno de los actores británicos más importantes, carismáticos y deslumbrantes de los últimos años, aterrizó en el 2010 en un estado de forma envidiable. Y es que, si echamos la vista todavía más atrás, descubrimos que, solamente durante la primera década de los 2000, el intérprete había entregado trabajos tan memorables como, atención, 'A.I. Inteligencia Artificial', 'Enemigo a las puertas', 'Camino a la perdición', 'Cold Mountain', 'Closer', 'My Blueberry Nights' o 'Sherlock Holmes', entre otras. Un escándalo.
Así que, lanzado por el éxito y admiración que generaba entre crítica y público, Law se enfrentaba a una nueva etapa profesional desde el entusiasmo, la entrega y la energía que siempre le ha caracterizado. Consciente de haber vivido una etapa de auténtico ensueño repleta de películas que se han terminado convirtiendo en pequeños clásicos contemporáneos, el británico no tenía nada fácil mantener el envidiable listón, pero aceptó el desafío con una energía arrolladora y admirable.
Y lo cierto es que, pese a no haber entregado en estos últimos diez años ninguna obra maestra a la altura de alguna de las citadas al comienzo de este especial, no nos podemos quejar de las numerosas raciones de Law que hemos tenido la oportunidad de disfrutar en la gran pantalla. Para ser exactos, 17 películas con las que el británico ha seguido consolidando los pilares básicos de una trayectoria que, haciendo balance, nos continúa dejando muchas más alegrías que decepciones. Por varias décadas más al lado de Jude Law.
La última década de Jude Law de peor a mejor
'El editor de libros'
Tener la oportunidad de meterse en la piel de una figura literaria de la altura e importancia histórica de Thomas Wolfe debería haber supuesto un regalo para Jude Law. Sin embargo, el británico, entregado con su característica pasión, lanza el freno por la ventanilla con una de las interpretaciones más cargantes e histriónicas de su trayectoria profesional. Tampoco es que el resto de elementos de este biopic tan aburrido como rancio titulado 'El editor de libros' funcionen mucho mejor, pero resulta especialmente doloroso ver la manera en la que Law falla cada uno de sus tiros dramáticos, dejando pasar la oportunidad de firmar el que, sin lugar a dudas, podría haber sido uno de sus trabajos más memorables. Wolfe no merecía algo así.
'Rey Arturo: La Leyenda de Excálibur'
Si pensamos en su anterior película, la estupenda 'Operación U.N.C.L.E.', 'Rey Arturo: La leyenda de Excalibur' supone una decepción todavía mayor en la trayectoria del director Guy Ritchie. Sin embargo, si pensamos que dos años más tarde entregó un desastre de las dimensiones de 'Aladdín', casi que el vaso se empieza a ver medio lleno.
En cualquier caso, la enésima revisión de esta legendaria historia con la que se volvió a fracasar en el intento de convertir a Charlie Hunnam en una superestrella, algo que conviene ir aceptando que jamás pasará, falla a casi todos los niveles, resultando un blockbuster rutinario, excesivo y carente de toda personalidad. Un Ritchie muy menor que ni siquiera saber copiarse con estilo y al que tampoco ayuda demasiado el villano interpretado por un Jude Law absolutamente desatado, irritante en su exceso y descontrol.
'Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald'
Dos años después de la sobresaliente 'Animales fantásticos y dónde encontrarlos', una sorpresa realmente maravillosa en su condición de extensión del inolvidable universo de Harry Potter, llegaba la decepción con su secuela, una 'Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald' en la que la magia y el encanto eran sustituidos por el caos y el aburrimiento. Un espectáculo sobrecargado de información, narrado con torpeza y dirigido sin pizca de energía por un David Yates al que parece que ya empieza a cansarle tanto hechizo en el que solamente podemos salvar la interpretación de un Jude Law capaz de reinventar al legendario Dumbledore desde la elegancia extrema. Él es, de lejos, lo mejor de una segunda parte cuyo mayor mérito ha sido el de poner en serio peligro una saga que parecía destinada al éxito incontestable.
