Hasta la fecha, el siglo XXI de Will Smith no es precisamente un cúmulo de buenas noticias. Y es que, aunque no todo han sido fracasos, ni mucho menos, cuesta encontrar un éxito en estos últimos años a la altura de los que protagonizó el célebre actor en la década de los 90 como 'Men in Black (Hombres de negro)' o 'Independence Day'. Además, en el otro lado de la balanza, los fracasos son tan numerosos como rotundos, albergando en esta etapa, sin lugar a dudas, los peores trabajos de su trayectoria.
Obviando puntuales cameos, algunos bastante hilarantes, este especial se centra en repasar, de peor a mejor, todas y cada una de las películas que han marcado los últimos 22 años de un actor que continúa saltando del blockbuster palomitero con más ansiedad comercial al drama intenso (y algo perezoso) en busca de estatuilla. Un último objetivo que, cuidado, parece que este año conseguirá gracias a su aclamada interpretación en 'El método Williams'.
Un logro en forma de Oscar que quizá sirva como punto inflexión para un Smith que, visto lo visto a lo largo de este recorrido por los últimos compases de su carrera, necesita urgentemente un nuevo éxito o, al menos, una nueva película que consiga el favor total de un público que, pase lo que pase, le sigue situando como una de las estrellas más queridas del firmamento Hollywood. Queda siglo para mantener la leyenda. O para terminar de enterrarla.
Will Smith en el siglo XXI, de peor a mejor
'Belleza oculta'
'Belleza oculta', una de las peores películas de la última década, sirvió para dos cosas. La primera, comprobar cómo los sucesivos intentos de Will Smith por conseguir un Oscar son cada vez peores, y la segunda, descubrir que tiene muy buenos amigos dentro de la industria. Los mejores.
Y es que, sigue siendo inconcebible que tres gigantes de la talla de Kate Winslet, Edward Norton y Helen Mirren decidieran participar en este horroroso cuento de navidad infectado por la ñoñería y la autoayuda más irritable. Para que se entienda mejor, 'Escuadrón Suicida' fue la película buena que estrenó Smith en aquel lejano 2016. Ese nivel.
'After Earth'
Will Smith y familia siempre tiran más que ser un director de culto, debió pensar el bueno de Shyamalan, que no dudó en meterse en este berenjenal llamado 'After Earth'. Y la defensa, en este caso, se convierte en un imposible, una utopía, un querer y no poder. Justo la sensación que transmite una película que es, por un lado, una fallida estrategia comercial por parte del clan Smith para, uno, afianzar al patriarca Will como actor dramático potente y, dos, presentar las credenciales de su hijo Jaden Smith de cara al estrellato. ¿Resultado? Una de las peores interpretaciones de la carrera del primero y el ridículo absoluto del segundo.
'Escuadrón Suicida'
Ya, 'Escuadrón Suicida' es una de las peores películas de la última década, una de las mayores decepciones de los últimos años y la propuesta a la que peor le sienta la muletilla de 'La ganadora de un Oscar...'. Pero, con todo, supuso un celebrado regreso de Will Smith a la acción o, al menos, a la intención de hacer vibrar a unos espectadores que, probablemente, siguen sin saber dónde meterse entre tanta escena de acción rutinaria, tanto Joker versión discoteca rancia y tantos helicópteros estrellados. No tiene demasiado mérito destacar en medio de semejante naufragio pero, oye, al menos volvimos a sonreír con Will Smith.
'Géminis'
No salió bien. Ni mucho menos. La idea era revolucionar los efectos digitales, recuperar la taquilla a favor de Will Smith y demostrar que Ang Lee también puede ser un extraordinario director de cine de acción. Pues bien, 'Géminis' fracasó en todos y cada uno de estos objetivos. El paso del tiempo, además, ha hecho que quede profundamente olvidada en la mente del (poco) público que acudió a su llamada.
'La verdad duele'
¿Una oportunidad de interpretar a un neuropatólogo forense que descubrió el síndrome postconmoción cerebral que tanto daño causó a numerosos jugadores de fútbol americano, provocando incluso el suicidio de muchas estrellas de la liga NFL afectadas por él? Maldita sea, sí. Pero no. Sobre el papel, Will Smith tenía la oportunidad perfecta para, al fin, volver a entregar una interpretación dramática a la altura tras los esperpentos de 'After Earth' y su cameo en la indescriptible 'Cuento de invierno', pero el resultado final, sin llegar a ese nivel de desastre, tampoco salió del territorio de la decepción.
El principal problema de 'La verdad duele' es que es aburrida. Muy aburrida. Aburridísima. Un error al que se suma la sensación constante de que la película se cree mejor de lo que es, comportándose en consecuencia. Smith, por su parte, recurre a sus gestos más manidos y evidentes cuando está interpretando un papel 'serio'. Apesadumbrado, desorientado, conmovido, perdido y, finalmente, alumbrado por la fortuna. Lo hemos visto antes y mejor.
