"Esas cosas no se pueden explicar, ¿no?", dice Penélope Cruz sobre su conexión con Milena Smit. Las dos actrices, una gran musa de Almodóvar, otra casi debutante que presenta aquí su segunda película, han forjado una relación muy profunda e intensa rodando 'Madres paralelas'. "Pero es verdad que cuando [Milena] entró por la puerta nos dimos un abrazo, no nos dijimos hola ni nos dimos dos besos. Y ya confiábamos la una en la otra, mucha conexión... Otras veces da igual, pero en esta historia, con estos personajes era muy importante tener eso".
En esta entrevista hablamos con las dos protagonistas de la 22ª película de Pedro Almodóvar sobre la conexión que las unió mientras compartían un rodaje especialmente difícil. "Es una historia muy dura y ha habido muchos momentos en los que hemos tenido la suerte de apoyarnos la una en la otra", explica Smit. "Había muchas escenas en las que no lloramos, pero cortábamos y nos íbamos a abrazar y llorar juntas". "Eso tenía que salir por algún lado", confirma Cruz, que ha ganado la Copa Volpi en el Festival de Venecia por este papel.
Aguantar el llanto
Almodóvar ha insistido en que interpretar a Janis, una madre soltera cuya vida se complica mientras busca reabrir una fosa común en su pueblo, es la cima hasta ahora de la carrera de Penélope Cruz. En Venecia estuvieron de acuerdo, y ya suena como candidata a una nominación en los Oscar (aunque la Academia de Cine haya elegido 'El buen patrón', protagonizada por su marido, para representarnos el año que viene en los premios de Hollywood).
Una de las características del personaje que hacen de esta interpretación un reto es que es una mujer que sufre pero no se rompe. La actriz de Alcobendas cuenta que ella lloró mucho durante el rodaje, pero nunca ante la cámara. "Me dejé llorar mucho, entre plano y plano, entre toma y toma", asegura. "Rodábamos justo antes o justo después de una explosión de llanto. Lo demás lo tirábamos a la basura. Pero eso tenía que pasar para no volvernos locas, necesitábamos un escape cada rato".