'La invención de Hugo'
Martin Scorsese, en pie, se lanzaba de lleno al cine para toda la familia con esta extraordinaria e infravaloradísima 'La invención de Hugo', poesía visual en permanente y colorido movimiento que, bajo su apariencia de aventura infantil, se descubría como enésima carta de amor al séptimo arte de uno de los directores más importantes de la historia del cine. Un prodigio técnico y narrativo en el que Jude Law jugaba un papel muy secundario, pero que le permite incluir otra obra maestra a su currículum.
'El Gran Hotel Budapest'
'El Gran Hotel Budapest' es el trabajo más melancólico y divertido que ha firmado Wes Anderson hasta la fecha. Más allá del diseño de producción, siempre deslumbrante, queda un catálogo de personajes encantadores, incluyendo secundarios tan fantásticos como el interpretado por un Jude Law que reparte encanto arrollador en todas y cada una de sus escenas, que convierten este apasionante misterio en una mirada romántica, luminosa y nostálgica a una Europa que no volverá, al paso del tiempo y su manera de arrebatar todo menos el amor de toda una vida. Aunque sea solamente un viejo hotel que, al igual que el paisaje que nos rodea, vivió tiempos mejores. Todo lo contrario que Wes Anderson, cineasta que demostraba una vez más su capacidad para vivir en un permanente estado de gracia.
'Vox Lux'
Durante su primera mitad, 'Vox Lux' adquiere la misma apariencia de la excelencia. Por sorprendente, cautivadora, emocionante e hipnótica. Sin embargo, cuando la historia entra en una segunda mitad mucho más tópica y previsible, el conjunto al completo empieza a temblar. Por suerte, ahí están Natalie Portman, extraordinaria, y Jude Law, de notable alto, para mantener todo el edificio en pie, esquivando un más que probable naufragio general. Dos interpretaciones que justifican por completo el visionado de una película que recibió un castigo demasiado severo por parte de la crítica y el público.
'Capitana Marvel'
A nadie se le escapa que 'Capitana Marvel' es, por encima de todo, el espectáculo de una maravillosa Brie Larson, mal que le pese a todos aquellos admiradores de la cansina profesión del odiar por odiar. Sin embargo, dentro de una propuesta que funciona con notable solvencia dentro del universo cinematográfico de Marvel, también conviene rescatar al villano de la función, un Yon-Rogg al que Jude Law aporta su indiscutible magnetismo y su destacada presencia. Por eso, y aunque la cinta nunca termine de explotar con auténtica firmeza el potencial del personaje, es un gusto ver al británico pasárselo tan bien en grandes superproducciones, disfrutando sin presión. Y con talento.
'Día de lluvia en Nueva York'
Después de tener que soportar su dolorosa ausencia en la cartelera durante 2018, Woody Allen regresaba el pasado año con 'Día de lluvia en Nueva York', otra joya que sumar a su apabullante colección. Y es que, por encima de casi todo, estamos ante un reencuentro con todo lo que conocemos, admirados y queremos del genio neoyorquino, es decir, una historia sencilla y compleja al mismo tiempo, emotiva e hilarante, inteligente y delicada, nostálgica y, claro, lluviosa.
Las calles de Nueva York, los amores imposibles, la madurez inevitable, los reencuentros inesperados, el arte, la noche, el humo y el piano bar. Las copas, los celos, la infelicidad, la infidelidad, el volver, el encontrar y el perderse. Y los repartos en permanente estado de gracia, claro, contando en esta ocasión con una magnífica Elle Fanning, un maravilloso Timothée Chalamet, una sorprendente Selena Gomez y un hilarante Jude Law, entre otros. Puro Allen. Otro regalo.
'Repo Men'
El principal problema de 'Repo Men', y puede que el único realmente serio, es que todo lo que nos cuenta y, sobre todo, la forma en la que se nos cuenta, ya lo hemos visto y escuchado en multitud de ocasiones previas. Y en todas ellas con una mayor cantidad de aciertos. Sin embargo, la ausencia de originalidad de la cinta dirigida por un Miguel Sapochnik curtido en el mundo de la televisión gracias a sus trabajos en series tan esenciales como 'Fringe (Al límite)' o 'House', no debe hacernos olvidar la presencia imponente de un Jude Law que estrenaba una nueva década con una interpretación medida, equilibrada y sin caída en el terreno de la exageración. Un trabajo contenido y modélico para liderar este interesante thriller de ciencia ficción.