'Aladdín'
Un no rotundo:
'Siete almas'
Tras los éxitos de crítica y público conseguidos con 'Soy leyenda', Will Smith volvía a lanzarse de lleno al melodrama con 'Siete almas', de nuevo bajo la dirección de Gabriele Muccino ('En busca de la felicidad'). Sin embargo, todo lo que salió bien en la primera colaboración entre el actor y el cineasta, se convertía aquí en desastre mayúsculo.
Con una trama que no tenía ni pies ni cabeza, una cantidad de almíbar insoportable y, sobre todo, una resolución de llevarse las manos a la cabeza, 'Siete almas' continúa siendo un ejemplo casi perfecto de ese cine manipulador y exhibicionista que es capaz de todo para conseguir arrancar la lágrima del espectador.
'Dos policías rebeldes II'
Aunque ni siquiera la primera entrega conseguía pasar del aprobado más justo, eso no es excusa para ser más benevolente con 'Dos policías rebeldes II', primer regreso de los agentes Burnett y Lowery que no dejaba de ser un corta y pega multiplicado por cien, un fallido ejercicio de estilo sin el más mínimo interés de aportar algo original o novedoso.
Un más de lo mismo que evaporaba la simpatía de la cinta original, sustituyendo las risas por bostezos y la acción por aburrimiento. Y es que, por más que uno ponga de su parte, ciento cincuenta minutos de pólvora, chistes malos, testosterona rancia y estereotipos latinos son demasiados incluso para los defensores más apasionados de Will Smith.
'Bright'
La última aparición de Will Smith en el género de acción se llamaba 'Bright', la dirigía David Ayer, la escribía el polémico Max Landis y tenía la siguiente sinopsis: Ambientada en un presente alternativo donde los seres humanos, orcos, elfos y hadas han convivido desde el inicio de los tiempos, dos policías con perfiles muy distintos patrullan juntos. Uno es el humano Ward (Smith), y el otro el orco Jakoby (Joel Edgerton). Ambos inician una guardia nocturna que cambiará el futuro y el mundo que conocen. A pesar de sus diferencias personales, deberán trabajar juntos para proteger a una joven elfo y una misteriosa reliquia -una varita mágica- que, de caer en las manos equivocadas, podría destruirlo todo.
Es real.
Es absurda.
Está llena de escenas ridículas.
Tiene un primer tramo que se sumerge de lleno en la vergüenza ajena.
Los diálogos son insalvables.
Y te lo pasas bomba. ¡Sorpresa!
'Bad Boys For Life'
Aunque nadie lo esperaba, especialmente teniendo en cuenta la muy decepcionante 'Dos policías rebeldes II', esta tercera entrega de la saga resultó una sorpresa más que agradable. Se perdía el insustituible músculo de Michael Bay como director, una ausencia notabilísima, pero al menos se ganaba en contención, se aligeraba el peso de los minutos y, además, se acertaba por primera vez con el engranaje dramático. Casi que nos quedamos con ganas de más, oye.
'Hitch, especialista en ligues'
Will Smith, después de encadenar tres éxitos espectaculares seguidos, solamente encontró en 'Ali', espectacular película que contaba con la mejor interpretación de su carrera, un respiro para una racha no demasiado afortunada en la que la comedia brilló por su ausencia. Aunque algunas de las propuestas citadas asegurara pertenecer al género.
Quizá por eso, el actor se lanzó de lleno a 'Hitch, especialista en ligues', terrible subtitulo incluido en su traducción española, y consiguió transmitir un entusiasmo que parecía perdido. La película, sin ser gran cosa, nos traía de regreso la versión más divertida de Smith, el registro en el que más cómodo ha parecido sentirse siempre. En cada una de sus escenas parecía tener el piloto automático puesto, sí, pero al menos volvieron las carcajadas en vez del bostezo.
'Men in Black 3'
Si algo no hizo la primera trilogía de 'Men in Black', sin lugar a dudas, fue repetirse. De acuerdo, hubo algunos elementos en común entre ellas, imposible que fuera de otro modo, pero cada una de las entregas tenía una personalidad y fuerza propias. En el caso que nos ocupa, 'Men in Black 3', se prefirió apostar por un mayor contenido dramático, una locura todavía mayor condensada en los viajes en el tiempo y un clímax final más cercano a lo íntimo que a la grandilocuencia alienígena. No terminó de salir redondo, pero estamos muy lejos de una mala película. Y Will Smith seguía sin rozar el piloto automático, entregado a la causa de inicio a fin.
'Focus'
Pese a no lograr el éxito comercial esperado, 'Focus' continúa siendo uno de esos entretenimientos tan ligeros como elegantes capaces de arreglarte cualquier tarde con sus dosis de diversión, sorpresas, belleza y química explosiva. No hay nada memorable en ella, salvo una Margot Robbie capaz de merendarse sin piedad cada escena en la que aparece, pero, visto lo visto, aquí tenemos una de las películas de Will Smith más efectivas de la última parte de su trayectoria.