'Espías'
Después de la memorable 'La boda de mi mejor amiga' y de la decepcionante 'Cuerpos especiales', Paul Feig y Melissa McCarthy volvían a unir fuerzas en 'Espías', una comedia de acción con pequeñas pinceladas de parodia que elevaba con contundencia el listón dejado por su anterior colaboración.
Con la inestimable ayuda de un estupendo Jude Law que se toma muy en serio lo de hacer reír y, sobre todo, un pletórico Jason Statham, protagonista de uno de los monólogos más hilarantes de los últimos años, la actriz y el director volvían a sacar a relucir su mejor versión en una cinta tan entretenida y divertida que consigue que sus dos horas de duración pasen como un auténtico suspiro. Pese a que la taquilla no se volvió demasiada loca con ella, 'Espías' sigue destacando como una de las comedias más notables de la última década. Y conviene recordarlo más a menudo.
'360: Juego de destinos'
Adaptación libre de 'La Ronda', novela de 1900 del escritor austriaco Arthur Schnitzler, '360. Juego de destinos' se apoya casi por completo en un reparto de auténtico vértigo. Y es que, por muy mal que vayan las cosas, si tu película cuenta con el talento de, entre otros, Anthony Hopkins, Jude Law, Rachel Weisz o Ben Foster, es realmente complicado que todo termine en desastre. Por eso, aunque la cinta dirigida por Fernando Meirelles y escrita por Peter Morgan nunca termine de alcanzar ese nivel de excelencia al que parece aspirar en cada una de sus escenas, queda para el recuerdo un conjunto de interpretaciones realmente admirables.
'Efectos secundarios'
Mucha gente criticó con dureza 'Efectos secundarios' por esconder en su interior dos películas totalmente diferentes. Y es que, lo que empieza siendo un extraordinario drama sobre el impacto de la depresión, un análisis de la factura que deja esta bestia sin piedad ni paciencia y una denuncia algo liviana y superficial de cómo el mundo de la medicina, y especialmente la empresa farmacéutica, aprovecha esta situación para llevar a cabo su objetivo más importante, el de hacer el mejor negocio posible, termina convertida en
un (fabuloso) thriller de corte clásico con ecos del mismísimo Alfred Hitchcock. Un cambio de fondo, que no de forma, en los que muchos vieron una oportunidad perdida por parte del director Steven Soderbergh para realizar una de sus mejores películas. ¿Tenían razón? Más o menos.
Porque, si bien es cierto que ese primer tramo resulta especialmente logrado, con capacidad para captar la atención de un espectador sumergido por completo en un retrato de la depresión que destaca las características más caóticas de la enfermedad, Soderbergh se nota mucho menos pretencioso y más liberado cuando llegan los giros de guion, la sorpresa tras sorpresa, el truco y la trampa, los recovecos de una historia cuyo único 'pero' se puede encontrar en una resolución algo apresurada y rocambolesca, alejada de la pausa casi hipnótica que la rodeaba durante la mayor parte del metraje. Un elemento negativo mínimo que, en cualquier caso, queda perfectamente equilibrado con dos interpretaciones tan soberbias como las que ofrecen Rooney Mara y Jude Law, excelentes de inicio a fin.
'Sherlock Holmes 2: Juego de sombras'
El éxito mundial que tuvo la primera entrega de las aventuras de Sherlock 'Downey Jr.' Holmes propició la aparición de una secuela que llegaba dos años después que su triunfal predecesora. A estas alturas, con el beneplácito de millones de espectadores sobre sus hombros, Guy Ritchie decidió no complicarse la vida y repitió paso por paso los movimientos y decisiones que habían hecho de 'Sherlock Holmes' todo un devorador de taquillas, pero doblando la apuesta.
Esta segunda entrega sube el nivel y suple la ausencia de factor sorpresa con acción trepidante. El reparto sigue derrochando carisma, con mención especial para esa química explosiva entre los estupendos Robert Downey Jr. y Jude Law, y el misterio principal consigue mantener siempre la atención en una montaña rusa de humor, espectáculo y ligeras gotas de clasicismo inesperado. En definitiva, una continuación que supera las expectativas y se convierte en el mejor blockbuster de su director hasta la fecha.
'Contagio'
Rodeado, una vez más, por un reparto espectacular, Steven Soderbergh narra con pulso firme los días posteriores a la aparición de un virus que se propaga a nivel mundial con una temible velocidad. ¿Os suena? Por si las dudas, hablamos de una película estrenada hace nueve años. En cualquier caso, estamos ante un punto de partida dramático que podría haberse enfocado desde el cine de catástrofes más característico o desde el más sentimental, pero al que el director otorga un aspecto frío y cerebral, sin apenas concesiones a lo lacrimógeno, excepto en la prescindible trama protagonizada por Marion Cotillard o en algunos momentos, pocos, de la dedicada a Matt Damon. Todo lo contrario a los brillantes momentos de puro cine liderados por un sobresaliente Jude Law o la siempre maravillosa Kate Winslet.
Lo importante en 'Contagio', en cualquier caso, son los días de después, la capacidad de las personas para soportar el temor tras cada vaso, plato, pomo o contacto que se pueda producir con el prójimo. Soderbergh, otorgando todo el protagonismo de su película a sus personajes, los observa desde la óptica tenebrosa del virus, del pánico más pausado, impulsivo y humano posible. Cada una de las historias que se entrelazan esconde un motivo, una finalidad distinta por encima de la salvación individual, ya sea la protección de una hija, el aplauso del mundo o la felicitación de un padre. Detalles memorables dentro de una espléndida película que no hace más que crecer, en importancia y en valor artístico, con el paso del tiempo.
'Anna Karenina'
Es innegable que 'Anna Karenina' es, a nivel técnico, algo muy cercano a la perfección. La majestuosidad de sus decorados, la espléndida fotografía y la omnipresente banda sonora de Dario Marianelli son las mejores armas de una película que sitúa su objetivo en los ojos antes que en el corazón. Si esta adaptación se planteó como la coronación de Joe Wright como uno de los grandes directores de su generación, arriesgado y valiente, entonces se puede entender como un triunfo.
De lo contrario, si se trataba de transmitir el torrente de emociones que la obra de León Tostói contenía en cada una de sus páginas, el trabajo no se cumplió del todo. Afortunadamente, ahí estaban Keira Knightley, pletórica, inmensa y totalmente mimetizada con la historia, y un sorprendente Jude Law en la que es una de las mejores interpretaciones de su amplia trayectoria profesional, para elevar el conjunto a un terreno mucho más memorable. Más allá del arrebatador despliegue visual, son Knightley y Law quienes aportan esa sensibilidad, ese fuego interno y esa mirada apasionada que requería 'Anna Karenina'.
'Black Sea'
A pesar de haber sido recibida con bastante frialdad e indiferencia por parte del público, todo lo contrario que una crítica que se mostró bastante benevolente con ella, 'Black Sea' continúa siendo una de las grandes interpretaciones que ha dejado Jude Law a lo largo de esta década. Y es que, liderando un reparto grupal en el que encontramos talentos de la talla de Scoot McNairy o Ben Mendelsohn, el británico se coloca el peso de los momentos más dramáticos y potentes de la historia sobre sus espaldas, resolviendo este reto con una solvencia, carisma y talento fuera de toda duda. Es un Law maduro, elegante, sobrio y excelente desde el mismo prólogo hasta un plano final con una fuerza realmente impactante. Conviene rescatar del olvido esta aventura marítima llena de tensión, furia y cine.
'Dom Hemingway'
¿Es 'Dom Hemingway' la mejor película estrenada por Jude Law en la última década? Rotundamente no. De hecho, puede que sea una de las más irritantes, fallidas y decepcionantes. Entonces, ¿por qué ocupa el primer puesto de esta lista? Sencillo: Law firma aquí una de las interpretaciones más memorables, arriesgadas, sorprendentes, incendiarias e impactantes de toda su carrera. El personaje, un auténtico regalo en términos de lucimiento, termina siendo devorado por un actor plenamente consciente de estar ante una de las oportunidades de su vida, aprovechando cada una de sus escenas para arrasar con todo sin piedad ni compasión. El británico es el alma, músculo, corazón, sangre y escupitajo en la cara de una película que se sitúa muy por debajo de su recital. Si hablamos del talento de Law, sencillamente es imposible no entregar el oro a 'Dom Hemingway'.