'Men in Black II'
Secuela modélica en fondo y forma, y eso que veníamos de la gloria total, 'Men in Black II' es una de las cintas más divertidas, extrañas, hilarantes y sorprendentes del catálogo Smith en el siglo XXI. Una propuesta que, además de mantener intactas las distintas virtudes de su espléndida predecesora, añadía una serie de personajes, situaciones y sorpresas realmente satisfactorias. En estos tiempos de continuaciones/repetición, todavía se debe valorar más el alto nivel de 'Men in Black II'.
'Hancock'
Después de 'Hitch, especialista en ligues', Will Smith consiguió una nueva nominación al Oscar gracias a su maravillosa interpretación en la muy notable 'En busca de la felicidad' y consiguió un nuevo éxito en taquilla con 'Soy leyenda', estupendo blockbuster de acción. Sin embargo, ambas propuestas compartían un dramatismo y una solemnidad que 'Hancock', su siguiente proyecto, hizo saltar por los aires.
Y es que estamos ante una comedia de acción tan extraña como interesante, que va mucho más allá de su curioso punto de partida y que, salvo ese clímax final sin demasiado sentido que solamente funciona como la versión más básica de espectáculo palomitero, sorprende por su efectividad. Una de sus películas más infravaloradas, especialmente si la comparamos con todas las que estaban por venir.
'La leyenda de Bagger Vance'
'La leyenda de Bagger Vance' es una de esas películas que, desde el primero de sus planos, va de frente, no se esconde y no trata de engañar al espectador siendo algo que no es. Estamos ante una cinta (muy) bienintencionado, (muy) amable, (muy) romántica, (muy) azucarada y (muy) clásica en su fondo y forma. Protagonizada por una maravillosa Charlize Theron, un más que aceptable Will Smith en su versión más contenida, y un correcto Matt Damon, esta adaptación de la novela firmada por Steven Pressfield es una obra que, pese a ser estrenada a comienzos del siglo XXI, podría permanecer perfectamente al legado del Hollywood dorado más característico. Una propuesta notable que consigue arrancar momentos de auténtica emoción.
'Yo, Robot'
Dentro de todas las películas que han presentado a Will Smith como héroe de acción, 'Yo, Robot' podría ser, perfectamente, la más infravalorada. Dirigida con altas dosis de solvencia por Alex Proyas, con una historia basada en una obra de Isaac Asimov y con unos efectos especiales que, a día de hoy, siguen manteniendo el tipo, esta vibrante aventura de ciencia ficción sigue funcionando de manera notable en su misión de mantener al espectador entretenido en todo momento. ¿Lo mejor de todo? Aquellos instantes en los que la montaña rusa futurista pisa el freno son igualmente disfrutables.
'Soy leyenda'
Tras su aplaudida interpretación, nominación al Oscar incluida, en la preciosa 'En busca de la felicidad', Will Smith tenía dos opciones, continuar esta senda de prestigio y búsqueda incesante de premios o volver a protagonizar un blockbuster con serias opciones de reventar taquillas alrededor del mundo. Escogió la segunda. Y acertó de pleno. 'Soy leyenda' supuso un nuevo éxito comercial para una estrella que, a esas alturas de su carrera, parecía imbatible. Luego llegaron los sustos, pero aquí se mantenía el estatus y el respeto casi unánime.
Una cinta que funcionaba tanto como propuesta comercial de terror moderado y tensión casi constante como historia dramática con traumas del pasado martirizando al héroe inesperado. No había nada especialmente memorable en ella, pero sería injusto no apreciar su capacidad para funcionar como entretenimiento de primera categoría.
'En busca de la felicidad'
'En busca de la felicidad', biopic sobre Chris Gardner, continúa siendo uno de los reflejos más emocionantes sobre la supervivencia en medio de la pobreza y la desolación. Suena a dramón, y de eso se trata, pero la sensación final es la de la plenitud total, liberación curativa, lágrimas honestas, felicidad compartida y cómplice con unos personajes a los que hemos acompañado a lo largo de un viaje inspirador y memorable. Merece la pena el trayecto, desde luego. Una apuesta segura con un maravilloso Will Smith al frente.
'Ali'
Dirigida con el pulso de hierro característico del gran Michael Mann, 'Ali', biografía del inolvidable Muhammad Ali, continúa resonando con fuerza como una de las mejores películas protagonizadas por Will Smith. Y la interpretación más memorable de toda su carrera. Entregado al máximo desde el primer minuto al último, se nota la pasión desbordante que siente el actor hacia el personaje y su historia, cargando con el peso de una película que, pese a ser algo irregular en su tramo central, atrapa e hipnotiza con una fuerza envidiable. Un auténtico puñetazo para todos aquellos que dudaban de las capacidades dramáticas de Smith.